Love or hate

Capitulo. 32

La mentiras duelen

Marie

Su caminata a casa no pudo ser más amarga, jamás pensó que un corazón roto fuera tan doloroso... Las palabras de Daniel se repetían en su cabeza una y otra vez torturandola.

"Él no te quiere...

Todo fue un truco, un tonto plan que utilizo para acabar con sus peleas"

Al principio solo ignoro sus comentarios, era más que obvio que era un mentira. Sin embargo no pudo evitar que sus malintencionadas palabras  hicieran mella en sus pensamientos... Ciertamente Thomas comenzó a actuar diferente de un día a otro, su "enamoramiento" no sucedió como el de su amigos, de cierto modo era extraño que un día la odiara y al siguiente intentará por todos los medios acercarse. Horriblemente confundida se perdió en sus pensamientos y para cuando se dió cuenta de lo que tramaba Daniel ya la tenía arrinconada.

Había sido muy tonta y descuidada, Daniel no era de fiar y eso lo sabía muy bien; pero jamás pensó que Thomas reaccionaria de ese modo. ¡No había sido su culpa! Pero el ni siquiera quiso escucharla... 

Pero ¿Y si Daniel tenía razón? Tal vez Thomas si hubiese planeado algo así, era el tipo de planes elaborados que se le ocurrían; pero aún así eso sería muy bajo. Tal vez las cosas no eran de ese modo, tal vez Daniel solo intentaba separarlos de nuevo... O tal vez solo buscaba excusas para aliviar su corazón.

Si algo estaba claro, era que por lo momento no podía aclarar las cosas con él; entendía su enojo y en cierto modo ella también necesitaba un tiempo a solas. Ya luego pensaría que le diría y como resolver las cosas.  Sería sincera con todo y solo esperaba que él también lo fuese. 

Nada más entrar a casa se encerró en su habitación, tendría unas horas a solas hasta que llegara sus amigas y pudiese desahogarse a gusto. Se sentía tan mal consigo misma, hecha un desastre decidió darse un baño pero nada más el agua comenzó a correr sobre su cuerpo su fuerza se desvaneció permitiendo que amargos ríos de lágrimas recorrieran sus mejillas. No debía llorar... No debía llorar por algo así.

Y así se le fueron las horas, desahogando su dolor hasta la cabeza comenzó a dolerle y su piel se arrugó debido a la humedad. Quería quedarse allí para siempre y huir de todos sus sentimientos pero unos fuertes golpes en la puerta atrajeron su atención.

— ¿Marie? — Llamo Jazz al otro lado de la puerta. — Llevas mucho tiempo ahí. Necesito bañarme.

— Ya voy. — Susurro, rogaba por qué su voz no la hubiese delatado. No quería preocupar a sus amigas.

Se vistió lo mas rápido que pudo deteniéndose en el espejo par asegurarse que sus ojos no estuviesen enrrojecidos, se sentía realmente pesada y no soportaba el dolor de cabeza. Tal vez lo mejor fuese irse a dormir. Sin embargo nada más girar el pomo de la puerta sus piernas fallaron y termino cayendo al suelo como un peso muerto.

— ¡Marie!

Jazz no tardó en acudir en su ayuda seguida de Dezz, entre ambas la ayudaron a levantarse sacándola del baño; la cabeza le daba vueltas, se sentía realmente mal...

— Estas ardiendo — Jazz palmeo su frente horriblemente preocupada. — Dezz llama a Phineas e Isabella por favor.

Su amiga no tardó en salir corriendo de la habitación mientras Jazz se encargaba de ayudarla a recostarse, le pesaban los párpados ¿Cómo pasó de lamentar su corazón roto a luchar por no desmayarse? Tal vez había estado demasiado tiempo bajo el agua...