Love or hate

Capitulo. 33

Verdades que duelen

Thomas

El día anterior había llegado a su casa hecho una furia estaba enojado con todo. Con Marie por dejarse, con el rubio estúpido por tenerle una trampa tan sucia,  consigo mismo por ser un celoso y con todo el mundo.

Nada más llegar a casa se recluyo en su habitación ignorando incluso a sus padres, afortunadamente sus padres decidieron respetar su privacidad dejándole tranquilo. La rabia pronto dió paso al dolor y finalmente a la razón, termino cayendo tontamente en la trampa, se comporto con un verdadero nerdental y por si fuera poco termino con el corazón roto... Tal vez Marie tenía razón e intento librarse de ese asqueroso, de solo recordar sus muñecas enrrojecidas debido a la presión la furia volvía a bullir en él ¿Como se atrevía a tocarla? A mirarla ¡A besarla! Era un cerdo aprovechado. Pero aún así el daño estaba hecho; no podía sacarse esa espantosa imagen de la cabeza, se rebobinaba una y otra vez tortutandole. Frustrado ahogo un grito con su almohada, dolía tanto... 

— Marie... — Susurro deseando que nunca hubiese ocurrido nada.

Comenzaba a pensar que acercarse a Marie no fue una buena idea ¿Por qué termino enamorándose? ¿Por qué ideo ese absurdo plan? Si hubiese sabido que un corazón roto podía ser tan devastador jamás habría aceptado intentar herir a Marie, pero ahora el herido era él y no podía arrepentirse más.

¿Y ahora que? ¿Que seguía ahora? Su dolor no podría ser mitigados fácilmente y en su frenesí también termino hiriendo a la chica que tanto amaba, ya no sabia que hacer ¿Debía hablarle e intentar solucionar todo? ¿O alejarse de una vez por todas? Aquella mirada asustadiza y triste se mantenía implantada en su mente como la imagen de una espantosa película, se sentía tan culpable por ello, pero al mismo tiempo estaba tan enojado... Ya no podía mas su cabeza estaba revuelta y su corazón dolía demasiado.

El sueño termino por vencerlo en algún punto, sumiendolo en un mar de pesadillas donde se alejaba cada vez más de la pelirroja...

[...]

El característico sonido de su celular termino por despertarlo afortunadamente, sudoroso y aún alterado por aquella horribles pesadillas se sentó en la cama ignorando el aparato. Terminaría volviéndose loco a ese paso... No quería hablar con nadie, quería estar solo a pesar de que sus pensamientos le torturan de esa manera, por lo que al tercer pitido arrojó el celular lo más lejos posible; el esfuerzo le hizo ver qué ya no estaba en un sueño pues una corriente dolorosa se esparció por todo su cuerpo, Daniel le había acertado más golpes de los que pensó. Sin embargo no pudo detenerse a revisar sus heridas pues el molesto aparato no paraba de sonar. Hastiado de todo se levantó pesaroso y finalmente observó la pantalla del celular. Jazz...

Eso sin duda no era buena señal.

— ¿Thomas? — Escuchó en cuanto descolgó. — ¿Estás bien? Fred y Xavier no han logrado localizarte y no me contestabas las llamadas...

— ¿Que quieres Jazz? — Realmente no estaba de humor.

— Muy bien ¿Que fue lo que ocurrió? — La morena no tardó en enseriarse, sonaba realmente preocupada y algo molesta. — Tu desapareces por días y Marie termino en cama...

Nada más escuchar aquello su adormilado corazón volvió a latir, su mal humor desapareció dejando paso a una enorme preocupación que lo envolvía ahogandolo.

— ¿Que le ocurrió a Marie? — Le interrumpió al instante.

— Eso quisiera saber pero al igual que tú, no quiere decirme nada. — Espeto Jazz realmente molesta. — Sus padres dicen que terminó colapsando debido a la gran cantidad de responsabilidades que tiene. Está enferma.