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Durante el trayecto del bar a la casa Rachel pensó en pasar una noche "especial" con su novio, creyó que así podría dejar de pensar en lo ocurrido en el baño. Quería asegurarse —de una manera un tanto estúpida— que aun lo amaba, que lo de Joseph era un capricho, una ilusión, simple atracción.
Al llegar a la casa, ella buscó la manera de insinuarle lo que quería. Primero, al entrar a la casa lo beso casi con desesperación, pero el amablemente se apartó. Después, cuando se fueron a la cama, Rachel se acomodó sobre él y volvió a besarlo mientras movía sus caderas esperando excitarlo, pero Scott se excusó diciendo que estaba cansado y le dolía la cabeza. Las típicas excusas. Rachel bufó molesta. Se levantó de la cama y se fue a la sala.
Sintió unas ganas enormes de llorar, el nudo en su garganta se hacia cada vez mas grande y un sollozo luchaba por escapar de entre sus labios. Se sentía herida, humillada y avergonzada. Nunca antes la había rechazado. Sin embargo, no cedió al llanto.
Esperó ahí un largo rato deseando que Scott llegara en cualquier momento y la convenciera se ir con él a la recamara. Incluso imaginó como sería el momento; momento que nunca llegó. Miró el reloj que estaba en la pared, ya llevaba media hora ahí. Torció el gesto, ¿por qué no iba a verla? Se levantó del sillón, y caminó hasta la habitación que compartía con él. Se enfureció al verlo: ¡Estaba profundamente dormido! Ella había estado a punto de llorar, esperando que él fuera a ver que tenía y nada, que ahí estaba durmiendo tranquilamente.
Reprimió las ganas que tenía de ir y golpearlo, pero se contuvo. No saldría nada bueno, al contrario, la perjudicada terminaría siendo ella. Inhaló profundamente y después expulsó poco a poco el aire, repitió varias veces el procedimiento hasta que se hubo tranquilizado. Se acostó en la cama e intentó dormir.

Eran cerca de las cuatro de la mañana. Rachel suspiró mientras cepillaba con los dedos su espesa melena castaña. Le era imposible descansar, por su mente pasaban muchas cosas, ahora no se trataba de sus pesadillas ni de su insomnio sino de Joe de ese chico que había llegado de un momento a otro poniendo su mundo de cabeza. Estaba consciente de que tenia que decírselo a Scott pero ¿cómo? Y ¿de verdad lo haría? Quizá horas antes había estado realmente furiosa con su novio, pero ahora que estaba calmada pensó que su actitud había sido inmadura casi infantil. Scott trabajaba mucho, casi siempre su jefe le llamaba al celular y le pedía que fuera de inmediato a la oficina.
«Y de seguro fue él quién se la pasó llamándolo mientras estábamos en el bar.»
Volteó a verlo.
«Debería ser más comprensiva. Él hace lo que puede.»
Además, acababa de pedirle matrimonio y llegó a la conclusión de que tal vez la rechazó porque estaba dolido debido a su negativa de casarse.

Se levantó de la cama, se puso unas sandalias y salió de la habitación teniendo mucho cuidado de no despertar a su novio.
Fue de nuevo hacia la sala, esperaba poder aclarar sus pensamientos. Aunque, a decir verdad, ella necesitaba arreglar aus sentimientos. Era la primera vez que ella se encontraba en una situación como esa. Scott había sido su primer novio, fue el primero por el que sintió algo más que un cariño amistoso, fue el primero en besarla, en tocarla y en hacerla suya. Todo fue nuevo para ella. No hubo chicos antes que Scott, ni siquiera algún amigo con derecho; para ella siempre fueron primero los estudios. Sí tuvo algunos pretendientes pero ella siempre los ignoraba o les dejaba muy en claro que no estaba lista para las relaciones amorosa. Y después cuando su padre falleció fue lo mismo. Lo único que ella quería era descubrir quien había asesinado a su padre, aunque  aveces el dolor la derrumbaba y le impedía seguir; gracias a Scott ella pudo acabar sus estudios.

Ambos se habían conocido en la universidad. Eran amigos, quizá no grandes amigos, pero ella confiaba mucho en él por eso mismo ella aceptó ser su novia. Scott siempre estaba ahí para ella, escuchándola, cuidando de ella, protegiéndola y apoyándola. Era el novio perfecto, sólo que había un pequeño pero muy importante problemita: ella no lo amaba. Lo quería como su amigo pero nada más.
Sin embargo, poco a poco sus sentimientos hacia él fueron creciendo hasta que llegó a amarlo, pero ahora luego de dos años de relación ella estaba ahí, parada a un lado de la ventana pensando en Joseph y en lo que provocaba en ella.

REVENGE (+18) ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora