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Rachel abrió los ojos lentamente, la cabeza le dolía y sentía la garganta y boca secas. Intentó alargar su mano y llevarsela a la frente pero no pudo. Frunció el ceño mientras intentaba debilmente safarse y fue cuando cayó en la cuenta de que estaba atada de pies y manos sobre su cama. Entonces recordó lo que había pasado. Miró en todas direcciones pero todo le parecía simplemente un montón de manchas borrosas. Los párpados le pesaban, se sentía exhausta pero luchó por no dormirse de nuevo.
Levantó los ojos hacia el techo, luego el suelo y por último se percató de qué algo se movía frente a ella.

«Shannon» pensó.

Intentó hablar pero no pudo abrir sus labios sentía una pesadez horrible. Enfocó su mirada y pudo apreciar la silueta borrosa de una persona. Parpadeó pero aun asi no pudo distinguir de quién se trataba.

-Duerme -dijo una voz de hombre.

Quisó decirle que no, negar con la cabeza; pero no pudo. La voz volvió a decirle que durmiera, le pareció un susurro lejano. Y como si con sus palabras el hubiera accionado un interruptor, Rachel se quedo dormida.

Despertó nuevamente, sintió que habían pasado muchas horas. Ahora todo estaba mas claro ante sus ojos, reconoció de inmediato su habitación y se sintió momentáneamente aliviada hasta que recordó que no estaba sola.
Rápidamente, presa del pánico, miró en todas direcciones pero no vio a nadie. Sin embargo, seguía atada, as4i que eso significaba que aquel intruso estaría por ahí recorriendo el departamento.

Escuchó a lo lejos el sonido de unas pisadas. Esperó nerviosa. El sonido se oía cada vez mas cerca, lo que indicaba que aquella persona estaba caminando hacia donde estaba ella. Miró como la perilla giraba y la puerta se abría. Vio en el umbral de la puerta a un hombre. Mas o menos de su edad, desgarbado y con el cabello largo sujeto en una coleta. Sonrió al verla y se acerco a la cama. Rachel se movió tirando de sus ataduras.

-Vaya por fin despertaste -dijo el hombre sin dejar de sonreír.

Rachel no dijo nada. Se quedó quieta mirándolo.

-Mira, preciosa, no te hare daño, solo vine por ti. Mi jefe quiere verte no dijo por qué ni para qué. Dejame decirte;-Hizo una pausa y se sento en el borde de la cama junto a Rachel- fue bastante complicado porque nunca te despegas de Jonas. -Aquel hombre esbozó una sonrisa llena de malicia. -Si supieras quien es él en verdad no le permitirias ni siquiera que estubiera frente a ti. -Bajó la mirada y sonrió con ironia mientras negaba con la cabeza.

Rachel continuó callada, sólo lo miraba pensando que quizá lo había visto con anterioridad, pero no. Desvió su mirada hacia las manos de él y se estremeció al ver lo que sujetaba: un revolver.
Su piel se erizó.
El tipo jugueteaba con el arma. Rachel sintió una oleada de terror y pánico. Tragó saliva. Él volteó a verla, vio su frente perlada de sudor y con los ojos abiertos como platos siguió la direccion de su mirada y pudo ver lo que la asustaba.

-Tranquila muñeca no puedo hacerte nada. Mi jefe ordeno que quería verte sana y salva. Aunque... -mordió su labio inferior - no mencionó nada sobre... tocarte. -Alargó la mano hacia su pierna pero ella encogió sus pies evitando que él la tocara. La miró con el ceño fruncido. -Vaya no te dejas tocar ¿he? Pero sí te vistes como una puta para Jonas ¿no?

Rachel tembló, entonces ese tipo en algún momento le había quitado el abrigo e incluso quizá pudo haberla tocado. Se sintió asqueada cuando aquel último pensamiento cruzó por su mente.

-No te he tocado -dijo él cómo si hubiera adivinado sus pensamientos-, pero me gustaría hacerlo. ¿Sabes? -dijo él en tono casual-, yo no sé por qué andas con tipos peligrosos, ambos mafiosos. -Suspiró dramáticamente. -Scott es un matón, el mejor de toda la ciudad y Joseph... bueno él siempre ha sido el consentido del jefe así que eso de matar no le toca, aunque una vez sí asesinó a alguien.

Le sonrió con malicia.

Rachel se sintió aturdida. No podía creer todo aquello que le estaba diciendo aquel tipo, había sido novia de Scott por dos años y jamas le había visto un arma. Y a pesar de llevar tan poco tiempo conociendo a Joseph estaba segura de que él no era así, él jamás se atrevería a trabajar de algo tan bajo como aquello.

-Sé que no me crees -volvió a hablar el hombre-, pero dime ¿sabes en qué trabaja tu noviecito?

Rachel no habló, pero sí penso en lo qué le había dicho. No. Efectivamente ella no sabía a qué se dedicaba Joseph. Pero eso tampoco significaba que fuera un mafioso ¿o sí?

-Mira nena me estoy aburriendo, asi que espero que cooperes -dijo mientras se inclinaba hacia ella.

***

Josepa aparcó frente al edificio y bajó las bolsas llenas de cosas que Rachel necesitaba para la comida. Subió por el elevador hasta llegar al departamento. Abrió la puerta y se quedó parado en el umbral al ver todo tirado y de inmediato pensó lo peor; y no se equivocó, desde la habitación principal se oyeron quejidos y gritos ahogados. Joseph caminó dando grandes zancadas hacía la cocina. Alargó la mano hacia arriba de la cocineta, tanteó su arma y la bajó de ahí. Se la colocó detrás en el interior del pantalón. Caminó tranquilamente sin hacer ruido. La puerta estaba entreabierta y vio a Rachel acostada en la cama atada y forcejeaba con un tipo que estaba sobre ella. Él avanzó sigiloso hasta ellos y con mucho cuidado sacó su arma, puso la punta sobre la nuca de aquel hombre haciendo que se detuviera en seco.

REVENGE (+18) ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora