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Scott entró a la oficina sin apartar la mirada de Joseph. Caminó directo hacia Rachel; quien estaba rígida en su lugar. Él la tomo de la cintura, apartándola de Joseph y le dio un beso en la mejilla, pero aun así la chica no se relajó y menos al ver la expresión furiosa en el rostro de su novio.

―Hola amor ―dijo en tono serio.
—Scott yo...no te esperaba ―respondió Rachel, nerviosa.
―Acabo de notarlo.

Le dedicó una sonrisa cargada de ironía. Al verla, la chica sintió un helor en la nuca y tragó saliva ruidosamente. Sabía que eso no presagiaba nada bueno, pensó que sería muy bueno no ir esa noche a dormir a su casa, sin embargo, no tenía otro lugar a donde ir. En ese momento deseó tener una amiga.

Scott se giró hacia Joseph, lo miro de arriba a abajo con una expresión despectiva en el rostro.

—¿Y tú eres...?
—Joseph Jonas ―contestó en tono tranquilo a pesar de lo mucho que le había molestado la forma en que lo miraba.
―Perfecto y ¿qué haces aquí a solas con mi novia?

Joe levanto el mentón con desdén.

―Eso no es de tu incumbencia.
―Según yo, sí lo es, porque estabas abrazando a MI novia.
―Porque la quería besar ―respondió Joseph a la pregunta.

Rachel lo miró abriendo los ojos como platos sin poder creer que hubiera dicho eso, era obvio que ese tal Joseph no conocía para nada a su novio, no sabía lo peligroso que podía llegar a ser cuando estaba molesto, y esta vez no estaba molesto, sino furioso. Tenía miedo de que Scott se lanzara contra él y lo golpeara hasta matarlo.

Escuchó a Scott soltar un bufido.

«Dios mío, no...», pensó aterrada.

—Señor Jonas, necesito hablar a solas con mi novia así que por favor retírese ―dijo Scott haciendo un gesto con la mano indicándole la salida mientras lo fulminaba con la mirada.
―No creo que... ―empezó a decir Joseph, pero vio la súplica en la mirada de la chica y dejó su frase a medio terminar.
―No crees ¿qué?

El tono de Scott fue burlón, pensó que Joe se había intimidado y por ello no continuó hablando.
Éste se dio cuenta pero no quiso sacarlo de su error.

Se encogió de hombros y dio media vuelta retirándose, no quería provocarle más problemas a Rachel, pero tampoco iba a darse por vencido, ella seria suya a como diera lugar. Mientras caminaba hacia la recepción pensó en el novio de ella y se detuvo, acaricio su barbilla ligeramente y entrecerró los ojos.

«Lo conozco. Pensó. Pero ¿de dónde? »

Se devano los sesos tratando de recordarlo, estaba seguro de que lo había visto con anterioridad, especialmente porque los ojos de ese chico no eran muy comunes, eran como de una mezcla de colores entre verde, miel y ámbar; pero tampoco era el único chico con ese color de ojos, quizá simple y sencillamente lo estaba confundiendo con alguien más. Se encogió de hombros y decidió olvidar ese asunto. Reanudó su camino.

Salió. El viento sopló ligeramente y la fría brisa golpeo su rostro. Se acercó a su auto recargándose en él, volteó en todas direcciones, la calle estaba sola no se veía ni una persona caminando. Finalmente su mirada se detuvo en una pequeña cafetería que se hallaba frente al edificio así que decidió entrar y esperar ahí a que saliera Brandon.

* * *

Scott no apartaba la mirada de Rachel, ella sólo se limitaba a mirar sus manos mientras jugueteaba con sus dedos nerviosamente, no se habían dicho nada desde que Joseph se había retirado.
Él bufó exasperado.

La chica levantó su mirada. Los ojos color hazel de Scott la observaban con furia, eso la intimidó aún más y se encogió de hombros a forma de disculpa.

REVENGE (+18) ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora