Pero no era la primera vez que le sucedía algo como eso; más que nada cuando conocía a alguien que portara el apellido Anderson. Especialmente si se trataba de una chica.
«Podría ser su hija...»
¿Algún día dejaría de ponerse tan paranoico? ¿Cuantos Anderson había en el mundo? y ¿cuantas probabilidades había que se topara exactamente con la hija de ese hombre?
«Muchas. Muchas en realidad.»
De inmediato desechó esos pensamientos de su mente y le sonrío.
—Tienes un nombre hermoso, Rachel.
—Gracias.Joe se acercó a ella, y Rachel retrocedió en un acto reflejo.
—¿Qué? ¿Tienes miedo? —preguntó Joe y luego soltó una risita.
—¡Por supuesto que no! —replicó molesta.
—Ajá lo que tú digas.Su tono burlón la irritó.
«¡Qué molesto es este chico! Aunque...»
Aunque debía reconocer que el chico era bastante guapo, tenía un rostro varonil, mentón cuadrado, fuerte. Sus ojos eran ligeramente rasgados, que parecían cerrarse cuando él sonreía, de un bonito color miel, su nariz era recta, sus labios un poco delgados y tenía innumerables lunares. Pudo notar lo fuerte que era debido a que la playera que traía puesta debajo de la chamarra le quedaba exactamente a la medida remarcando su abdomen perfectamente trabajado...tal y como a Scott.
Recordó el íntimo momento que tuvieron aquella mañana cuando él la sorprendió en la ducha, cuanto le excitaba ver como las gotas resbalaban por su cuerpo, pensar en ello le hizo esbozar una pícara sonrisa.
—¿Que es tan gracioso? —preguntó Joe interrumpiendo sus eróticos pensamientos.
—Nada —respondió dejando de sonreír y apartando la mirada de inmediato.
—¿Sonríes de la nada?
El chico intentaba contener la risa.
—¿Acaso no puedo? —Antes de que él pudiera responder, ella volvió a hablar. —¿Y tú? ¿Cómo te llamas?
—¿Por qué cambias el tema?Rachel se limitó a mirarlo sin pronunciar una sola palabra.
Joe sonrió ampliamente, más o menos se daba una idea de lo que había cruzado por la mente de ella. Sabía mucho sobre las mujeres, conocía sus reacciones y el porqué de ciertos gestos; y esa sonrisa la había delatado, pero también sabía que ya no obtendría más información por parte de Rachel. Aunque eso no evitaba que él pudiera dejar de preguntarse con quién había fantaseado.—Me llamo Joseph Jonas, pero puedes decirme Joe. —Le guiñó el ojo.
—Pues fue un placer haberte conocido Joseph pero estoy ocupada, así que si me disculpas...Ella con un gesto le señaló la copiadora indicándole qué debía continuar.
—Oh claro —respondió el chico de inmediato captando el mensaje—. De igual modo ya me iba, sólo dime ¿por dónde está la oficina del señor Brandon O'Conner?
—¿Para qué lo necesita?
—Asuntos de negocios. Y puedes hablarme de "tú".
—Yo soy su asistente, puede decirme a mí que se le ofrece —dijo ignorando lo último que él le había dicho—. Y yo le informaré al señor O'Conner —añadió.Joe torció el gesto.
—Señorita Anderson, necesito ver a su jefe, no puedo decirle nada porque es confidencial y estoy seguro de que él lo entenderá. ¿Dónde puedo encontrarlo?
Rachel quiso reñirle pero no estaba de muy buen humor. Soltó un sonoro suspiro, le indicó a Joe con un gesto que la siguiera, él obedeció y fue detrás de ella; algo que disfrutó bastante ya que podía mirarle el culo y las piernas libremente.
ESTÁS LEYENDO
REVENGE (+18) ||TERMINADA||
Teen FictionRachel Anderson fue testigo de el asesinato de su padre y quiere cobrar venganza, ¿el problema? no vio al asesino, pero eso no la detendrá. Joseph Jonas entra en su vida poniendo sus sentimientos y su vida de cabeza. Él oculta un terrible secreto q...