HERMIONE
Era sábado y como siempre mataba el tiempo leyendo en la biblioteca estaba más solo de lo normal, ya había leído tres libros gruesos me paré para buscar otro y dejar el que acabo de leer en su lugar estaba detrás de dos estanterías cerca de la puerta, oí como entraba alguien, cuando cerró la puerta me acerqué sigilosamente a para ver de quién se trataba se me hacía raro ver a alguien en la biblioteca en sábado.
¡No puede ser! se trataba de Malfoy, estaba sentado con la cabeza hacia atrás. Porque diablos tenía que ser tan atractivo, tenía un hermoso cabello rubio, unos ojos color gris que te hipnotizaba por completo y un físico que era la perdición de cualquier mujer.
Si tan solo sus ojos grises no fueran tan fríos como hielo cada vez que choca conmigo no sería tan doloroso no tenerlo a mi lado.
Pero era una hija de muggles ¿Qué esperaba que me mirará con amor? Por favor es imposible que algo así ocurra y dolía mas que un cruccio saber que yo lo quiero mientras él me odia con toda su alma por ser hija de muggles.
Aun que ser hija de muggles no me avergonzaba la verdad es que estaba completamente orgullosa de ello. Me le quede mirando un rato mas, tenía que aprovechar verlo así de tranquilo, acostumbraba a verlo tan frío cuando yo estaba cerca.
-¿Espiándome Granger?.- dijo, me escondí con el corazón latiendo a mil.
-Mierda.- Murmuré.
-¿Con esa boquita comes, Granger?.- Salí para encararlo, aunque el corazón me seguía latiendo a mil y los nervios me comían por dentro.
-¿Algún problema con mi boca Malfoy?-
-Claro que no ratita, solo me sorprendo que una persona que actúa como monja y que a opinión de los demás dicen que tienes carita de que no rompes ni un plato, tenga ese tipo de vocabulario.-
-¿Eso a ti qué te importa?, el vocabulario que yo uso, es problema mío.-
-Como quieras Granger, pero te digo que con esa boquita no vas a conquistar a nadie, además que no tienes un físico espectacular, imagínate peor. Solo podrías enamorar a un ciego o mejor aun a alguien que no tiene cerebro como el musculitos de McGlaggen, que en estos días se ve que no deja de babear por ti, ¿o tu qué piensas?.-
-Claro que no lo hace, pero ¿si lo hiciera a ti qué?.-
-Tienes mucha razón, a mi me vale un reverendo pepino, que personas sin cerebro se fijan por ti, aunque no lo puedo creer que alguien se haya fijado en ti. Tremendo paquete que se lleva: sangre sucia, rata de biblioteca y con pelo de arbusto. No, no si que se lleva el premio mayor.- dijo burlón acompañado de una sonrisa burlona.
-¿Sabias qué eres un estúpido?.-
-¿En el que se fijan todas, qué pagarían por estar una noche conmigo?.- le dediqué una mirada asesina.
-Eres un estúpido, egocéntrico, hijo de papi eso es lo que eres.-
-No,no,no Granger ¡Te equivocas!. Soy un chico tremendamente sexy y además guapo por el que todas la chicas babean por él.- me dedicó una sonrisa burlona.
-Eres insoportable.-
-Mira quién lo dice.-
-Aggh no pienso perder mi tiempo discutiendo con un hurón.-
-Ni yo con una rata de biblioteca.- salí de la biblioteca dando un portazo.