Capitulo 5

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S abrió la puerta y la cerró detrás de él inmediatamente.

Llevó su mano al bolsillo delantero de su pantalón y sacó una pequeña navaja que desplegó y acercó a mis muñecas. Comenzó a cortar la soga de las mismas lentamente y siguió con la de mis pies hasta que quedé libre, pero no me moví.

-¿Te ayudo? -Preguntó tendiéndome su mano.- No voy a hacerte nada, lo prometo.

Aún con algo de temor sostuve su mano y ayudó a incorporarme para luego sentarse a mi lado.

-Oye, sé que no me incumbe en lo absoluto, pero... ¿Qué te ocurrió...Allí? -Dijo siendo cauteloso con sus palabras.-

-Y-yo... -Suspiré sintiendo las lágrimas agolparse en mis ojos a la vez que intentaba mantener el contacto visual con él, pero no pude.-

-Si no quieres yo entien...

-No. -Lo corté.- Sí quiero.

Inhalé profundamente y dejé caer las manos entrelazadas sobre mi regazo observando las quemaduras de las sogas.

-Estábamos mi mamá y yo en la casa. Jamás entendí por qué papá nunca aparecía y mi hermano sí, pero a veces llegaba todo golpeado. Dennis nunca supo qué era lo que mi padre hacía, sólo decía que iba a estar bien con el tiempo, pero su supuesto trabajo me quitó todo lo que tenía. -Dije dejando que las lágrimas cayeran.- Recuerdo que llovía y oía los truenos resonar, uno más fuerte que el anterior. No salí de mi habitación en todo el día ya que mamá y yo mirábamos películas. -Sonreí un segundo.- Ella bajó para buscar comida y se oyó como la puerta se abría de un golpe y... -Un sollozo se escapó de mis labios e inmediatamente llevé la mano hacia mi boca.- Mi mamá gritaba y cuando intenté bajar las escaleras, un hombre subió por mí y se colocó justo como lo hizo aquel rubio hace un momento, yo no podía escaparme porque era muy grande y fuerte. -Sequé mis lágrimas.- Comenzó a clavar su cuchillo sobre mi estómago diciendo que era todo culpa de mi padre y luego salió por la ventana, dejándome en el suelo. Creí, creí que iba a morir, pero cuando salí como pude del cuarto y vi a mi mamá... -Cubrí mi cara con ambas manos.- Nunca voy a olvidarme esa imagen, la policía entrando y yo perdiendo el conocimiento de todo. Aquel hombre destrozó mi familia o lo que tenía.

Su mano se posó sobre mi rodilla y luego se colocó de cuclillas frente a mí, obligándome a mirarlo.
Intentaba mostrar compasión ante lo que acababa de contarle, pero recordar todo esto me hizo mal.

-Nosotros estamos aliados para destrozar al hombre que arruinó nuestras vidas también. -Dijo tomándome por sorpresa.- Estás aquí porque creemos que tienes algo que ver con unas armas que nos han robado, pero tranquila, yo sé perfectamente que no sabes nada.

-Gracias, de verdad, no lo sé. Jamás había oído de todo esto antes, no entiendo nada.

-Escucha, tienes tres opciones; te nos unes, te dejamos ir o te mantendremos aquí hasta que devuelvan lo nuestro. No hablo de nosotros incluyéndome, vale acotarlo.

Lo miré reiteradas veces aún sin saber qué decirle, podía unirme y vengarme del hombre que destrozó la vida de todos o simplemente volver.
Su mano seguía sobre mi rodilla sin presión a la vez que estudiaba mi rostro.

-Me uno a ustedes. -Dije mirándolo a los ojos.-

Su sonrisa se ensanchó y vaya que era bonita. Palmeó mi muslo dos veces y se puso de pie tendiéndome la mano.

-Vamos a presentarte. -Dijo tirando de mí hacia la puerta.-

Intenté acostumbrarme a la luz plena que había en la casa después de haber estado todo el día entre penumbras y pequeños rayos de iluminación.
Todos estaban reunidos en círculo y de pie observándome detenidamente.

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