Capítulo 18

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~Harry~

Maldición.

La casa acaba de volar en pedazos y Emma cayó amarrada en la piscina.

Estaba escondido detrás de los arbustos esperando a que cesaran de caer maderas, pero me arriesgué a correr hasta el agua para intentar divisar el pequeño cuerpo de Emma, pero fue imposible entre hojas de los árboles y escombros.

Inhalé profundamente y me lancé al agua sin pensarlo dos veces.
Estaba helada aunque no lo suficiente como para impedirme rescatar a Emma. Iba estirando mis brazos hasta que sentí algo cercano a mis pies e intenté hacer presión para ir más abajo, dejando escapar unas burbujas de aire hasta que alcancé su mano. Jalé de ella con fuerza hasta poder tomar su cintura y subirla conmigo hacia la superficie.
Saqué su cabeza del agua rápidamente a la vez que Niall la tomaba de la zona cercana a las axilas para recostarla en el suelo en lo que yo salía de la piscina con un poco de dificultad.

Me arrodillé de inmediato a un lado de su torso para abrir su campera y presionar ambas de mis manos sobre su helado pecho y hacer presión reiteradas veces.
Sus labios estaban teñidos de un color violeta que resaltaba debido a la palidez extrema de su cuerpo, indicando que podría estar entrando en un estado de hipotermia debido a que estamos en otoño y hace demasiado frío tanto en tierra como en el agua.

Insistí con la presión en su pecho, pero nada pasaba, sus ojos seguían cerrados sin presión alguna y Niall aún no encontraba su pulso, ni en las venas de su muñeca ni en su cuello.

Comencé a desesperarme debido a la falta de respuesta por su parte asique llevé mi mano hasta su pequeña nariz para impedir que escapara el aire a la vez que unía mis labios a los de ella para enviarle calor reiteradas veces y luego continué con la presión cerca de su corazón.

-Maldita sea Emma, despierta. -Susurré dejando caer unas lágrimas sobre su rostro.- Vamos. -Dije mientras volvía a repetir la respiración de boca a boca y hacía presión en su pecho.- No puedes dejarme nena, prometiste quedarte.

Insistí con los mismos movimientos en repetición aunque ella seguía inerte contra el suelo que estaba igual de frío que su cuerpo. Mi corazón estaba martillando con tanta fuerza que producía un pitido molesto en mis oídos, haciendo que me desesperara.

-No puedes irte Emma, no es justo. -Sollocé tomando su torso para pegarlo contra el mío.- Tienes que regresar ángel, sigue brillando. -Dije para luego besar su frente.- Vuelve a mí, abre los ojos.

La recosté con cuidado a la vez que me prometí intentar una última vez para ver si despertaba, entrelacé mis manos en su pecho y ejercí más fuerza que las otras veces para turnar la acción y enviar aire a sus pulmones.

-¡Despierta Emma! -Grité con fuerzas sin cesar mis movimientos.-

-Harry... -Llamó Niall a mi lado colocando una mano sobre mi hombro.-

-¡No! ¡No está muerta! -Grité tratando de convencerme de que no lo estaba.- ¡Ella no está muerta!

Volví a hacer presión en su pecho mientras que la fuerza me abandonaba lentamente para que sollozos tomaran su lugar. Recosté su cuerpo sobre mis piernas para sostenerla cerca de mí al menos una última vez, tomé su pálido rostro con una mano y acerqué mi rostro al de ella hasta estar sobre sus fríos labios que, esta vez, no me devolvieron el beso.

-Te amo Emma. -Susurré estrechándola contra mi pecho.- Demasiado que duele.

La sostuve como si mi vida dependiera de ello, y así era.
No podía parar de llorar, se había ido por mi culpa, porque yo le ofrecí involucrarse en esta mierda de vida. Porque unirla fue mi idea, porque no escuché la idea de Louis antes de hacer mi movimiento.

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