Capítulo 22

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-Hola Blanca Nieves. -Dijo Luke de pie frente a mi cama.-

Giré hacia todos lados en busca de Harry, pero la cama es individual. Estudio mejor el lugar en donde estoy, pero no logro ubicarme.
Esta es mi casa.

-¿Qué quieres? -Pregunté mirándolo con confusión.-

-Es tarde para darme lo que quiero, pero vengo a decirte algo. -Comenzó rodeándome para luego sentarse a un lado de mí.- Él va a dejarte, justo como hizo con todas las otras.

-No entiendo. -Respondí negando con la cabeza.-

-Ven conmigo, escapa. -Pidió acercando su brazo hacia mi rostro.-

-¡Emma! -Llamó otra voz y Luke desapareció de mi campo de visión.-

No estaba, simplemente había desaparecido.

-¡Ángel! -Oí a la distancia.-

-¿Harry? -Pregunté y todo se volvió negro.-

-Ángel. -Dijo Harry y mis ojos se abrieron de par en par a la vez que me sentaba de golpe manteniendo la sábana contra mi pecho.- ¿Estás bien? -Preguntó sentado cerca de mis piernas con el cabello goteando y una toalla en su cintura.-

-S-sí. -Respondí recostándome de golpe contra las almohadas.- Yo... Bueno, he estado teniendo algunas... pesadillas –Admití mirándolo.-

-Pesadillas –Repitió con su voz ronca y asentí. -¿Qué sueñas? –Inquirió.-

-Sueño que estoy en un callejón oscuro, que alguien me sujeta de las muñecas y me aleja de ustedes. A veces Hemmings aparece y arruina mi noche. -Expliqué en voz casi inaudible.-

-¿Eso te asusta?

Negué con la cabeza.

-No –Suspiré sin darle importancia.- No es eso lo que me asusta.

Hice una pausa y me detuve a mirarlo haciendo círculos en la sábana con el dedo.

-La mayoría de las veces te pierdo.- Susurró mirándome.- Te escapas de entre mis brazos y la oscuridad se apodera de mí.

La expresión en sus ojos demostraba tristeza, cosa que me hizo sentir perdida por un segundo.
Su mano se dirigió a mi pecho para tomar la estrella entre sus dedos y sonreír con la mirada perdida.

-A veces tú simplemente te vas. -Dije cerrando los ojos para que no viera que iba a estallar en cualquier momento.-

-Emma... -Comenzó inclinando su cabeza hacia un lado para luego mirarme.- ¿Quieres irte? -Preguntó dejándome atónita.-

-¡No! -Dije con el ceño fruncido.- Harry, no pienses que quiero irme, porque la verdad es que no. -Respondí tomándolo por las mejillas.- No voy a dejarlos. No voy a dejarte.

Y tú tampoco debes dejarme a mí.

-Ve a darte una ducha, yo me cambiaré aquí. -Dijo sonriendo a la vez que se levantaba y yo corría cubriéndome al baño.- ¡Lindo trasero! -Gritó cuando cerré la puerta.-

-¡Lo mismo digo de tu espalda! -Dije recordando los arañazos en la misma.-

Terminé de bañarme y por alguna misteriosa razón, mi ropa interior estaba dentro del baño.
Cuando abrí la puerta, Harry estaba sentado en el borde de la cama que ahora estaba hecha y tenía sus manos entrelazadas sobre su nuca. Caminé hacia él mientras que dejaba que mi cabello ocultara mis pechos para colocarme entre sus piernas separadas y llevar una mano a su cabello aún húmedo.
Se volvió rápidamente a mí y sus esmeraldas apagadas se encontraron con mis avellanas confundidas.

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