Capítulo 3

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Desperté con un fuerte dolor de cabeza y un palpitar molesto en las sienes.

Intenté dirigir mis manos a mi rostro, pero por alguna razón no podía.
Vuelvo a tirar, pero sigo sin poder alcanzar mi meta así que muevo las piernas que también están sujetas a algo.
Pude abrir los ojos, pero todo está oscuro.

Quiero gritar, pero no tengo fuerzas como para lograrlo, aunque escuchaba voces desde lo que parecía ser afuera del cuarto donde me encontraba. Me removí en el lugar reiteradas veces de lado a lado hasta que sentí mis brazos humedecerse junto a mi frente.

La puerta se abrió de golpe haciendo que me sobresalte e intente acostumbrarme a la cantidad de luz que ingresaba por la misma.

-Está despierta. -Afirma un chico alto.- S, está despierta. -Grita girando su cabeza hacia el pasillo.-

Otra sombra cruza el marco de la puerta y se acerca a mí, agachándose justo a un lado de mi cabeza. No puedo verlo claramente, pero su cabello es morocho y tiene una gran altura. Es muy alto.
Me sorprendió cuando llevó su toque a mis muñecas y un insoportable dolor me invadió.

-Llama a Tom, se ha lastimado. -Ordenó en voz baja.- ¡Ahora! -Le gritó al ver que no se movía.-

Segundos después se volvió hacia mí y un escalofrío me recorrió de pies a cabeza.
Dios, tengo miedo.

-Te prometo que esto va a terminarse pronto, ¿si? -Susurró para que sólo yo lo oyera.-

-¿Q-qué...? -Intenté hablar, pero mi voz estaba completamente lejos de mi cuerpo, estaba chillando y me hacía daño.-

-Silencio, no te esfuerces, no puedes hablar aún. -Calmó volviendo su vista hacia la puerta.-

-Aquí está. -Dijo el mismo chico de antes.-

-Bien. -Escupió alejándose de mí.-

El tono de voz ronco en el que había hablado me dejó plasmada. Cambió radicalmente de actitud, lo que me espera aquí.

Ingresó un chico, algo más bajo que los otros dos, quitó las sogas que apresaban mis muñecas y éstas cayeron hacia ambos lados de mi cabeza. Duelen. Y mucho.

Lentamente las tomó y presionó un paño con alcohol, lo deduje por el asqueroso olor y la incomparable sensación.

-Es sólo un segundo. -Comentó antes de proceder con la otra muñeca.-

Pasados los diez minutos de tortura, el chico "S", volvió a ingresar quitándome las ataduras de los pies y ayudó a reincorporarme lentamente debido al mareo que aún se hacía presente en mi cabeza.

Una vez que pude mantenerme de manera autónoma, me dejó sola y cerró la habitación con llave.
Pasé todo el tiempo recostada en el suelo hecha una bolita, tengo frío y hambre, más del habitual, claro.
Creo que debo de haberme dormido en algún momento, porque me sobresaltó el ingreso de alguien al espacio.

-¡¿Dónde está?! -Gritó uno de los tantos chicos.-

Intenté levantarme lentamente para que me divisara, pero me encontró por su cuenta ya que sujetó mí ante brazo con demasiada fuerza, obligándome a caminar igual de rápido que él hacia otra habitación lejana a la mía.

Irónico que llame a esto "mío".

Me arrojó al suelo de un lugar incluso más pequeño que el anterior y me obligó a mirarlo, fue en vano ya que la luz no llegaba su rostro y yo aún tenía efectos de aquel trapo con químicos.

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