Capítulo 6

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-Antes de seguir, ¿estás segura que quieres quedarte? -Preguntó entre susurros.-

-¿Por qué lo dices? Me diste tres opciones y ya elegí. -Susurré de vuelta.-

-No quiero retenerte. -Dijo apartando su vista de mis manos para dirigirla a mis ojos.- Si quieres irte, esta es tu oportunidad. No mereces estar aquí con nosotros, tengo miedo de que puedan hacerte algo. -Explicó y yo entreabrí mis labios para decir algo.-Quiero decir, eres inocente.

-Lo sé, pero sí quiero quedarme. Están dándome una buena oportunidad aunque no pueda hacer mucho con estos bracitos. -Dije moviendo mis extremidades sonriendo de lado.-

Rió junto a mí a la vez que colocaba alcohol en mis heridas y cerré los ojos por el dolor.

-Oh Dios, lo siento. -Dijo alarmado a la vez que soplaba mis muñecas.- Debí haberte avisado, lo siento.

-No pasa nada. -Sonreí con los ojos llenos de lágrimas.-

Continuó abanicando la zona irritada con un leve soplido por unos segundos hasta que secó el líquido y volvió a remojar el paño en el agua caliente para luego observar mi rostro.

-Hey, no llores. -Dijo tomándome por sorpresa.-

-¿Qué? No estoy... -Reaccioné saliendo de mis pensamientos para mirarlo.-

Una de sus manos se acercó a mi mejilla y con su pulgar comenzó a secar las lágrimas que no sabía que habían caído.
Siguió con el otro lado de mi rostro y luego mantuvo su mano allí unos segundos, sosteniendo mi cabeza en alto, justo a la altura de sus ojos.
Me estaba observando detenidamente, pero cuando aquellas esmeraldas brillantes se encontraron con mis cafés claros, una sonrisa perfecta se expandió por su rostro haciéndome sonreír a mí también sin saber por qué.

Maldita sea, es muy lindo. Tanto que ni siquiera sé lo que estoy haciendo.

El sonido de una puerta cerrándose con un golpe nos hizo apartar la mirada hacia las escaleras. Era el rubio alto con su rostro lleno de banditas y golpes, sabía que era propensa a reírme de él, asique fijé la mirada en mi regazo en lo que S continuaba con lo que había comenzado hace más o menos diez minutos.

-Voy a ir por unas pomadas para mi rostro, ¿necesitas algo S? -Preguntó el chico tomando las llaves del auto y lo que supongo que era una billetera.-

-Sí, James dejó la lista por allí de lo que hace falta. -Dijo duro sin siquiera mirarlo.-

-Bien. -Respondió retirándose.-

Idiota.

-Lo que quería decirte era nuestros nombres, pero sería mejor que estemos todos, menos aquel idiota que acaba de irse. -Dijo levantándose de su silla abriendo un cajón de la mesada de la cual sacó un pequeño frasco.- Es detestable y nótese que estoy agradecido por la paliza que Shawn le regaló.

-Créeme que yo lo odio aún más. -Respondí girando los ojos.-

-¿Lo conoces? -Preguntó sorprendido.-

-No, pero tampoco me interesa conocerlo.

-Luke. -Escupió a la vez que esparcía una crema sobre mi piel.- Se llama Luke y es el más insoportable de todos nosotros y eso que James es peor.

-¿James es...?

-El otro rubio. Se llama Niall realmente, pero ya sabes, "usa los apodos ante desconocidos." -Imitó haciendo las comillas con sus dedos.-

-Tom es el que curó mis manos, ¿verdad? -Pregunté algo tímido.-

-Sí, Louis. Le decimos Tom por su...

-Por mi apellido. -Dijo el mismo bajando las escaleras.- Veo que no pudiste esperar.

Se acercó a nosotros y comenzó a vendar mi otra muñeca, lo hizo de manera aún más ágil que S a lo que él bufó mirando a Louis y reí.

-Siempre tuvo envidia de mí para estas cosas Emma, ya estoy acostumbrado. -Rió Tom ajustando el trabajo que S había hecho.-

-Tengo una duda. -Dije llamando la atención de ambos.- ¿Luke es el jefe?

-¡No! -Gritaron los dos al mismo tiempo desesperados haciendo que me sobresalte.-

-Es solamente uno más de nosotros, nuestro jefe también lo odia. -Dijo Louis.- Debo irme con él a informarle sobre nuestra nueva integrante. -Sonrió palmeando mi hombro derecho.- Los veo luego.

Una vez que cerró la puerta, S se volvió hacia mí y se levantó de su silla para desaparecer por un pasillo.

Algo confusa, me senté correctamente colocando ambos brazos sobre la mesa jugando con mis dedos ansiosamente.

No me ha dicho su nombre aún.

S. ¿Cómo rayos puede llamarse? Hay millones de personas en Inglaterra cuyos nombres comienzan con esa letra. O puede ser su segundo nombre.
Me rindo.

Abandoné mi asiento para dirigirme al mismo pasillo que él, sólo que ingresé al mismo lugar donde había estado hace minutos.
Decidí sentarme en la cama unos segundos, pero luego me recosté por completo algo mareada.

Oí sus pasos a lo largo del pasillo hasta que se detuvo en lo que debería ser la sala y comenzó a correr.
El taco de las botas marrones que traía resonaba por todos lados con un sonido seco.

-¿Emma? -Gritó de repente.-

Algo alarmada me reincorporé y asomé mi cuerpo por la puerta hasta que me vio y su mandíbula se aflojó.

-¿Estás bien? Fui por esto. -Dijo entregándome una especie de píldora seguido de un vaso de agua.- Es para quitarte el dolor.

Ingerí lo que me había dado y le devolví el vaso de vidrio vacío.

-Gracias. -Dije sonriéndole al suelo.-

Asintió con la cabeza levemente y volteó en dirección a la cocina mientras que yo regresaba a la habitación, pero me volví hacia el pasillo.

-Espera. -Lo llamé y se giro a verme.- ¿Cómo te llamas?

-Harry. -Dijo apretando sus labios en una fina línea.-

-Gracias por todo, Harry. -Sonreí agradeciéndole.-

Me regresó una sonrisa aún más bella que todas las anteriores y asintió antes de desaparecer de mi campo de visión por completo.
Cerré la puerta justo después de entrar y solté el aire que no sabía que estaba reteniendo.

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