CAPÍTULO 11

83.6K 8.6K 1.6K
                                    

—Solo ocurre a veces. Muy extraña vez en realidad.

La miro de reojo.

—Casi te mueres, maldita sea, no es como si eso le pase al resto de la gente "a veces".

—¿Cómo que no? Le puede pasar a cualquiera, además, estás exagerando, tan solo me habría desmayado, pero no muerto. Por mala suerte para ti, no habría muerto.

Está mirando al techo tamborileando con sus dedos sobre su estómago. Parece que está mejor.

—No digas eso, me haces quedar como un desalmado.

Levanta levemente el cuello y arquea ambas cejas.

—Que gracioso eres a veces Derek.

Vuelve a tumbarse y exhala fuerte.

Sé que suena extraño que yo vaya a decir esto, pero estamos tranquilos en la misma cama. Obviamente uno en cada punta. Ella está tumbada desde el lado de la cabecera y yo estoy apoyado en el trozo de madera del final de la cama.

Me da vueltas todo un poco, pero se podría decir que estoy mucho menos borracho que antes. En realidad no estaba tan borracho, un poco tal vez, pero no excesivamente.

—¿Me vas a decir ya de una jodida vez qué es lo que te pasa? ¿Por qué necesitas tomar esas pastillas?

—¿Sabes?, un día de estos acabarás tatuándote "jodido".

Frunzo los labios.

—¿Por qué?

Se ríe.

—Porque es como tu segundo nombre.

De inmediato se apoya sobre sus codos y me mira con la cara pintada por el interés.

Ay esa cara.

—¿Tienes segundo nombre, Derek?

—No, ¿y tú?

Baja la vista y niega lentamente con la cabeza hasta volverse a tumbar.

—Bien, ¿vas a dejar de cambiarme el tema ya y me vas a decir finalmente qué es lo que tienes?

Niega con la cabeza sin dejar de mirar al techo fijamente. La luz es escasa, la lámpara no alumbra demasiado, pero lo hace lo suficiente para que sus ojos verdes se noten en la oscuridad.

—¿Por qué?

—Porque ya te lo he dicho. No es nada grave, simplemente es algo raro que sería muy difícil que lo entendieras.

—Inténtalo. Prometo poner de mi parte para entender tu inteligencia supuestamente superior a la mía.

Me mira de reojo como respuesta.

—No se trata de inteligencia, se trata... simplemente de entenderlo. No podrías.

—Te estoy pidiendo que lo intentes.

—No tengo fuerzas.

—Ya, ni ahora, ni ayer, ni antes de ayer, ni mañana tampoco tendrás, ¿verdad? A veces me canso de que seas así. ¿Sabes?, si mi segundo nombre es "jodido", el tuyo es "mentirosa". Y "problemática", y también "cansina", y tal vez "misteriosa" pero sobre todo sería "ton..." —levanta el cuello para mirarme mal como advertencia y muevo mis manos cubriéndome de cualquier ataque—, y "patética". A veces lo eres un poco.

—¿Por qué? —resopla.

—Porque no te sirve de nada andar con tanto secretito, eso resulta patético.

—Bueno, lo de ser algo siempre es subjetivo. No voy a creer que soy algo porque tú determines que lo soy.

Se me escapa una risa que ni yo mismo esperaba.

En las botas de DerekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora