CAPÍTULO 13

104K 8.4K 4.4K
                                    

—¿No que no sabías conducir? ¿Qué acaba de ser eso?

Elba echa la cabeza hacia atrás y exhala pesadamente.

—Nunca me saqué el carné, en realidad esto acaba de ser ilegal.

—Se llama supervivencia.

Me mira, confusa.

—He arrancado un coche, lo he conducido hasta un aparcamiento lleno de coches sin rayar la carrocería de ninguno y sin haber ido nunca a ninguna clase oficial para aprender a conducir. Eso no es supervivencia, esto es un milagro.

Le quiero asentir pero el simple hecho de pensarlo ya me marea. Aún sigo con la cabeza llena de la mierda esa.

—¿Qué tienes? Me has jurado durante todo el camino que no estás borracho, ¿entonces qué te pasa?

—Estoy drogado hasta el ano —le suelto pellizcando con fuerza el puente de mi nariz.

—Mira que bien. Quisiste dar el paso, ¿eh? ¿Qué se siente ser más idiota que de costumbre?

—No me drogué yo —protesto.

—¿Entonces?

—Conocí a una chica...

—Uhm, sí, tu cita. Me dijiste que era muy guapa mientras comíamos... —comienza a parlotear— ¿tenía novio? ¿Te dio una paliza que te dejó tonto? Ay, Derek, ¿metiste la pata?

Sacudo una mano siseando fuerte para que cierre el pico. Su parloteo me pone nervioso.

—No, no, no es eso. Ella me drogó.

—¡¿Qué?! —Grita antes de pegar una pequeña carcajada de incredulidad—. ¿Eso no suele pasar al revés? ¿No sois los chicos los que, para acostaros con alguien a la fuerza, le ponéis algo en la bebida?

Dirijo mi vista en su dirección, dejando claro con el gesto que no estoy bromeando.

—Ella no se quería acostar conmigo, ella quería saber sobre ti.

A Elba se le cambia la cara por completo.

—¿Qué? Repite eso. ¿Por qué quería saber sobre mí?

—No tengo ni idea —digo dejando caer mi cabeza hacia atrás—. Lo que recuerdo es que me enseñó una foto tuya, ya sabes —muevo un dedo en el aire, como si con eso quisiera recordarle cómo lucía ella antes—, como eras antes, cuando tenías el pelo largo, rubio y eso.

—¿Qué hacía con una foto mía?

Me encojo de hombros.

—¿Puede que fuera policía? —me pregunta.

—Yo diría que nada mejor que eso justificaría todo lo que hizo.

—Oh, Dios mío —murmura ella, en bajo.

Cierro mis ojos y me dejo llevar por mi cabeza, a ver si puedo relacionar algo para sacar mis propias conclusiones con un poco más de sentido.

Chocamos, esa fue una buena oportunidad para comenzar una conversación. En realidad pensé que estaba ligando. Nadie en mi lugar se iba a imaginar que me drogaría horas después solo para interrogarme.

Ella misma propuso lo de salir a hacer turismo. Luego la elección del bar tan oscuro. Creo que si yo no hubiera pensado tanto en cómo terminaría esa noche posiblemente me hubiera dado cuenta de que un poco evidente era.

Imbécil.

«Jodido imbécil.»

—¿Recuerdas algo de lo que le dijiste?

En las botas de DerekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora