Love is Just a Game

Cap 3: "Situaciones"

- Otro mes - suspiró cansado - Nunca creía que contaría el tiempo que faltase para terminar mis pasantías. Siempre soñé con que sería una gran experiencia y probablemente que aplicaría después para quedarme trabajando ahí.

¿Por qué tenía que haber alguien que fastidiase mis planes? ¿Hasta cuándo va a seguir?

La rubia lo miró afligida - Él no se detiene hasta conseguir lo que quiere.

- Es un idiota. Ya no lo soporto.

- Y eso que está llevando las cosas con calma.

- ¿Con calma? Ayer intentó besarme cinco veces Quinn. ¡Cinco veces! Y como no se lo permití, hoy me hizo la vida miserable.

No entiendo como nadie se queja de él. ¿Es que soy el único al que vive molestando?

- Todos le dan lo que quiere, así que no tienen problemas con él. Mientras mantengan feliz a Blaine, se portará bien. Bueno, en general, porque hay ocasiones en que sus aires de diva son insoportables.

- ¿Pero por qué Callright y Davis permiten esas cosas?

- Dejando de lado su comportamiento soez, Anderson es increíble en el trabajo, lo que lo ha convertido en uno de los modelos más cotizados en la actualidad, y eso representa contratos millonarios. Creo que queda contestada tu pregunta.

Kurt rodó los ojos mientras hacía un gesto de fastidio, el cual fue cambiando cuando su mejor amiga se colocó detrás de él y empezó a darle un masaje en los hombros y espalda.

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Blaine estaba besándose con una de las modelos cuando el ojiazul llegó. Al verlos sólo bufó y dejó las cosas en los estantes correspondientes.

El moreno se separó de la chica y le susurró algo. Ella sonrió sonrojada y salió del lugar.

- Hermoso Kurt - empezó a acercársele.

- Ni se te ocurra - lo miró con rabia.

- Sólo un beso.

- ¡Jamás! ¡Ni aunque mi vida dependiera de eso! ¡Quién sabe cuántas enfermedades tendrás en esa boca!

El modelo siguió avanzando con determinación, haciendo retroceder al fotógrafo hasta dejarlo pegado contra la pared y rodeado por la utilería que habían estado utilizando.

- Nadie me niega lo que quiero - dijo con voz gruesa y lo miró de forma amenazante.

- Al parecer has encontrado a la primera persona que no es ilusa ni te tiene miedo.

Blaine se acercó eliminando casi todo espacio entre ellos mientras acariciaba el rostro del castaño - Esa boca tuya es toda una tentación.

- Te lo advierto, déjame en paz - colocó sus manos sobre el pecho del ojimiel para empujarlo - si vuelves a hacer algo como esto voy a denunciarte por acoso.

El moreno soltó una carcajada burlona - ¿Acoso? ¿Qué pruebas tienes?

- ¿Crees que no puedo conseguirlas? Si sabes lo que te conviene es mejor que te alejes de mí y me dejes en paz de una vez por todas.

El rostro de Anderson cambió, su mirada se volvió turbia y su voz se tornó mucho más grave y atemorizante - A mí nadie me amenaza Hummel. Si eres inteligente sabrás actuar de la forma correcta. No querrás que tu vida se convierta en un infierno.

- Mi vida ya es un infierno en gran medida desde que te conocí.

Blaine lo miró fúrico, Kurt se preparaba para pelear de ser necesario, pero se dio cuenta como el rostro frente a él fue alterándose, al igual que la mirada. El ojimiel se alejó de él sin decir o hacer nada, dejándolo ciertamente confundido.

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- ¡Kurt! ¿Qué ocurre? Estás en otro planeta.

- ¿Ah? Lo lamento, estaba pensando en algo.

- Ya me di cuenta. Esta es probablemente una de las mejores fiestas de la historia y pareciera como si estuvieses en un funeral - rió Sam, uno de sus amigos y compañero en la universidad.

- Eh... sí...

- Diría que más que en algo, piensas en alguien - volvió a reír - ¡Oh! ¡Es eso! ¡Estás pensando en alguien! ¿Se puede saber quién es el afortunado?

- ¡No! ¡Nadie! Sólo pensaba en algo del trabajo.

Al notar la seriedad de su amigo, colocó una mano sobre el hombro de éste - Kurt, sabes que si hay algo en lo que necesites ayuda, lo que sea, aquí estoy para ti.

- Sí, lo sé. Gracias. Y tienes razón, es una gran fiesta y estoy pensando en asuntos sin importancia.

Cuando Sam se retiró, Quinn se acercó a su amigo - No te entiendo Kurt, estabas contrariado porque Blaine no dejaba de molestarte, y ahora pareces contrariado porque no te presta atención.

- ¡Por favor! ¿Cómo se te ocurre decir eso? Es sólo que no puedo dejar de pensar en..... tú no lo viste, su mirada se tornó rara, como... triste.

- ¿Triste? ¿Blaine?

- No me hagas caso, tal vez son ideas mías.

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Antes de que se diera cuenta, otra semana había transcurrido, y la actitud de Blaine hacia él lo tenía totalmente intrigado. Después de aquel enfrentamiento, el modelo no sólo no había cumplido con su amenaza, sino que lo había ignorado y evitado a toda costa.

En la hora del receso decidió acercarse al moreno, así que esperó hasta que estuviese solo para poder hablar.

- Blaine, hola. "¿Qué rayos estás haciendo? Finalmente te deja en paz y vienes a buscarlo... Retrocede, tal vez no te escuchó".

- Sólo unos días y ya me extrañas y hasta necesitas venir a buscarme - se dio la vuelta y sonrió mordazmente.

"Idiota, idiota. Eso es lo que él quería y caíste en su trampa. Actúa rápido, di algo inteligente" - ¿Extrañarte? ¡Estás loco!

- ¿Y por qué viniste a buscarme entonces? - la sonrisa permanecía estoica.

- Simplemente a mí sí me enseñaron modales y te saludé por educación. Pero me doy cuenta que es inútil demostrar cultura cuando se trata de ciertas personas.

- Lo que haga flotar tu barco, Hummel.

- Eres insoportable.

- Sólo tratas de ocultar lo mucho que me deseas.

- ¿Qué te hace pensar que eres el centro del mundo?

- Lo soy.

- Esto es lo que obtengo por mostrar modales con quien no los tiene - gruñó.

- Vamos precioso - se movió rápidamente, tomándolo por la barbilla - sólo una probadita de esos hermosos labios y no te voy a volver a molestar.

- Claro, hasta que quieras otra cosa, y así seguirás hasta obtener todo lo que se te antoje - lo sujetó fuertemente de la mano para que lo soltara.

- Esto podría ser tan fácil. Aunque admito que esa resistencia tuya me fascina. Hay algo en tu rebeldía que me resulta excitante.

- Mantente lejos de mí.

El moreno volvió a tomarlo por la barbilla y unió sus labios intempestivamente.

Un golpe seco resonó en el lugar. Dos pares de ojos observándose con rabia. Una mano en el aire, otra mano sobre una mejilla golpeada.