El trayecto entre su departamento y el de su novio no era largo, sin embargo Kurt lo sintió como una eternidad. Iba pensando en la forma de decirle que lo mejor era ponerle fin a su noviazgo porque había dejado de funcionar hacía un buen tiempo, y probablemente seguían juntos más por costumbre que por otra cosa.
Sabía que debía decirle lo sucedido con Blaine también, aunque Leonardo terminase odiándolo probablemente por ello, pero merecía que le dijese la verdad y la razón por la que había estado distante.
A un par de cuadras de su destino, se sintió realmente nervioso y empezó a dudar de todo, sin embargo empezó a repetirse mentalmente: "No hay marcha atrás Kurt. ¡Tienes que hacerlo!"
Finalmente arribó al edificio donde su pareja vivía y lentamente se dirigió hacia el ascensor. Pulsó el botón que lo llevaría hacia el octavo piso donde el modelo tenía su departamento y empezó a repasar mentalmente lo que quería decirle.
El sonido característico del ascensor al llegar se hizo presente, y con éste un vacío en el estómago del fotógrafo, quien parecía pedirle permiso a cada pie antes de dar un paso.
Una vez frente a la puerta, sacó su cartera y buscó la llave electrónica que meses atrás su novio le había dado. La introdujo en la ranura, marcó el código de seguridad y cuando la luz del sensor se tornó verde, retiró la tarjeta e ingresó al lugar.
Supo de inmediato que el pelinegro no estaba dormido porque había luces encendidas. Respiró profundamente y recorrió el gran corredor que antecedía a la sala principal en donde escuchó varios ruidos que su nerviosismo no le permitió distinguir.
- ¡Leo! ¡Leo! ¿Dónde estás?
Un silencio llenó de inmediato el lugar, y poco después el modelo apareció luciendo agotado y bastante sudado. Llevaba un boxer oscuro puesto y mantenía los brazos hacia delante de su cuerpo como tratando de taparse la entrepierna.
- Kurt, ¿qué haces aquí?
- ¿Qué tienes?
- Nada. Pero contéstame ¿qué haces aquí a esta hora? ¿Por qué no me llamaste para avisarme que venías? – Su voz denotaba cierto nerviosismo y contrariedad al mismo tiempo.
- Necesitamos hablar.
- Asumo que ya te sientes bien cuando te has tomado la molestia de venir a buscarme a la una de la madrugada.
- Leo, por favor. Vamos a hablar como los adultos maduros que somos.
- ¿Justo ahora?
- Sí. Esto no puede esperar más.
- Resulta que estoy en medio de algo importante, así que te voy a agradecer que regreses por la mañana.
- No. Tenemos que hablar en este momento.
- Lo siento cariño, pero no puedo.
- Esto es serio.
- No puedes venir a mi departamento en la madrugada a exigirme que hablemos. No tienes ningún derecho a hacer eso.
- Soy tu novio, y no te estoy exigiendo nada, te lo estoy pidiendo.
- ¡Ahora eres mi novio! – Rodó los ojos. – Un novio que apenas si me mira o me besa, que ha estado poniendo distancia entre nosotros, que se ha negado a tener sexo en cada ocasión que se lo he propuesto, que no permite ni una simple caricia antes de apartarse. Un novio al que invito a salir y tiene mil excusas para no aceptar, y cuando lo hace o cuando tenemos planes para pasar juntos se empieza a sentir mal y me deja plantado.
- Justamente es de todo eso de lo que necesitamos hablar.
- ¿Sabes algo? No tengo ganas de escuchar las mil excusas que me vas a dar. Es más... ¡No quiero esa clase de novio!
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Love is Just a Game
FanfictionBlaine Anderson es un famoso modelo a quien sólo le importa el físico y pasar un buen rato con otros modelos. Kurt Hummel es un estudiante de fotografía, quien hará sus pasantías en la agencia donde Blaine trabaja. Anderson se obsesiona con el estu...