Cap. 32: "Descifrando al Corazón"

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Estaba muy inspirada, así que tuve que sentarme a escribir y terminé en sólo 2 horas y media. Por lo tanto, aquí tienen la actualización que estaban pidiendo ;)

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Los primeros rayos del sol entraban en la habitación y Kurt se removía en la cama cuando sintió a alguien a su lado y sus ojos se abrieron automáticamente, pero el familiar aroma lo inundó, haciéndolo relajarse.

No tenía idea en qué momento se había quedado dormido. Lo último que recordaba era estar apoyado contra el cuerpo de su padre con el rostro hundido en el hombro de éste mientras él lo abrazaba de forma reconfortante.

Se sintió culpable por estar ocupando espacio e incomodando a su progenitor, razón por la cual comenzó a deslizarse suavemente para levantarse.

- ¿A dónde vas tan temprano?

- ¡Rayos! – Exclamó llevándose una mano al pecho. – Pensé que estabas durmiendo.

- Desperté hace una media hora tal vez. Este viejo ya no duerme como antes.

- No eres viejo, papá.

- No me has contestado, ¿a dónde vas?

- A la otra habitación. Te estoy estorbando.

- No digas tonterías Kurt y acuéstate. Jamás me vas a estorbar. Además, esta cama es lo suficientemente grande, y aunque no lo fuese, no me molestaría tenerte aquí.

- Ya no soy un niño.

- ¿Y quién dijo que sólo los niños necesitan a sus padres?

- Una cosa es necesitarte y otra que duerma en tu cama como cuando era pequeño y...

- Puras excusas. Siempre que necesites a tu viejo, aquí voy a estar.

- Que no eres viejo.

- Bien, bien. Ahora acuéstate que es temprano y no hay ninguna razón para que te levantes.

El ojiazul se acomodó de lado y observó a su padre por varios segundos antes de cerrar los ojos. – Gracias... por todo.

- Gracias a ti por seguir confiando en mí.

- Es imposible no hacerlo. Aun cuando no estemos en contacto como antes. Realmente te extraño, papá.

- También te extraño. – Hubo una pequeña pausa de varios segundos antes de que el hombre mayor se decidiera a continuar con el tema que había quedado inconcluso en la noche. – ¿Qué más hay con ese muchacho?

- Mmm... Nada... ¿Has hablado con mamá?

- No me cambies el tema. Te hice una pregunta. Hay mucho que me tienes que aclarar, porque ayer básicamente lo que hiciste fue repetir que estabas hecho un lío, que lo habías arruinado y no sé qué más cosas a las que no les encontré ningún sentido.

- Es temprano, ¿tenemos que hablar de eso en este momento?

- Ya que los dos estamos despiertos y no podemos seguir durmiendo.

- Tengo mucho sueño.

- Kurt, te conozco al revés y al derecho, una vez que te despiertas no vuelves a dormir.

- Uno cambia con los años y...

- ¡Está bien! Si no me quieres contar, no voy a seguir insistiendo. – Se dio la vuelta hasta quedar de lado, dándole la espalda a su hijo. Segundos después bufó con frustración. – No lo soporto, simplemente no puedo seguir en la cama. – Empezó a levantarse.

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