Cap. 21: "Los Caminos se Cierran"

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Continuamos con otro capítulo de este maratón ;)

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Blaine salió echando chispas del lugar y se embarcó en su auto sin rumbo fijo. No sabía por cuánto tiempo había estado conduciendo ni en qué dirección, pero evidentemente habían sido varias horas porque ya era de noche cuando se encontró estacionándose a las afueras del bar que solía frecuentar.

Entró como autómata y se ubicó en su mesa de siempre.

- ¡Sr. Anderson! – Exclamó el barman que estaba secando los vasos y colocándolos en su lugar. – ¡Ha pasado un tiempo desde la última vez que vino!

Dejó lo que estaba haciendo y se dirigió hacia el de piel ligeramente bronceada. – Es temprano, estamos terminando de acomodar las cosas.

- Alan. – Pronunció con cierto alivio al levantar la cabeza y darse cuenta de que alguien a quien conocía estaba de pie a un costado suyo.

- Sinceramente pensé que ya no lo vería por aquí nuevamente.

- Tráeme lo de siempre.

- No lo haga, por favor.

- Tráeme lo que acostumbro y dos botellas extra.

- Sr. Anderson, eso no le hace ningún bien.

- No te estoy preguntando, sólo trae mi maldita bebida. – Gruñó con los puños apretados estrellándolos contra la mesa.

Poco después el cantinero estuvo de regreso y colocó frente al modelo el licor solicitado, quien empezó a beberlo como si de agua se tratase en un día extremadamente caluroso.

- Sr. Anderson. – El chico regresó luego de unos minutos – ¿Puedo sentarme con usted? Si no es mucho atrevimiento, por supuesto.

- Adelante. – Respondió extrañado, aunque tratando de ignorarlo.

- Gracias. – Luego de acomodarse miró con tristeza la forma en la que estaba bebiendo el hombre frente a él. – ¿Qué lo trae por aquí? Hace un buen tiempo que dejó de venir.

- Necesito olvidar.

- Haciendo esto sólo va a conseguir ponerse mal.

- Si vas a criticarme...

- No lo critico, me preocupo por usted.

El aludido posó sus ojos muy amplios sobre el barman. – Tú... ¿qué?

- Usted me importa mucho y no quiero que destruya su vida. No tengo idea alguna de qué le ocurrió para llevarlo a beber de esa forma, pero me duele y me preocupa. Tuve la oportunidad de conocer a un extraordinario ser humano años atrás, y doy gracias por ello cada día.

Jamás voy a olvidar lo que hizo por mí y por mi hija. En mi corazón guardo un enorme cariño hacia usted.

- Alan...

- No necesita esto. – Agarró con una mano una de las botellas cerradas. – No se haga nuevamente ese daño. – Mencionó con voz suplicante. – Ya usted se había alejado de este lugar.

- No entiendes, no puedes porque...

- Yo también he sufrido mucho, he tenido que pelear con uñas y dientes en esta vida para poder seguir adelante, la angustia me ha invadido, me he sentido solo y sin esperanzas.

- Tienes a tu hija, ella ha sido tu fortaleza.

- Es verdad, me he aferrado a ella y a su amor.

- Yo no tengo a nadie para...

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