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Cap. 45: "Haciendo Planes"

Saludos a todas y todos. Tal como ustedes lo pidieron en el grupo de facebook, estamos empezando aquí la maratón de ésta historia =) 

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CAPÍTULO 45:

"Haciendo Planes"

Una vez que despidió a Kurt en el aeropuerto, Blaine realizó una llamada telefónica y luego partió al encuentro con una persona que lo estaba esperando. Sabía que debía maximizar el tiempo y aprovechar cada minuto que estuviese solo.

Al llegar al lugar, lo observó por unos segundos, suspiró y entró con una emoción palpitante.

- ¡Blaine Anderson! ¡Benvenuto! ¡Cuánto tiempo sin verte! – Un hombre de muy buena presencia y acento italiano lo recibió efusivamente.

- ¡El gran Luigi DiCarlo! – Sonrió. – Gracias por recibirme tan temprano.

- Siempre es un placer mi bello ragazzo. – Le dio un beso corto en los labios. – Sabes que puedes venir cuando desees.

Durante más de una hora el ojimiel estuvo encerrado con el atractivo caballero, saliendo finalmente con una gran sonrisa dibujada en su rostro.

- Es bueno que sigas sabiendo lo que te gusta y vayas directo a ello.

- Es fácil hacerlo cuando tú siempre tienes lo que quiero.

- Sólo lo mejor para mio caro.

- Grazie di tutto, Luigi.

El italiano lo tomó del rostro y le plantó un beso sonoro. – Encantado de poder complacerte mi bello ragazzo.

Blaine subió a su vehículo y partió rumbo a su siguiente destino. Le faltaba tanto por hacer y el tiempo apremiaba. Durante las siguientes horas estuvo sumamente ocupado yendo de un lugar a otro hasta que decidió hacer un receso y pasar por casa de Alan para saludarlo.

- Sé que me he ausentado un poco Alan, sin embargo sigues estando al pie en los momentos más difíciles. Te agradezco tanto que fueses al juicio para apoyarme, significó mucho en realidad.

- No tienes nada que agradecer. Sabes que te quiero, eres un gran amigo, y no podía dejar de estar a tu lado.

- Igual, gracias.

El chico negó con la cabeza. – ¿Sabes? Extraño las pequeñas pláticas que solíamos tener. Aunque en realidad es algo bueno porque... Me refiero a que eso sucedía cuando concurrías al bar y... luego dejaste de ir, lo cual es magnífico, pero... amm...

- Cuando bebía idiota hasta perder el conocimiento.

- Ay Blaine, no...

- Está bien, entiendo lo que tratas de decir. No es un secreto que tenía problemas con el alcohol.

- Pero lo dejaste, y me alegra que lo hicieras.

El ojimiel asintió y sonrió suavemente. – Creo que no te he dado las gracias lo suficiente por todo lo que hacías por mí.

- Por favor no.

- Alan, eras la única persona a la que yo le importaba, o la que me tenía la suficiente lástima como para ayudarme.

- Nunca sentí lástima, me preocupabas. Eres una persona muy importante para mí y siempre lo serás. Además de lo eternamente agradecido que estoy y estaré.

El pelinegro suspiró. – Tuve mucha suerte de que trabajaras en ese bar. Si no hubiera sido así, yo... – Cerró los ojos y negó con la cabeza.