Capitulo Treinta y ocho.

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Seguí caminando a paso veloz de ahí, sin contar que mi camino no estaba del todo despejado y me di cuenta de eso ya estando tumbada en el suelo.

Y así fue como nos conocimos. Elliot rió.

Kendall estaba a un lado observándonos.

Eh, traté de levantarmeno te vi, lo lamento.

No te preocupes, me sucedió lo mismo. Dijo recuperándose del suelo.

La mirada de Kendall me comía viva, esperando a que Elliot se despidiera de mi de una buena vez.

Nos vemos luego, Elliot.

Él sólo se limitó a asentir mientras se iba junto con su gran novia.

Mi teléfono vibraba.

¿Qué quieres?

—Te ayudaré.

Y colgó. Odiaba que Evan hiciera lo que quisiese.

*****

¡¡Aliss, Evan está en la sala!!

Mi madre me despertó a las siete y media de la mañana y estando en vacaciones. ¿Cómo era eso posible?

¡Mamá, ¿Porqué el afán de despertarme temprano?!

¡Eso no me lo reproches a mi, reprochaselo a tu amigo!

Entorné los ojos. Bien, ¡ya voy!

Cambié mi pijama por una ropa decente y bajé.
Un Evan arreglado y muy apuesto me esperaba en la sala de mi casa.

Vaya que eres madrugador.

En algunas ocasiones nada más.

Lo ignoré completamente. ¿Qué desayunaremos? Le pregunté a mamá.

Na-ah, no hay tiempo para el desayuno. Contestó él.

Pero, me interrumpió.

Nada de peros.

¡Mamá!

¡Ya lo escuchaste!

¿Era el día de estar todos en contra de Alisson?

Te odio.

El ignoró el comentario. Seh, Seh. Pero por ahora a trabajar.

=•=

¿Qué dices de este?

Le mostraba a Evan el séptimo vestido que me había gustado y lo negó. Este hombre es difícil, no se como las mujeres se derriten por el.

Aliss, tienes un pésimo gusto. Déjame ayudarte. Se levantó del sillón donde estaba sentado hasta acercarse a los vestidos.

Me aventó, literalmente, como diez prendas a la cara.

¡Oye!Me quejé.

Son todos por hoy, me miró.Ve a probártelos.

Giré los ojos y entré al probador.
Después de treinta minutos ya me había probado nueve de ellos, y ninguno me había gustado.

La décima era la vencida, ¿no?

EVAN'S POV.

Realmente se me hacía tarde y ya había gastado todo mi tiempo en conseguirle vestidos a Aliss y déjenme decirles que su gusto está del infierno.

Me cansé de verla elegir vestidos horribles y decidí obrar por ella.

Aliss, tienes un pésimo gusto. Déjame ayudarte.

Traté de sonar lo más amable posible sabiendo que estaba enfadado y cansado de sus intentos de vestidos.
Encontré diez conjuntos elegantes y se los di.

Ya había pasado media hora y solo quedaba un vestido por probarse, si ese no era el indicado tendríamos que volver mañana.

Sal, Aliss, no tengo todo el tiempo del mundo.

Salió luciendo un vestido largo color azul Aqua, le quedaba perfecto, después de todo detrás de esa silueta de niña nerd había algo que admirar.

¿Estás escuchando lo que digo? Habló.

Perdón, ¿qué decías?

Rodó los ojos. Te preguntaba si éste estaba bien, me siento cómoda usándolo.

Estoy de acuerdo.

Y no era mentira, quería abrazarla y llevarla a donde sea conmigo vistiendo de esa forma.

No, Evan, cálmate.
Es Aliss, por dios.

Entonces será este.

Me limité a asentir, no quería que una estupidez se saliera de mi boca.
Nos acercamos a la cajera y sin ninguna vergüenza me pidió mi numero a lo que accedí. Evan nunca se negaba a pasar una buena noche. Aliss pagó con enfado y salió molesta del lugar.

¿En serio no te puedes limitar a coquetear con cualquiera?

Me preguntó llegando al auto. Aliss, sabes cómo soy y no voy a cambiar.

Bien.

Después de eso llamó a un taxi y se fue sin decir nada más del estacionamiento.

Vaya que la había jodido.

¡Aléjate de mi!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora