Capítulo Treinta y dos.

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Alisson.   

—Ty. — entré a su habitación.

Él se encontraba durmiendo plácidamente en su cama. Habían montones de libros regados por todo el suelo, ¿Qué puedo decir? mi hermano y yo crecimos con una familia obsesionada con la lectura y eso lo amaba más que a nada.

Verlo ahí, descansando tan tranquilo sin ninguna preocupación era la satisfacción más grande que podía sentir una hermana mayor.

— Mmm.— se quejó y abrió los ojos. —Hola, Aliss,. — sonrió.

—Hola pequeño, — le acaricié el cabello —despierta, la nonna quiere vernos. 

Me miró con una mirada confundida. —¿Ella está aquí? — me reí.

—No, — me levanté de la cama —hará una videollamada.

Hizo una mueca de satisfacción. —¿Sabes lo que significa, no? — me preguntó. 

Asentí. —Trae la videocámara. 

Realmente esto iba a ser un momento épico que se quedaría en nuestras vidas siempre. La nonna utilizando una computadora, eso era más que genial.

Prendimos la computadora y mamá se conectó en su cuenta de Skype. Vaya que las madres de ahora son bastante civilizadas. 

Usted tiene una solicitud de BuenonalaNonna.  

Tyler y yo no pudimos contener las risas. ¿En serio? Y yo que creía que ya lo había visto todo. Mamá dio aceptar, y comencé a grabar.

—Paolo, come questa cosa serve? — la nonna estaba del otro lado de la pantalla grítandole al tío Paolo. Ty contuvo la risa. — non vedo nulla. — se quejó. 

—Mamma, la fotocamera è già — le contestó mi tío en italiano.

—Mamá, estamos aquí — le habló mi madre.

—Oh, te veo. — sonrió. — Esto de la tecnología es sorprendente — su acento era bastante gracioso. Extrañaba a mi abuela.

—¿Porqué Aliss tiene una videocámara? — preguntó la nonna inocentemente.

Mi mamá rodó los ojos. —Ya sabes como son tus nietos de traviesos.

—Igualitos a su abuelo — sonrió. 

—¿Dónde está papá? — mamá le preguntó.

—Fue a comprar unos libros. 

No les mentía, mi familia vive de libros, mi abuelo fue un famoso escritor y mi mamá había publicado un libro hace tres años. La mayoría de mi familia eran lectores y escritores. 

Un primo hermano del papá de mi abuelo fue general en el ejército durante la segunda guerra mundial y es por eso que nosotros sabemos mucho sobre eso. Mi abuelo nos contaba dónde se escondían los judíos para no ser atrapados por los soldados nazis. Entre muchas más historias. 

—Gloria, Paolo quiere verte. 

—Hola, princesa de porcelana. — así le decía mi tío a su hermana menor. En total eran once hermanos, ¿Sorprendente, no? pero eso nos hace una familia bastante grande.  —Hola, bichito. — me saludó. —Hola, Tom Brady Jr. — saludó a Tyler. 

—Te extrañamos, tío. Bueno, a todos, es más, hasta a Bruno. 

Bruno Ruzzo; así habíamos nombrado al San bernardo de la familia. 

—¿Cúando los traerás? — se quejó mi tío Paolo.

—Estoy pensando que en estas vacaciones. — mi mamá le comentó.

¡Aléjate de mi!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora