Capítulo 10.

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Capítulo 10.





GISELLE POV.

                  

-Shhh- colocó su dedo sobre mis labios y luego lo apartó para volverme a besar - A ti Giselle, a ti.

La volví a besar, creo que dejamos que los minutos pasasen sin darnos cuenta, uno...dos...siete...

Alguien intentó contenerse un estornudo en el baño.

Aina se apartó y me miró fijamente a los ojos, como si fuese un felino.

Me empujó levemente para poder salir del baño y se encontró con una chica enfrente de nuestra puerta.

La conocía de vista, era una de esas chicas amables que estaban dispuestas a dejarte deberes atrasados o cosas de los días que faltabas pero que hablaba demasiado.

Cogí aire y me miré en el espejo de enfrente, ambas, Aina y yo, teníamos los labios hinchados, y no sólo con eso, llenos del pintalabios corrido de color morado oscuro que Aina decidió ponerse esa mañana.

Bajé la cabeza incómoda y me limpié la boca con el reverso de mi mano y parte de la manga de mi chaqueta .

Aina se limpió con el brazo empeorando las cosas y sus ojos cambiaron.

Ahora estaban fríos, insensibles- Colócate en la puerta- me mandó sin mirarme.

-Pero...

-Colócate en la jodida puerta y asegúrate de que nadie entra- se pausó - Y que nadie sale- miró a la chica que ahora estaba con los ojos bien abiertos.

Caminé desanimada hasta la puerta de la entrada del baño de chicas y apoyé mi peso sobre ella, para luego mirar a Aina, que tampoco se había dignado a dirigirme la mirada y seguía con los ojos clavados en aquella chica -¿Cómo te llamas? - Aina dijo con tranquilidad pasándola y yendo hacia el espejo para mirarse. La chica no respondió y Aina sonrió, cogió agua y se limpió el pintalabios que seguía por su cara - ¿Cómo te llamas?- repitió mientras sacaba de nuevo el pintalabios y se lo aplicaba, cerró la tapa, retocó sus ojos y separó su pelo en dos mitades para comenzar a hacerse una trenza con cada una de estas - Vamos chica, no tengo todo el día- la advirtió cuando había terminado de hacerse su simétrica trenza izquierda, la que por cierto, la quedaba genial, ¿quién le habría enseñado a hacerse un peinado así? Había visto a bastantes chicas por la red con el mismo peinado y cuando las veía solía resoplar y pensar en que ojalá supiese peinarme así, y ahora viene la vida, se ríe de mí y me ofrece a una chica como las de las revistas a las que solía envidiar.

-Caroline- susurró la otra al fin.

Aina sonrió levemente - Bien, Caroline, dime, ¿qué has visto?

-Nada- aseguró- Estaba la puerta cerrada y...

Aina estaba enfadada, se le estaba yendo la paciencia, sus nudillos se estaban poniendo blancos alrededor de su pelo y sus labios estaban apretados...ella cerró los ojos por un segundo, y luego volvió a abrirlos menos tensa y con una gran sonrisa - Sé que has visto algo- dijo inocentemente recogiéndose la otra trenza con una goma - No te vamos a hacer nada Caroline - se giró despacio.

-Yo sólo vi como vosotras dos entrasteis al baño y escuché... cosas...- soltó al final, de pronto la cara de la chica cambió y se volvió a una de puro orgullo -Espera- sonrió - Yo no soy la que debería de estar en esta situación, eres tú, la pregunta es, ¿qué me das por no ir y contárselo a tu novio?

Aina sonrió amargamente y abrió su mochila con tranquilidad para sacar un cigarrillo y encendérselo , estaba prohibido fumar aquí - ¿Sabes cómo burlar un detector de metales Caroline?-  preguntó de espaldas Aina - ¿Conoces el papel de plata? Un invento genial, ¿no crees?- se giró- ¿Sabes que la gente entra a robar a las tiendas con este papelito y no salta la alarma?- sacó algo envuelto y se lo mostró - Es genial, porque en el instituto, además, se creen que es tu almuerzo, ¿verdad? - ella se echó a reír y lo desenvolvió despacio para sacar una navaja.

La novia de mi primo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora