Capítulo 43.

2.2K 121 48
                                    


Capítulo 43. 




Atención ; contenido explícito.



GISELLE POV:

Miré su pistola, sin duda alguna ella estaba apuntando a mi pecho, supongo que cualquier persona racional hubiese salido corriendo, pero yo supe que le pertenecía también, y que si quería apretar el gatillo no me importaba, porque al menos mi momento había llegado a manos de ella.

Pensé en que ojalá sus balas llevasen grabado su nombre "Aina" atravesando mi corazón, para que todos supiesen lo que duele el amor.

Para que todos supiesen lo que se siente cuando te enamoras.

Hay balas que merece la pena ser recibidas.

Eché mi cuerpo para delante, apoyando mi peso sobre el cañón del arma negra.

Le miré a los ojos , a sus proporciones, a los esquemas que había repasado tantas veces en mi cabeza.

Azul y marrón.

Pura armonía.

Tierra y océano.

Naturaleza.

Frunció el ceño - ¿Qué haces?

Cerré mis ojos – Hazlo, dispárame.

-Nunca lo haría. – noté su voz seria en lo más profundo de mis entrañas, un rápido y ligero movimiento hizo que se me pusiesen los pelos de punta.

Fue el de la pistola cuando quitó el seguro y recargó.

Abrí los ojos, sin dejar de mirar los míos ella giró el brazo y disparó, llevé la vista rápido por encima de su hombro.

Un hombre había caído rendido al barro, ahora, supuse muerto.

-No te separes de mí.

-¿Por qué me apuntaste?

-Es nuestra forma de decir que vienes conmigo, nadie pensaría que lo haces si te apunto, sólo nuestra banda sabe lo que significa.

Tragué saliva y miré el cuerpo rendido de Lesli - ¿Un jodido dardo tranquilizante? – dije confusa.

-Es la policía secreta, nos han debido de seguir.

Liz disparaba a ton ni son, mientras que la policía sólo se defendía con armas que hacían escaso daño.

Miré la número ocho, que iba corriendo a por su novia y la cogía en brazos para meterla en su coche.

-¿Qué tal esos musculitos? Es hora de que uses tu fuerza bruta – Aina desvió la mirada hasta Lesli, asentí sólo una vez tomando su frágil cuerpo – Detrás de mí- asentí.

-¿Puedo ir yo también?- dijo Aleksi.

Aina rodó los ojos y asintió.

Liz y ella bajaron profesionalmente los escalones empujando a quién debían empujar todo para que no nos tocasen a nosotros, con el arma en mano.

-¿Estás loca?- gritó Liz -No podemos salir por la puerta, habrá docenas de policías.

-Ten fe en mí- gritó Aina saltando como si nada al círculo de barro.

La novia de mi primo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora