Capítulo 17.

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Capítulo 17.


AINA POV.


Conduje con rabia e intenté no resbalar demasiado, lo hice hasta que el coche me lo permitió claro... porque se acabó la gasolina.

Ya sin poder aguantar más todo mi enfadado salí de un portazo y pegué patadas al coche y puñetazos, dios, ¿por qué me pasaba esto a mí?

-Tranquilízate- susurró Giselle.

-¡Todo esto es por tu culpa!- le señalé - ¿Para qué me pegas sustos?, ¿Por qué no te quedas con tu estúpido novio en casa?

-Pero el volantazo lo diste tú.

-¡Me asustaste!, ¡Creo que es normal cuando sale alguien del asiento trasero de tu coche!, ¿cómo quieres que me tranquilice? - alcé las manos - ¡Nieva, no tenemos gasolina, estamos perdidas, las carreteras están cortadas!

-Así no vas a encontrar la solución - dijo calmada.

-¿Para qué coño subiste a mi coche?

-Ahora no me eches la culpa de que te quedaste sin gasolina, tú sabrás, es tu coche.

-¡Es que la gasolina me daba para llegar a la supuesta gasolinera que se encontraba en la jodida carretera correcta! - le grité y ella agachó la cabeza con una sonrisa. - ¿Qué coño te pasa, por qué sonríes?

-Al menos me estás hablando- susurró.

-¡Agr!, ¡No te soporto! - dije con rabia y solté el freno de mano que llevaba medio agarrado para no resbalar - Sube al coche, al asiento del conductor- mandé y ella hizo lo que le pedí.

Me coloqué detrás del coche y empecé a empujar -¿No se supone que deberías tener una reserva de gasolina?

- La usé- grité.

-¿Por qué no empujo contigo?, ¿piensas empujar por horas?

-Tú mantente dentro conduciendo - le mandé- Y cierra la puerta, enfermarás.

-¿Es por eso?, ¿no quieres que enferme?- me preguntó con alegría.

-Cállate- la mandé y comencé a empujar de nuevo.

-Me temo que tú vas a enfermar porque como siempre, llevas falda.

-Cállate- repetí.

**

Después de más de una hora y media empujando me cansé, estaba agotada y no sentía ninguna parte de mi cuerpo - Me rindo- susurré sin poder mantenerme en pie cayendo de cara a la nieve que se amontonaba en la carretera.

-Aina, levante- me cogió del abdomen Giselle para tirar hacia arriba- Aina, entrarás en hipotermia - me obligó a ponerme en pie.

-Déjame morir- dije dramáticamente cansada tirándome de nuevo en la nieve.

-De ninguna manera- volvió a ponerme en pie - ¡Mira, viene un coche!- abrí bien los ojos y me puse en pie.

-¡Enciende las luces del coche, corre! - le mandé y moví mis manos en el aire para que me viese.

El coche paró y yo me acerqué a la ventanilla, era un hombre con su familia - ¿Estáis bien?, ¿qué hacéis aquí en medio?

-Señor, no puede conducir hacia allá, han cortado la carretera por el tiempo - él abrió la boca -Deben dar la vuelta y buscar refugio.

La novia de mi primo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora