Capítulo 22.

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Capítulo 22 


GISELLE POV.

Aina entró a las horas, con la nariz y las mejillas rojas por el frío, en su mano llevaba un vaso y en la otra llevaba envuelto algo.

Ella se acercó con una sonrisa y me ofreció el vaso.

Olí profundamente, era café - ¿Te acordaste de que me gusta el café? - asintió vergonzosa y yo quise comerle las mejillas a besos, en cambio coloqué mi palma en una de ellas, comprobando lo fría que estaba.

Ella sonrió de lado y me ofreció lo que estaba cerca del vaso, eran galletas, típicas y lisas pero galletas al fin y al cabo.

Sonreí de pleno y le puse una delante de la boca, ella me miró, rodó los ojos y por fin la masticó.

-Están algo húmedas y pasadas, pero sé que te gusta el café con galletas- sonreí negando.

-Deberías tomártelo tú, estás helada.

- Por favor, ¿yo?, ¿café? Jamás- se echó el pelo detrás del hombro como una diva y le alcé una ceja cuestionando para luego reírme. -Menos risas Howard, me enfadaré si no te comes todo- frunció el ceño y yo la miré lascivamente.

-¿Estás segura de que no quieres comer?- quité la sábana que me cubría, seguía desnuda.

Ella bajó la vista a mi cuerpo, se humedeció el labio inferior y tragó saliva audiblemente.

Me bebí el café caliente de un trago y quité las galletas para dejarlas en la mesa y que se recostase a mi lado.

Ella antes de tumbarse se quitó las botas llenas de hielo, la sudadera larga y fría, los tejanos antiguos y desgastados y se quedó en ropa interior, entró y la abracé a mi cuerpo.

Estaba helada - Me encanta- susurró colocando las manos en mis caderas y haciendo un camino desde debajo de mis pechos hasta de nuevo mi pelvis .

-Ven aquí, debes calentarte- la abracé y noté el frío en mi piel pero no me importó.

-Creo que prefiero que te tomes el café tú para que se te caliente el cuerpo y luego tú puedas calentar el mío- me reí negando por su tontería y ella acarició mi cuello con su nariz.

-¿Quieres...?- me insinué y ella asintió para rodar en la cama y quedar encima de mí - No te has curado- susurré mientras ella explotaba mi cuello.

-Creo que se me congelaron tanto las manos... hasta el punto de no poder hacer que saliese sangre de ellas- negó y levantó la cabeza para mirarme - Gis, estoy bien- me mostró sus vendas y yo apreté los labios.

Ella al segundo comenzó de nuevo a devorar mi cuello y yo no me quejé, porque en fin, quería jodidamente.

Arañé su espalda y ella gimió para con sus manos acariciar mi vientre.

Bajó su mano muy despacio hasta mi entrepierna y empezó a frotar débilmente sus dos de sus dedos contra mi nudo.

Gemí y ella levantó la cabeza de mi cuello - Mírame- susurró y yo la miré con los labios entreabiertos.

Ella sonrió despacio y bajó sus besos hasta mi pecho derecho sin parar de hacer el movimiento que me estaba haciendo delirar bajo mi ombligo.

-Aina.

-¿Hmmm?

-Para- ella paró al segundo y me miró con el ceño fruncido.

-Te toca a ti amor- susurré y acaricié su mejilla.

La novia de mi primo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora