Capítulo 39.

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Capítulo 39.





AINA POV:


-Entonces... sigues leyendo tanto como cuando eras joven.

Fruncí el ceño y me retorcí en el asiento de agradable cuero - ¿A caso ya no soy joven? – se rió pero no apartó la mirada de la carreta.

-Sí, pero digamos que nuestra etapa de ser demasiado jóvenes terminó – yo sonreí apretando los labios, una ligera mueca, más bien.

-Sí, sigo leyendo- me propuse a contestar.

-¿Y escribiendo?- dijo con simpleza. Los pelos se me pusieron de punta, activé las alarmas e intenté verme natural , miré por la ventanilla y noté su mirada clavada en mí – No quise... entiendo que...

Le corté- No, ya no escribo – un silencio incómodo se creó en nuestra pequeña atmósfera.

-¿Qué fue lo último que escribiste?

-Algo de cenizas- dije intentando sonar natural.

-Sé que memorizas lo que escribes- susurró y toqué mi frente, en la que se había formado una arruga.

-"Ardiendo. Siento a todo el mundo ardiendo, siento el calor a cada lugar que voy, pero estoy tan fría, yo soy tan fría.

¿A caso el hielo se puede convertir en cenizas?"

-¿Cuándo escribiste eso?- susurró y escuché como pasaba saliva.

-Tres días después de que me abandonases- dije sintiendo el frío de nuevo en mi interior, una contestación gélida para sentimientos congelados, no, claro que no, las cenizas y el hielo no pueden convivir juntas, acabarás hecha agua fácil de manipular y tirar, no soy un río y menos un mar, un cubito de hielo no puede mover terreno. Yo no puedo hacerlo.

-Yo...

-Tú- sonreí – Tú estás conduciendo – dije cambiando de tema rápidamente – Me es tan extraño, siempre era yo la que conducía, ¿recuerdas?

Apretó las manos fuerte en el volante, supe que iba a dejar pasar ahora el tema, pero que había abierto un cajón a una gran charla en un futuro.

No le di importancia, de nuevo, los cubitos de hielo rodeados de calor no tienen mucho futuro.

-Claro que lo recuerdo, la mejor conductora de todo Miami – sonreí - ¿Sabes? Vi tu foto en un periódico, quiero decir, la de tu coche, bueno y a ti, tú estabas conduciéndole y te daba la sombra en la cara, recuerdo el titular "Las carreras de coches ilegales no cesan en Miami" – me reí natural.

-¿No viste el titular de "Detienen a cuarenta y ocho menores"? – me incliné levemente contra su lado cuando la cerrada curva intervino en nuestro camino.

Estábamos en una montaña, que no hacía más que subir y subir en calzadas de "S"

-No, ¿qué ponía?

-Hablaban de las carreras, de la falsa documentación, de las drogas y la cantidad de dinero que se manejaba cada noche en las apuestas, tengo una foto pegada en la pared, salgo detenida, de verdad que es genial- ella se rió con sinceridad, no era de esa clase de risas que te salen por cumplir, su risa había nacido en su estómago y había viajado hasta su garganta a la velocidad de la luz.

-¿Cómo te admiten en los trabajos teniendo tantos antecedentes?

-Es fácil – la miré y me senté sobre mis rodillas- Sólo tienes que...- aparté su pelo lentamente, para poder dejarme paso a mí misma a su cuello.

La novia de mi primo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora