8. Hermano y hermana

37 4 10
                                    


Hugo


Después de que les dijera a Marc y a Iván que definitivamente no volvería al deporte, ellos se limitaron a aceptarlo. Iván tardó un poco en asimilarlo, diciendo que no debía dejarlo y que, aunque hubiera perdido práctica en competiciones, podría superarlo sin problemas. Pero Marc me sonrió y dijo que si es lo que de verdad quería, que todo estaba bien. Tras esto salieron de mi dormitorio y me dejaron en la intimidad. Marc y yo hemos tenido una riña hacía poco sobre el mismo tema, y él afirmó que yo era cabezota por naturaleza, y no tengo problema en asumirlo. Pero creo que es lo mejor. Ahora mismo si me dijeran de competir en una carrera la perdería sin duda... Después de tanto tiempo sin correr contra nadie, no estoy preparado para volver a las competiciones. En cierto modo me siento aliviado de saber que Joel no dejó el deporte, o al menos de creerlo firmemente aunque no tengamos pruebas de que sea él. Pero me decepciona que nunca me dijese mediante cartas que seguía corriendo. De haberlo sabido tal vez yo no hubiera hecho el sacrificio de abandonarlo todo para vivir algo que alguien ni siquiera estaba viviendo... Todo fue para comprender mejor a Joel, para estar a su nivel. Pero ya veo que me equivoqué por completo. Debí haber supuesto que Joel seguiría corriendo, nunca nos dijo que dejaría el deporte para siempre... Pero ya no puedo hacer nada.

Ya estamos en la última semana de noviembre a día jueves, y las competiciones de invierno entre las academias de la ciudad empezarán a finales de diciembre. Y aunque queda un mes, la gente se está agobiando demasiado. Yo mantengo mi pasividad normal, aunque por dentro desee encontrar a Joel. Pero por más que hayamos ido a su academia, nunca estaba allí. Mateo, el chico pobre de la Víspera, nos dijo hace unos días que alguien le había dicho a Joel que lo buscábamos. Desde entonces se ha dejado ver menos el pelo a las horas que solía frecuentar, y ahora Mateo apenas lo ve.

Mateo me resulta un chico tímido, poco hablador y no le gusta que le hagan preguntas. No es el tipo de persona que sería mi amigo fácilmente precisamente porque se parece a mí en esos aspectos, aunque a diferencia de mí, él no posee pasividad, sino energía. Es un tímido torpe. No obstante, parece llevarse bien con mis dos mejores amigos, aunque sólo lo veamos cuando vamos a buscar a Joel.

Hoy jueves parece uno de esos días normales en los que uno se levanta, se viste y sale a hacer sus rutinas. Mi rutina es estar en clase y escuchar al profesor, pero de las dos cosas me limito a hacer la primera. Estoy aquí, sí, sentado en mi mesa con los papeles delante. Pero ni escucho lo que habla el profesor ni me molesto en hacerlo. Y mientras yo miro por la ventana, Marc, un asiento a mi lado, toma apuntes que está dispuesto a dejarme si yo los pido. Pero mi pasividad ante la universidad llega a sorprenderle a extremos infinitos.

Después de las clases, Marc me dice que se quedará en la academia entrenando al igual que Iván. Él está dispuesto a dejarme las llaves de su coche para que me venga a casa, pero yo, que me da cierto respeto conducir sin carné, lo niego y me voy corriendo. Ya sé que son treinta kilómetros desde aquí hasta mi casa, pero no me importa correrlos parando de vez en cuando para descansar y beber agua.

No obstante, cuando ya estoy corriendo carretera adelante, un coche naranja me pita y yo me giro malhumorado. Mi hermana me sonríe desde la ventanilla y me dice con un gesto que suba. Me encantaría negarme, pero en fin... no puedo hacerle ese feo a mi hermana. Además, parece que su novio no está dentro.

–¿No te quedas hoy para entrenar? –le pregunto cuando ya estoy dentro.

–Ya me quedé ayer. Además, hoy el capitán del salto con pértiga nos ha dicho que los de primero necesitan bastante entrenamiento... Tu amigo ése, Iván... Es un chico raro, ¿no crees? –La miro esperando que continúe–. Quiero decir, ¿no te parece extraño que alguien de tan baja estatura como él haga tan bien el salto con pértiga? Por supuesto no es mejor que yo, pero es bastante bueno y me irrita. Es un chico que sólo me habla a mí, y cuando lo hace siento que mi estatus popular baja de forma bruta. ¿No tiene amigos o qué? Y es incluso más pequeño que yo, no demasiado fuerte y bastante inapropiado físicamente para la pértiga... Entonces, ¿por qué lo hace tan bien?

Meta tras metaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora