40. La primera solución

7 0 0
                                    


Iván

Encontrar a Ezequiel no es una tarea sencilla. Hemos buscado en todos los lugares que creíamos posibles, pero no ha habido suerte. En la cafetería, en el pabellón de atletismo, en los jardines... El tiempo sigue corriendo, y no ha habido ninguna respuesta. David y yo ya lo damos todo por vencido, y lo peor es que ni siquiera sabemos cómo les irá a los otros dos. He intentado contactar con Lope, pero no me ha respondido aún. Víctor tampoco. Supongo que habrán encontrado a Cristina y a Gera y estarán hablando con ellos, o quizá no les han llegado mis mensajes...

Me siento en un banco de uno de los jardines y apoyo la cabeza en el hombro de David. Suspiro, y él me da un beso en la coronilla.

–Tranquilo –me susurra–, lo encontraremos...

Pero yo sacudo la cabeza y me reincorporo para mirarlo a los ojos.

–No me preocupa encontrar a Ezequiel... y tampoco me preocupan Hugo y Joel, porque una parte de mí piensa que volverán a llevarse bien... Lo que realmente me preocupa... –Desvío la mirada, aparentemente destrozado– es Marc. Si de verdad es el culpable del malestar de Hugo y Joel... No sé cómo explicarme...

David me abraza y yo apoyó mi barbilla sobre su hombro, buscando ser reconfortado. Casi olvido que no hace falta que sepa explicarme con él, porque él sabe cómo me siento sin necesidad de que hable. Me acaricia las mejillas y, con su fuerte y dura mirada, me hace sentir mejor. Suspiro, aliviado, enamorado. Si David no existiera en mi vida, siento que habría caído hace mucho tiempo en una oscuridad que me ocasionó el mismo amor que ahora siento... Me pregunto, ¿cómo es posible que el mismo sentimiento me dé sensaciones tan distintas? Será porque son hombres diferentes...

Mi móvil empieza a vibrar y lo cojo casi con ansiedad. Lope me ha mandado un mensaje. Ha encontrado a Ezequiel y tiene problemas.

David y yo nos levantamos rápidos y corremos hacia el lugar que nos ha dicho. Los encontramos en el jardín trasero que hay cerca de la piscina al aire libre. En ella nadan chicos y chicas que probablemente se entrenen para las nacionales. Tras la verja que separa la piscina del jardín, vemos a Víctor, que nos hace una señal de rapidez. Él nos lleva al lugar en el que Lope y Ezequiel están hablando. ¿Pero por qué? Les dije a ambos que si lo encontraban no hablaran con él. Además, tenía previsto encontrarlo yo antes que ellos.

–Cristina no sabía dónde estaba –nos susurra Víctor mientras caminamos hacia ellos–, así que Lope ha venido en mi busca. Gera tampoco lo sabía, pero cuando ya nos íbamos, Ezequiel vino a la piscina.

–Eso no explica que desobedecierais mis órdenes –bufo yo, enfadado.

–Penélope no se ha podido resistir –sonríe Víctor–. Creo que la ira la ha dominado.

Y efectivamente, cuando nos reunimos con los otros dos, Lope casi mata a Ezequiel con la mirada y con las palabras. David y Víctor la hacen entrar en calma, y Ezequiel nos mira como si estuviéramos locos.

–¿Podéis explicar por qué esta chica parece loca?

–¿¡Cómo!? –ruge Lope–. ¡¡Eres tú quien ha empezado!! Chicos, este salvaje me ha dicho, y cito textualmente: ¿qué demonios hace una Ríos aquí? Y encima, del grupo de Hugo. Lárgate antes de que te eche a patadas.

Pongo los ojos en blanco mientras Lope sigue insultando a Ezequiel. Éste ladea la cabeza y cruza los brazos.

–¿Para eso me has apartado de la piscina? –pregunta–. Tengo cosas más importantes que hacer que perder el tiempo con locos.

–¡Espera! –le digo, sosteniéndolo del brazo antes de que se vaya–. Hay algo... que nos gustaría saber...

Ezequiel me mira con un desdén tan fuerte que casi me siento mal. Nunca he comprendido qué le hemos hecho a este chico para que nos odie tanto, aunque puedo hacerme algunas ideas. Evidentemente nos odia por lo mismo que Marc odia a Joel y a todos los suyos. Digamos que Ezequiel es el Marc de Joel, aunque no tengo la sensación de que éste esté enamorado también. Quizá sea porque Ezequiel tiene una forma distinta de proteger a su amigo. Una forma... más sincera y dura.

Meta tras metaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora