Inconsciente

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En la casa...

--Hola nena.—la saludó su mamá a su entrada con un beso

--Hola, mamá.—saludó en señas

--¿Qué tal la universidad hoy?

--Muy bien mamá como siempre.

--Ah, madre. Me invitaron a una fiesta mañana sábado. ¿Tengo tu permiso?

--¿Quieres salir?—preguntó su madre con curiosidad

--Si mamá. Soy humana. Es sólo una fiesta. Te prometo que no beberé nada. Tú me conoces.

--Está bien Grace, pero tienes que llamarme. Regla #1de las salidas.

--Si mamá, prometo llamarte a cada hora.—ironizó

--No exageres, mi niña.

--¿Con quién iras entonces?

--Con Danna y Bryant.

--Está bien, sé que estas en buena compañía.

--Me voy a mí recámara.

--¡Qué descanses!

Día sábado...

--Hija, te buscan.— dijo ella dejando entrar a una visiblemente emocionada Danna

--Hola, Danna.—saludó plantando un beso en la mejilla de su amiga

--Estás...preciosa.—exclamó su amiga

--Gracias.—sonrió con timidez

--Traerás a uno o más babeando por ti, te lo aseguro.

--Danna hija, cuídame a mi niña.—advirtió la mamá de Grace

--Por favor mamá.

--¿Tienes bien cargado tu mensajero?

--Si mamá.—hizo una mueca exasperante

--Adiós entonces.—dijo echándonos la bendición.—Que se diviertan.—concluyó

--Wow, amiga, estás tan bonita pareces hasta diferente.

--Nada extraordinario.

--Deja que te vea Bryant, babeara por potes, te lo aseguro.

--Espero que con este vestido no te hayas puesto sujetador.—le advirtió en tono coqueto

--No llevo sostén pero no es por lo que piensas.

--Ah, entonces picarona.

--No tenía del color y ya deja de preguntar babosadas.

--Babas son las que recogerás en ese bar...

Sebastián ...

--Hola, guapote. ¿Estás sólo?—preguntó una de las mujeres que trabaja en éste bar que tan bien conocía

--Sí, sólo como vine al mundo.—le contesté con sarcasmo

--Eso lo podemos remediar, guapo.

Esta mujer ordinaria de la buena vida si pensaba que yo dejaría el bar con ella, estaba loca. Me quedé mirando un grupo de chicos que parecían que se la estaban pasando en grande. Entonces la vi, era ella, se veía diferente y muy bonita. La camarera siguió mi mirada atenta y sonrió.

--Ya sé por qué ni me miras. ¿Te gusta la chica fresa? Es nueva aquí nunca la había visto. Es tonta, tres chupis más y es comida para esos tiburones.

--¿Está bebiendo?—pregunté preocupado. "Maldición es una estúpida si está bebiendo"

--Bastante amigo. La muchacha con la que vino se despareció con un chico y la dejó sola, solita.

--Maldita inconsciente de su amiga.—puse mi copa en la barra

--Apúrate amigo si quieres ser el agraciado de llevártela a la cama. Si no eres tú será otro. –la camarera tomó la copa y antes de marcharse dijo—Si necesitas ayuda con eso bonito –señalando mi entrepierna—ya sabes dónde encontrarme.

Me dirigí furioso a la mesa donde se encontraba Grace. –Permiso caballeros pero ésta chica se va conmigo.

Uno de ellos preguntó –¿andas con él cariño?—ella no contestó

--Ves amigo la chica no quiere irse contigo. –se echaron a reír

--La chica no contesta porque es muda, maldito cabrón. Si no quieres conocer mi lado no amable, voy a salir con la señorita tranquilamente.

Al parecer meditaron la oferta estaban demasiado borrachos para buscar pelea. Dejaron que la señorita Sullivan se parara de la mesa que ocupaba.

--Eres una inconsciente, ¿acaso buscabas que te violaran entre todos? Estabas así de cerca de lograrlo. –le grité

No podía quejarse por que tenía los ojos desorbitados. No sabía ni donde se encontraba, eso sí, ahí estaba él tratando de salvarla.

La montó en su auto, le colocó el cinturón. –Si te atreves a devolver en mí auto te juro que te regreso al bar.

La bajó de su auto casi arrastras y entraron a su apartamento. Sé dirigió a su cuarto y la depositó sobre su cama. Ahora llegó el dilema, ¿cambiarla o que pasara la noche así?

Fue a su armario tomó una camiseta grande y un bóxer nuevo, con eso debía resolver.—Ven aquí. –la levantó y quitó su vestido. Trató de no mirar más allá de lo propio pero su amigo traicionero reclamaba atención. Para verse tan frágil, tenía un buen cuerpo y estaba demás decir que unos bonitos senos. "Estúpida también sin sostén, en que estaría pensando"

--Ves lo que me haces, señorita tonta. Juro que en algún momento me las pagarás. "Mientras tanto un baño de agua fría le serviría"

Llamó a la señora de servicios que vivía en el mismo edificio y le pidió que le prestara ropa de su hija adolescente. Grace no era una mujer de muchas curvas así que la ropa de la hija de Tere probablemente le quedaría bien.

--Otra cosa Tere, llama a la madre de Grace, dile que eres su amiga que se les hizo tarde y para que no fueran manejando se quedaran en tu casa.— le pasó su número de móvil. Como siempre Tere no preguntó nada, en menos de unos minutos, ella apareció con la ropa de su hija y se marchó.

--"Bien Sebastián, hoy has hecho más que caridad". Fui al cuarto donde estaba ella. Dormía como un perfecto ángel y yo con pensamientos de un demonio. Luego de un baño volví a la habitación, ella continuaba con su respiración tranquila. Me recosté en el sofá justo al lado de ella. Fue entonces cuando pensé, ¿cuándo en sus casi 24 años se había quedado alguna mujer en su cama que no fuera solo para tener sexo? ¿Que tenía ella de especial? ¿Cómo sería despertar a su lado? ¿Sería diferente si hacía el amor con ella? Finalmente el sueño le venció.

Cuando amenazaba con entrar los primeros rayos del sol, me revolví incómodo en el sofá. Había pasado mala noche gracias a cierta persona que parecía a la Bella Durmiente. Me desperecé un poco para luego tomar un baño. Le prepararía desayuno y la dejaría lo más rápido posible en su casa. Me imaginaba que su mamá debía estar preocupada. "Al mal tiempo buena cara" y salí de la habitación.









Susurros del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora