Un trabajo para ella...

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"Solo lo hago por ella"—repetía mentalmente. Dejó de visitar a su padre al trabajo algunos meses atrás después de lo ocurrido. Parecía un niño pequeño pateando las piedras que encontraba a su camino. Abrió la puerta enorme que adornaba el frente amplio de aquella prestigiosa farmacéutica.

__!Joven Nicholas!—exclamó Constanza, la recepcionista que adornaba el recibidor por más de 20 años.

__Qué bueno verte por acá! Seguro que su padre se alegra de verlo aquí —dijo con humor en su voz

__Seguro —repitió con ironía.

__ ¿Lo tengo que anunciar o usted pasa sólo?

__Yo paso sólo Constanza no se preocupe.

De camino a la oficina de su padre batallaba todavía con el mismo. No se tomó la molestia de tocar la puerta y entró.

__Padre.

__Nico que sorpresa.

__Necesito un favor papá. – habló sin vacilaciones

__Siéntate hijo, a ver, ¿en qué puedo ayudarte?

__Necesito que emplees a una amiga.

__Oh, ¿es tú novia?

__No lo es pero es mi amiga y deseo ayudarle.

__Veamos, ¿en dónde se supone que la emplee? ¿Qué sabe hacer?

__Es estudiante padre.

__ ¿Cómo se yo que está apta para trabajar con nosotros?

__Aparte de ser bonita es inteligente y necesita el empleo.

__Púes no sé, no se me ocurre ahora mismo donde la puedo emplear. Pero...

__Antes debo informarte que la chica tiene un pequeño impedimento. Confío que para ti no lo sea.

__A ver, ¿de cuál impedimento hablamos?

__Es sorda muda padre. No oye nada, habla poco y todo en señas. ¿He sido claro?

__ ¿Cómo se llama esta muchacha hijo?—ahora si tenía curiosidad

__Su nombre es Grace Sullivan.—le contestó

__Qué coincidencia, tuve una estudiante del mismo nombre e igual impedimento. —vaya coincidencia

__Entonces debe ser la misma. ¿Me vas ayudar?—preguntó animado.

__No te voy ayudar, le voy ayudar que es distinto. Es una muchacha muy linda y dedicada, me consta.

__Gracias padre. —dijo serio

__Seguramente Andrés necesite una asistente. — habló rápidamente al ver el semblante de su hijo.

__¿Y quién es Andrés?—preguntó con un tono que a él no le pasó desapercibido.

__Mi mano derecha.—contestó seriamente. El sabía de sobra la opinión que tenía Nicholas a cerca de ser la mano derecha.

__Ya te he dicho padre que la mano derecha corta la mano izquierda.—dijo con sarcasmo.

__No te preocupes hijo, en Andrés se puede confiar.—contestó convencido

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Con Grace...

__Mi padre estuvo de acuerdo. El trabajo es tuyo. —le informó contento.

__! Gracias... gracias! –murmuraba apenas mientras lo abrazaba

__Trabajarás con Andrés es la mano derecha de mi padre o así lo llama. Mañana temprano iremos a tu nuevo empleo. ¿Nerviosa?

__Mucho.

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En la oficina del Sr. Clark...

__Andrés ven a la oficina. Necesito que conozca a su nueva asistente.

__ ¿Nueva asistente?

__Si, perdona el detalle de no habértelo dicho pero la amiga de Nicolás necesitaba trabajo y comienza hoy. Pensé que podía ayudarte. No sabía dónde más colocarla.

__Está bien. No tiene que excusarse conmigo. Estaré en unos segundos con usted.

Sé escuchó los toques en la puerta. Grace estaba más que nerviosa, ésta sería su primera experiencia de trabajo y no quería fallarle a Nicolás.

__Adelante.—dijo el Sr. Clark

__Hola Andrés. Ella es Grace Sullivan. __Srta. Sullivan, le presento Andrés mi mano derecha.

Por un momento sus miradas quedaron congeladas. Adam se dio cuenta.

__ ¿Se conocen?—preguntó. __Cierto, lo olvidé, si estuvisteis de reemplazo por mí. Vaya, es mejor que se conozcan, entonces. Continuó hablando. – Trabajarás para Andrés, él se encargará de enseñarte y ayudarte durante tu práctica. Para terminar el momento incómodo de las presentaciones. Concluyó;

__Srta. Sullivan ahora debe pasar por la oficina de personal. Nirvana se encargará de explicarle todo acerca de sus funciones.—le escribió. Ella asintió evitando mirar a Sebastián a la cara, le tendió una vez más a Adams y abandonó la oficina.

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Con Andrés...

—Bien Andrés. —Ahora podría decir que entiendo y comprendo tu cambio. Y no te culpo, si yo estuviera en tu lugar quizás la misma edad tal vez me pasaría lo mismo.

—No sé de qué está hablando...

—De la señorita Sullivan, ¿de qué más? Ella es el motivo por lo cuál estás así desde hace aproximadamente, ¿tres meses?—calculó en su mente.

__ ¿Así cómo? No comprendo.

—Claro que comprendes lo que te quiero decir pero no voy a presionarte. ¿Crees que puedes trabajar junto a ella? Las tentaciones son muchas y tienes que saber manejarlas.

—No tengo nada que ver con ella. Se está equivocando.

—Ay, Andrés, lo que tú tienes se llama enamoramiento. Hasta un viejo como yo se da cuenta.

—No estoy enamorado Adams.

—Sino lo estás ahora, lo estarás. Una cosa Andrés, te respeto porque te lo has ganado pero no quiero problemas. Mi hijo Nicolás siente cierta afección por esa chica y aunque no me queda claro cuál es su relación con ella, sé que tiene la batalla pérdida contigo antes de comenzar.

—Vuelvo a repetirle que no hay nada entre nosotros.

—Quizás ahora no, pero lo habrá, créeme. Esto es inusual pero siempre hay una primera vez para todo. Bueno, basta de conversaciones. Puedes retirarte y recuerda que confío en ti, no me decepciones.

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Sonó el teléfono principal colgado a la entrada del laboratorio insistentemente.

__Joven Andrés.

__Dígame Nirvana.—reconoció su voz.

__La señorita Sullivan está lista para empezar.

__Está bien Nirvana, que alguien la acompañe, estoy complicado en estos momentos. – no estaba complicado simplemente no sabía cómo manejar la situación.

__Perfecto. —Ah, por cierto Andrés es muy bonita, no quiero problemas...

¿No quiere problemas? Ja, el problema ya estaba allí.



Susurros del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora