Susurros del corazón

Ella no esta embarazada

Estaban todos aquí en el hospital preocupados por ella, sus amigos, su mamá, mis padres, Adams y su hijo. Nicolás, si no hubiera sido por él, quizás a estas alturas Grace estuviera muerta.

--Es mi culpa. Si sólo hubiera dejado mi maldito orgullo y le hubiera dado sus audífonos nuevos. Sabes, había pedido lo mejor para ella. Y no se lo dí, no se lo dí. Me arrepiento mil veces...

--Tranquilo hijo ella se pondrá bien, es fuerte. -continuaba dándole ánimos Adams.

En una esquina lloraba desconsoladamente la madre de Grace.

--Señores...¿algún familiar directo de la joven Grace Sullivan?

Graciela contestó. -Yo soy la madre.

--Verá señora, el caso de su hija es de cuidado. No voy a decirle que se levantará en pocas horas pero estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance para que se recupere y salga de esto.

Sebastián se acercó al doctor.

--¿Y su bebé? -preguntó

--¿Bebé? -responde desconcertado

--Si. Ella estaba embarazada. -todos lo miraron con perplejidad.

--Ummm. -el doctor miraba el expediente mientras fruncía el ceño.

--¿Qué pasa doctor? -volvió a preguntar lloroso

--Lo siento señor pero la señorita Sullivan no estaba ni está embarazada.

--!Mentira!. -en un arrebato al escuchar aquello quitó de la mano del doctor el expediente.

--Señor... -comenzó a decir el doctor

--Pero yo tengo la prueba de que está embarazada. -con manos temblorosas sacó un papel arrugado con el resultado de la prueba de embarazo y se la pasó al doctor.

Mientras el doctor leía los resultados se mostraba confundido.

--No entiendo. Esto es increíble e inusual. Apesar de que éste documento afirma que ella está embarazada les puedo asegurar que no es así. Necesito quedarme con este documento para investigar.

--¿Usted es el padre del bebé que dice que ella esperaba?

--No, no soy el padre.

--¿Donde está el padre?

Sebastián miró a dónde se encontraba Nicolás instándole a que aceptara que él era el afortunado.

--¿Por qué me miras a mí?

--Porque es tuyo.

--!Eres un maldito imbecil! Jamás le he puesto un dedo encima a Grace. Ella es una mujer decente no te la mereces. -reaccionó enfurecido ante lo que Sebastián acababa de decir

Si Nicolás aseguraba no haber estado con ella, entonces, ¿que sucedía?

--Te lo dije Sebastián que algo no estaba bien y no me hiciste caso.
!Ay Dios mío que hemos hecho!
Me siento tan culpable, debí preguntarle cuando fui hablar con ella. -ahora Gabriela lloraba desconsolada

--Necesito verla doctor. -rogó Sebastián

--Pueden entrar de uno en uno y por poco tiempo.

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Varios días después...

Bip Bip Bip, sonaban las máquinas que acompañaban a Grace en la habitación. Aveces esas máquinas se disparaban trayendo un corre y corre de enfermeras y médicos a la habitación.

--Sebastián hijo.--le habló Phil. Al escuchar su voz levantó su rostro todavía con rastros de lágrimas en ellos.

-Hola papá.

-Tienes que ir a la casa y descansar.

-No me moveré de su lado papá.Puede irse en algún momento y si no estoy jamás me lo perdonaré.

-Sebastián. -ahora fue Gabriela quién le habló.-Yo cuidaré de ella mientras vas a la casa.

-Si mi niño. -dijo su madre Guadalupe

-Eleonor está en la casa, Sebastián. Ella tendrá todo listo cuando vayas.--volvió a decir Phil

Todos hacían sus mejores esfuerzos para convencerlo. Apartando un poco de lágrimas difícil de detener, aceptó.

-Ella te necesitará y debes estar bien para cuándo despierte. Vete, no me moveré ni un segundo de su lado, te lo prometo.

Tomó su chaqueta y salió por la puerta. Esperó la llegada del ascensor y se montó. Al bajarse de él, se encontró frente a frente con Adams y su hijo Nicolás.

-Hola Andrés.--le saludó Adams.
Nicholas y él solo se miraron, debía aceptar que Nicholas pesé a todo ayudó a Grace durante el accidente. El sólo tuvo rasguños y no pasó a mayores gracias a Dios.

-Iré un momento a la casa a tomar un baño.--se excusó

-Anda hijo. De una vez descansa , lo necesitas.

-Con su permiso.--se retiró

-Ay Nico ese muchacho verdaderamente ama a esa joven.--
Nicholas no reflejó expresión alguna.