Regaño

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Dos días  desde que había traído a Grace a la casa y se la había presentado a mis padres.  Mi hermana Gabriela no pudo llegar a tiempo para conocerla. Se que con lo curiosa que era, estaba loca por verle. Estaba nuevamente en la casa de los Morris, a la hora del desayuno, cosa que no era muy frecuente para mí. A veces en los fines de semana, pasaba por la casa, sólo quería saber sí estaban todos bien. Tomé un bollo de pan que estaba recién horneado y me dispuse a salir de la cocina.

--Caray hermanito, ahora se te ve más seguido en la casa. —acababa de tropezar con mi hermana.  Al parecer andaba con la lengua afilada y suelta.

--Esta también es mi casa, permíteme  recordarte. —rebatí un poco enojado

--Sí lo sé.  Pero ésta casa se respeta,  recuerda eso también. —contestó a la defensiva

--No puedo creer que estemos peleando. --dije cansado

--Sebastián  yo no quiero discutir contigo. Esta casa es de los dos y ambos debemos respetar las normas.  Sólo te digo porque mamá Lupe no vio con buenos ojos que estuvieran encerrados en el cuarto. -- hizo una pausa -- y por tanto tiempo. -- terminó señalándome con el dedo

-- Te fue con el chisme.-- dije molesto

-- No es un chisme.  Es sólo qué se preocupa,  tanto por ti y por ella también.

-- Dejemos el tema ahí, por favor.  Grace quiere conocerte, ¿crees que será posible?--pregunté para dejar completo el asunto  del cuarto

--Es lo más que deseo. Podemos organizar una salida, ustedes, Christian y yo. Sería fenomenal. -- expresó contenta

-- Bien hermanita,  me dejas saber cuando.

-- Es posible que éste fin de semana que viene.  El domingo tengo coro de la iglesia.  No estaría mal que te pasarás a verme. De paso invitas a mi cuñada.  -- dice mi hermana a la vez que se despedía de mi con un beso.

Asentí ante su invitación. Esperaba que Grace dijera que sí, aunque aún no sabía si ella practicaba alguna religión.

--Por cierto el pedido del aparato auditivo de tu chica, ya está en proceso.  Se que quedará encantada y tú también hermanito. -- sonrió pícara cuando dijo "tu chica"

-- Gracias Gabriela, no sabes lo que significa para mí.

-- Por que lo sé, es que puedes contar conmigo.  Aparte de qué es muy importante para mi tú felicidad.  Lo que es importante para ti también es para mí. -- volvió a depositar un beso en mi mejilla

Mi hermana se alejó dejándome con la satisfacción de que Grace se llevaría una gran sorpresa cuando su nuevo aparato llegara.

Susurros del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora