Susurros del corazón

Zorras

Había quedado en llevar a cenar a Elena en la noche. Llevábamos más de tres años de estar juntos, con altas y bajas, pensé que ya era hora de elevar nuestra relación a otro nivel. Era una cuestión de costumbre el estar con ella, nada de celos ni recriminaciones estúpidas. Ahora no estaba tan convencido de llevar esto más allá, precisamente el día en que la vuelvo a ver.

Cuando entramos al apartamento, Elena comenzó a desvestirse, para ella era una rutina que la llamara cuando quería liberarme. Se quitó sus tacones y soltó su pelo, debía admitir que era una mujer muy bella.

__ Que bueno que te gusta lo que ves. –dijo con picardia

__ ¿No está permitido mirar? Eres muy hermosa. —ella sonrió ante mi halago

__Claro cariño, a ti te permito todo. –ronronea

Algo dentro de mí me hace dudar si realmente quiero estar con ella. Comienza a besarme suavemente por mi cuello mientras propina caricias en mí costado...pero por alguna razón aparece en mi mente la imagen de la señorita Sullivan. 

__ ¿Sucede algo?—pregunta Elena al sentir mi cambio repentino.

__Nada, ven aquí. —contesté y ella continúa su trabajo en mí. Nunca había tardado tanto en conseguir entenderme con ella en la cama pero hoy parece ser el día.

__Relájate cariño. Estas muy tenso. "Eso trato de hacer pero la imagen de la señorita silenciosa vuelve aparecer frente a mí burlándose"

__A ver Sebastián, ¿qué coños te pasa?—pregunta irritada.

__Nada me pasa. Ya no tengo ganas así que vístete por favor. —sé que no estoy haciendo el mejor esfuerzo.

__ ¿Cómo dices?—ahora si está enfurecida

Se escucha el timbre en la puerta. Como no hago esfuerzo de levantarme abrir, vuelve con el irritante chillido de su voz.

__ ¿No piensas abrir o qué?

__Si quieres, ve y abre tú, yo no espero a nadie.

__ ¿De qué me viste tú la cara acaso? Yo no soy tu chacha, ni sirvienta ni tú nana. Así que no abriré.

El timbre continuó su sonido insistente y molestoso.

__Ya veo. ¿Esto lo haces para que me vaya? Eres un cabrón, ¿sabes?

__Haz lo que quieras y no te quejes. Si te quieres quedar, ve y abre la maldita puerta y despacha al que sea. Estoy cansado.

__Eres un bruto... –brama de nuevo

Elena se levantó con la sabana enredada en su cuerpo. Echando chispas fue abrir la puerta.

Escuché gritos...

__ ¿Y quién coños eres tú, zorra?—pregunta al ver quien sea que está en la puerta

__ ¿Zorra yo? ¿Quién es la que está en el apartamento de un hombre comprometido?

__ ¿Comprometido con quién? ¿Contigo? No me digas...

__Déjame entrar...Andréssss

__ ¿Andrés? ¿Quién carajos es Andrés?—pregunta confundida

__Ya ves que no eres importante ️para él, no sabes ni su nombre.

Sebastián puso una almohada sobre su cara ahogando un grito de frustración. Lo que le faltaba, dos gatas en celo.

__ A ver, ¿qué sucede aquí?

__ ¿Quién putos es Andrés?—pregunta histérica Elena

__El por supuesto idiota—grita Whitney señalándome

__Whitney baja la voz que no estamos en la calle.

__ ¿Por qué diablos te haces pasar por Andrés? ¿Es que tienes una doble vida o qué? Desgraciado. –gritó enfurecida Elena

__Háganme el favor las dos de largarse de aquí. Tu primero Whitney.

__ ¿Me estas botando?

__Si te estoy botando !largo!

__Tu Elena, vístete y lárgate por donde llegaste.

__ ¿Te das el lujo de botarme?—ahora Elena era la sorprendida

__Si Elena, sal también del apartamento y si no te vistes rápido, te puedes ir así.

__Esto no se queda así. No creas que voy a venir si me llamas. ¿Entendiste?

Elena se fue a la habitación. Se vistió con todo el aplomo que le caracterizaba. Cuando llegó a la puerta donde le esperaba,

__!Maldito machista mexicano de mierda! –escupió las palabras

__Eso no era un problema en la cama. ¡Ahora fuera!

Mejor era así, las dos fuera de su vida sino iban aportar nada bueno que se largaran de una vez ️y por todas. Sin ningún remordimiento por lo ocurrido volvió a la cama, cerró los ojos y la sonrisa de ella volvió aparecer e inundó sus sueños.

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