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La vida de ambos chicos era un desastre a su manera.

Por un lado, Josh, sus padres lo habían corrido de su casa desde que se habían enterado de que era homosexual, con un trabajo "mediocre" con la paga más baja que jamás había recibido, con una común adicción a los cigarrillos.

Mientras que, por el otro lado, Tyler, un chico con 20 años recién cumplidos, viviendo bajo el techo de la casa de su madre, anti-social, vago, con ansiedad y una severa depresión.

La frase que unía a ambos chicos sin saberlo, sólo los amantes sobreviven.

Pero siendo sinceros, ¿Quién se enamoraría de chicos como ellos? Que no fueran ellos mismos.

•//•

—¡Joshua William Dun, regresa aquí en este mismo instante o estás despedido!

Josh no lo pensó dos veces, y salió de la tienda sin importarle que acababa de quedarse sin empleo y sin ninguna mísera fuente de dinero.

— Quédate con tu estúpida tienda, no te necesito. - murmuró para sí mismo, mientras caminaba por las frías calles de Ohio, en busca de una cafetería para poder despejar su menta y quizá, conseguir una cita.

Después de unos minutos en el frío exterior de Ohio, se decidió a entrar a un café que se encontraba cruzando la calle. Rápidamente entró en el lugar, sintiendo el cambio de temperatura y tallando sus resecas manos para sentir calor.

Tomó asiento y una linda chica rubia de ojos grandes y azules se acercó para tomar su orden.

— Quisiera ordenar... Tú numero, ¿eso se puede? - preguntó Josh, mirando fijamente la etiqueta que se encontraba en la blusa de la chica. Su nombre era Jenna.

— Eres el primero que dice eso... Así que siéntete especial al ser el primero que oiga un no de mi parte - soltó Jenna, sin despegar la mirada de su pequeña libreta esperando la orden de Josh.

— Tráeme un capuchino, o lo que sea.

Jenna asintió y regreso a la barra para entregar la orden de Josh, la cual, llegó después de un par de minutos de espera.

La puerta del lugar se abrió, llamando levemente la atención de Josh, y dejando visualizar a un chico castaño, alto, delgado y realmente pálido, con ojeras profundas.

Aquel chico desconocido le había recordado a alguien, simplemente no podía recordar a quien.

  — Hey, Jenna... - murmuró Tyler, con la voz más discreta que pudo, llamando la atención de la rubia que estaba detrás de la barra.

— Ty, hola, ¿Lo mismo de siempre?- preguntó con una gran sonrisa.

—  Sí, por favor.

Jenna asintió e invitó a Tyler a tomar asiento en el lugar que más le gustara. Tyler asintió con una ligera sonrisa en su rostro y tomó asiento, no muy lejos de la barra, en donde se podía observar perfectamente cada detalle de todo el lugar en general.

Incluyendo a los clientes en el, incluyendo a Josh.

Tyler recibió su café y sacó una pequeña libreta de su mochila. Muy entusiasmado, comenzó a escribir como si no hubiera un mañana.

Josh lo miró perplejo, trataba de descifrar quien era aquel rostro tan conocido; hasta que, Tyler sacó su pequeño ukelele y comenzó a cantar un pequeño fragmento en una voz poco audible para los clientes.

Josh supo al instante de quien se trataba.

—  No es cierto... - murmuró para ser interrumpido por la chica que lo atendía.

—  Aquí está su cuenta, gracias por ven...

  —  Jenna, disculpa, ¿Cuál es el nombre de aquel chico? - interrumpió Josh, señalando al chico castaño que estaba distraido en su pequeño ukelele.

—  Su nombre es Tyler, siempre viene aquí, es un chico tímido pero muy lindo cuando lo conoces. - respondió Jenna, para después regresar a su posición en la tienda.

Josh observó a Tyler durante un par de minutos, fijamente, sin lograr que el chico se diera cuenta de ello.

Quizá y Tyler no lo había reconocido debido a que su cabello estaba teñido de rojo brillante, o quizá por que ya no usaba la argolla en el labio de cuando era adolescente.

Pensó en acercarse, pero un ataque de ansiedad leve se lo impidió. Estaba más nervioso que nunca, y estaba seguro que su labio comenzaría a sangrar si no dejaba de mordisquearlo.

Se levantó rápidamente de la cómoda silla y dejó el dinero en la mesa, sin importarle el cambio.

—  ¿¡Qué rayos haces, Joshua!? - exclamó para si mismo, mientras caminaba rapidamente con la cabeza gacha, evitando a todos los que como el, caminaban por las frias calles.

Las manos de Josh temblaban sin razón aparente, lo que provocó que el paso que llevaba se tornara aún más rápido.

Al instante, se había arrepentido de no haber entablado conversación con Tyler, después de todos esos años de no verlo.

Pero estaba decidido a hacerlo, hablar con él una vez más.

Only lovers left alive.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora