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— Bebito hermoso, despierta ya. - murmuró Josh, sacudiendo levemente a Tyler, quien se quejaba bajo las cobijas.

— ¿Qué hora es Joshie? - preguntó el más pequeño, tallando sus ojos mientras se sentaba en la cama.

— Tarde, apresúrate.

Josh salió de la habitación, cerrando la puerta tras de él, dejando a Tyler con la duda.

El castaño se puso de pie y se dirigió a la ducha, con paso flojo y entre bostezos. Anoche ambos se habían acostado muy de madrugada viendo un maratón en netflix, Tyler aún no comprendía el como había logrado despertarse. El pequeño era un dormilón de primera, y las profundas y marcadas ojeras eran un claro aviso de ello.

Tomó asiento en la tapa del escusado y miró fijamente el piso, para después de manera floja, observar la regadera. En realidad tenía flojera de tomar una ducha, hoy era uno de esos días en los que tan solo quería permanecer en cama, abrazando a Josh y comiendo una que otra galleta de chispas de chocolate... Y quizá algo de pizza.

Con la mayor fuerza de voluntad, se puso de pie y se dirigió al lavabo. Tan solo se lavaría el rostro, y dientes. Desordeno su cabello un poco, e hizo un gesto frente al espejo. Sus ojeras estaban más pronunciadas que de costumbre, sin mencionar las grandes bolsas que habían debajo de sus ojos.

Salió del baño y se vistió en la recámara. Un par de pantalones ajustados negros, sus vans de flores y una vieja camiseta que Josh le había obsequiado para usar como pijama. Tyler pensaba que era realmente cómoda, y no sólo la ocupaba de pijama.

Se dirigió a la sala, para toparse con Josh esperándolo en el sofá, golpeando sus piernas al ritmo de una canción que sonaba en sus auriculares.

Ojos cerrados, moviendo su cabeza a los lados suavemente y su lengua relamiendo sus labios de poco en poco.

Tyler se sintió maravillado ante el, en realidad no quería salir de casa ese día.

— ¿Joshie? - exclamó, sin ser agresivo.

Josh alzó la mirada, poniendo pausa rápidamente a la música en sus auriculares. Se colocó de pie y se acercó a Tyler, plantando un rápido beso sobre sus labios.

— Pequeño, ¿Te sientes bien? - murmuro Josh. — Te vez un poco pálido, ¿Prefieres quedarte en casa?

Tyler negó, a pesar de que quería decir que sí. Pensó que quizá Josh ya tenía algo planeado, quizá alguna reservación o un simple día en la playa, definitivamente no quería arruinar esos planes por un capricho de no querer salir.

Josh asintió y entrelazó sus manos, para salir del apartamento. El teñido seguía bastante preocupado por Tyler, mientras que Tyler fingía no sentirse tan pésimo como se veía. Algo les decía a ambos que tenían que quedarse en casa, aunque Tyler insistía en salir.

Ambos subieron al auto, y Josh lo puso en marcha, mientras que Tyler se recostaba levemente en el sillón del auto. Josh tomó el dorso de Tyler y lo acaricio levemente con la mano libre que tenía, mientras que le ofrecía una leve sonrisa de lado.

— ¿Y a dónde iremos, Joshie? - dijo Tyler, en medio de un bostezo.

— Es una sorpresa.

[...]

Parecía ser un día lindo, bastante fresco a pesar de lo soleado que estaba.

Tyler se colocó los lentes y bajó del auto, después de que Josh le abriera la puerta del copiloto. El castaño le agradeció y entrelazó sus manos con las del teñido, comenzando a caminar.

— ¿La playa? - preguntó Tyler, aunque era bastante obvio. — Me vestí de negro y me traes a la playa, ¿En serio?

Josh soltó una pequeña risita achicando sus ojos y mordiendo levemente su lengua, una de las risas favoritas de Tyler.

— Si te decía que vistieras de otro modo sospecharías, pequeño - murmuro. — No me podía arriesgar a eso.

Tyler negó, revirando los ojos inconscientemente y sonrío, formando pequeños hoyuelos en sus mejillas. Ambos chicos caminaron sobre la arena, tomados de la mano, mientras que Josh cargaba los zapatos de ambos en la mano que tenía libre.

Tyler tuvo que remangar su pantalón debido a que una ola lo había mojado, haciendo reír a Josh fuertemente.

— No es gracioso, es de lavado en seco - dijo Tyler en un puchero. — Ahora se encogerá.

Después de caminar un par de minutos más, el castaño pudo divisar a lo lejos una pequeña banca. Ansioso, corrió hasta ella, jalando a Josh detrás el si, para poder descansar un poco. El pequeño era la persona menos deportiva del mundo.

Tomo asiento, y enseguida, Josh se colocó alado de el. Ambos quedaron con una vista frente al mar, sintiendo la brisa de este en sus rostros.

— Me gusta este lugar. - murmuró Tyler, volteando a ver a Josh, quien tenía los ojos cerrados, como si disfrutará de aquella brisa sobre su rostro.

— A mí también - respondió Josh, con la vista en el mar. — Deberíamos vivir aquí, ¿no lo crees?

Tyler volteo a ver a Josh, con una sonrisa incrédula.

— Estás bromeando, ¿cierto? - preguntó el castaño, mientras que Josh negaba, aún sin verlo. — Espera un solo momento, no me digas que...

— ¿De qué color te gustarían las cortinas? - preguntó Josh, volteando a ver a Tyler, quien lo miraba con una cara digna para una foto.

Josh comenzó a reír al ver al castaño tapando su boca con ambas manos y sus ojos bien abiertos. Se veía completamente adorable e infantil.

— ¡Joshua! - exclamó. — ¡Dime que es una broma y que no haz vendido uno de tus riñones para comprar un terreno aquí!

— Tranquilo, pequeño - respondió Josh, soltando una pequeña risa. — Antes de morir, acompañaba a Jane a hacer caminatas en esta playa; siempre me decía que este espacio era muy especial para ella, debido a que la mayor parte de sus momentos más significativos había sido sobre esta misma arena.

— ¿Quién es Jane?

— El ángel que me salvó cuando mis padres me sacaron de la casa, ella me dejó este pequeño pero significativo espacio, diciendo que esperaba y algún día tuviera ese mismo efecto sobre mí.

Las mejillas de Tyler estaban coloradas. Sus ojos comenzaban a aguarse un poco al escuchar aquella historia. Deseaba haber podido conocer a aquella persona y agradecerle por cuidar tanto de Josh en esos años en que desapareció de sus vida. Tenía que agradecerle con su vida.

— Joshie... - murmuró Tyler. — ¿Por qué no me dijiste nada?, pude haberte ayudado a pagar algo, recuerda que tengo mis ahorros...

— Pequeño - lo interrumpió el tintado, acunando su mejilla en la mano. — Todo esto es parte de la promesa que te hice hace un par de meses.

El castaño se lanzó sobre Josh, estrujándolo con fuerza, mientras acariciaba la nuca del tintado, quien lo estrujo de vuelta por el torso.

— ¿Te gustaría ver tu nuevo hogar?

— Nuestro, Joshie... Nuestro.

Only lovers left alive.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora