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— Ty... ¿Cuándo le diremos a tu madre de lo nuestro? - preguntó Josh, mientras jugaba con el corto cabello de Tyler.

— Ya debe sospechar algo, si quieres podemos decirle en la cena o...

— En la cena, me parece perfecto. - interrumpió Josh, para después plantar un delicado beso en la frente del castaño.

Ambos chicos pasaban las tardes en el apartamento de Josh. Tardes tranquilas, escuchando música, recostados en el sofá de la sala, tomados de la mano o simplemente tomando café.

De vez en cuando, y a escondidas de Tyler, Josh fumaba uno que otro cigarrillo.

A Tyler no le parecía para nada los malos hábitos de Josh con los cigarrillos. Le preocupaba mucho las múltiples enfermedades encadenadas a este hábito que a Tyler le parecía de mal gusto, en cierto modo.

Le había hablado de los tratamientos naturales contra la ansiedad, de infusiones, té's, lociones, e incluso ejercicios como la Yoga para calmar esos ataques.

— ¿Tengo cara de hippie? - respondió Josh, soltando una carcajada. — Ty, mi amor, no es por ser grosero... Pero no estoy hecho para esa clase de cosas.

— Pero mi doctor dice que...

— Tu doctor tiene cierto diagnóstico en ti, pero yo soy una persona completamente distinta - interrumpió. — Apuesto a que él me apoyaría si tuviera mi diagnóstico.

Tyler tan solo asintió. No quería discutir con Josh sobre eso, no de nuevo.

Josh notó la preocupación en el semblante de Tyler; el castaño era muy aprehensivo a asuntos que involucraban a su familia, amigos y a Josh, más que nada.

— Mi pequeño - murmuró, tomando a Tyler por la barbilla y obligándolo a verlo a los ojos. — No te preocupes por mí, te amo.

•//•

— ¡Tyler! - exclamó su madre. — ¡Qué bueno que regresaste, la cena está casi lista! Y me alegro que también hayas venido, Joshie.

Josh saludó a la mamá de Tyler, y pasó al hogar.

— ¡Joshua! - exclamó la pequeña Madison, corriendo hasta el y saltando a los brazos de este. — ¿Te gustaría ver mis nuevas muñecas?, Mi hermanote me las consiguió y están muy lindas.

— ¡Por supuesto que sí, Madi! - respondió, colocándola en el suelo. — Tráelas para que pueda verlas.

Rápidamente, la pequeña salió corriendo a su habitación para traer las muñecas.

Tyler tomó a Josh de la mano, entrelazando sus dedos y jalándolo hasta el sofá de la sala. Ambos, escondieron sus manos entre el espacio que los separaba, Tyler quería darle una grata sorpresa a su madre.

— Tyler - murmuró Zack. — ¿Me podrías prestar tu control de la consola?

El castaño lo miró confundido, el tono de Zack estaba algo triste y su semblante era notorio.

— Claro que si, Zacky - respondió Ty, alborotando el cabello de su hermano. — Es más, quédatelo.

Los ojos de Zack se iluminaron y se lanzó a los brazos de Tyler para estrujarlo con fuerza y alegría, agradeciéndole por aquel pequeño pero significativo gesto.

— Mi amor, no seas tan perfecto - murmuró Josh al oído del castaño. — Me voy a emocionar demasiado, si sabes a lo que me refiero.

Las mejillas de Tyler se ruborizaron al instante, haciendo que el pequeño soltara una nerviosa y tonta risa, golpeando levemente el pecho del teñido.

— Ty, la cena está lista.

Ambos chicos se dirigieron al comedor, en donde tomaron asiento uno a lado del otro. La madre del castaño se acercó a la mesa con un gran plato de pasta a la bolognesa, mientras que los más pequeños traían las bebidas y los vasos, los cubiertos y manteles.

Mientras comían, compartían memorias de pequeños junto con la madre de Tyler. Después de un rato, los más pequeños fueron a dormir a sus respectivos cuartos.

Josh mantuvo entrelazadas las manos bajo la mesa durante toda la cena, Tyler, no dejaba de sonreír.

Cuando tan solo quedaban la madre y los dos chicos, Tyler carraspeó tomando una bocanada de aire.

— ¿Mamá? - preguntó tartamudeando, Kelly asintió. — Tenemos algo que decirte.

Kelly alzó la mirada y asintió con una sonrisa, cruzándose de brazos sobre la mesa.

Josh cruzó la mirada con Tyler, y le sonrió levemente, invitándolo a decirle y que todo estaría bien. Tyler tomó una bocanada de aire.

— Mamá, verás...

El timbre de la vivienda sonó, interrumpiendo a todos en el comedor.

— Yo atenderé, Ty, tú puedes. - soltó Josh y se levanto del comedor.

El teñido abrió la puerta, para toparse con una de las personas que menos esperaba en ese momento. La sangre disminuyó en su rostro, quedando pálido al reconocer a aquella persona que jamás olvidaría.

Su cabello, la forma en mirar, y los inconfundibles ojos rasgados que poseía la familia Dun.

— ¿Ashleypie?

Only lovers left alive.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora