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— ¿Un mes y no ha podido hablarte? - exclamó Jenna, mientras limpiaba furiosa la barra de la cafetería. — Si yo fuera el, vendría corriendo a abrazar a mi mejor amigo de toda la vida.

Las mejillas de Tyler se ruborizaron cual tomate; rasco su nuca incómodamente y tomó una bocanada de aire.

— Lo sé, pero comienza a incomodarme que venga todos los días y aún no se haya acercado a hablarme... Desde esa vez.

— ¿Y por qué no tomas la iniciativa tú? - contraatacó la oji-azul, haciendo que Tyler se medio ahogara con el sorbo de café que recién había tomado.

— Jenna, sabes que yo...

— Vamos, tú vieja excusa de "soy malo haciendo amigos", no aplica con tu mejor amigo.

•//•

Josh se había levantado con una migraña terrible. Cada minúsculo rayo de luz que cruzaba a la habitación, molestaba al peli rojo a tal grado de consumirlo poco a poco.

Tomó asiento en la orilla de su cama, mientras tallaba sus sienes buscando cualquier tipo de alivio.

La noche pasada había ido al cine con aquella chica Halsey. Ambos eran muy buenos amigos desde hacía poco tiempo; sin embargo, Josh la había invitado a que platicaran un poco y la noche se les pasó en pláticas sobre el universo, y uno que otro trago de licor.

— Mierda. - exclamó al ver la hora. Casi 2 de la tarde.

El café matutino no era una opción, tan solo quedaba pasar "casualmente" por aquella cafetería y ver desde lejos si Tyler se encontraba allí.

Observarlo de lejos, como había sido las últimas semanas.

Se dio una ducha rápida, y guardó su cajetilla en el bolsillo de su abrigo para después dirigirse hacia la cafetería, sintiéndose una mierda.

Jamás había odiado tanto los días soleados. Normalmente, le gustaban debido que donde vivía casi siempre estaba nublado o nevaba muy a menudo; sin embargo, el día de hoy, odiaba al sol con las pocas fuerzas que tenía.

Con pasos flojos y nariz congestionada, iba en camino soltando uno que otro bostezo sin despegar la mirada del brillante pavimento.

La gente a su alrededor lo miraba extrañado mientras pasaba entre la multitud. Sin darse cuenta, llamaba la atención sin hacerlo a propósito, después de todo, llevar un beanie puesto y una chaqueta negra en un día soleado no es algo muy común.

Después de un par de minutos – los más eternos que jamás había tenido – había llegado a la cafetería.

Se asomó "discretamente" por el gran cristal de esta, notando a Tyler y a Jenna observando al vidrio.

Al notar que Josh se estaba presentando, ambos chicos intentaron actuar "naturalmente".

Como si Josh no se fuera a dar cuenta.

Tyler abrió los ojos como platos y maldijo a sus adentros, sintiendo como su corazón corría a kilómetros en tan solo un par de segundos.

Josh notó como Jenna empujaba y regañaba a Tyler desde la parte de atrás de la barra, golpeándolo levemente tratando de que Tyler se acercara a él. Tyler solo se rehusaba de manera graciosa, provocando que Josh sonriera.

El pequeño Tyler, tomó una bocanada de aire y salió para toparse con Josh.

Estaba nervioso, sentía que su corazón saldría de su pecho y se iría para siempre en cualquier momento.

— Hola. - pronunció, tartamudeando y en un tono inaudible.

— Hola - respondió Josh, con una sonrisa formándose en su rostro. Rasco su nuca. — Ty, yo... Quiero disculparme por salir tan deprisa pero estaba teniendo un día difícil.

Mintió. Tyler le creyó.

— Oh, Josh - suspiró. — No hay problema, todos tenemos días malos, no fue nada.

Mintió. Josh le creyó.

•//•

Tyler se encontraba en el tejado de su casa, recostado mientras veía las estrellas. Miles de pensamientos y recuerdos llegaban a su cabeza, en una de las noches más estrelladas y tranquilas que había tenido en toda su vida.

Se sintió feliz, se sintió pleno.

Había estado platicando con Josh toda la tarde; habían intercambiado números y habían prometido verse al siguiente día.

La sonrisa de Tyler no entraba en su rostro, y si madre lo notó a tal grado de preguntarle si se sentía bien.

Tyler era una de las personas más serias que habían en todo Ohio y se notaba a kilómetros.

Detalles pequeños, hacen una gran diferencia.

Tyler pudo notar como Josh hablaba sobre temas profundos con tanta euforia. Un brillo se reflejaba en sus ojos cada que hablaba.

Tyler pudo notar que la sonrisa de Josh era sincera, como si en realidad estuviera disfrutando de su compañía.

El corazón de Tyler estaba acelerado en exceso.

Nuestros corazón hacen el ritmo.

Estaba emocionado, estaba feliz; después de todo, aquel beso que había recibido en la mejilla por parte de Josh, lo había inquietado mucho.

Y no sabía por qué.

Only lovers left alive.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora