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— ¡Vamos, pequeño Ty! - exclamó la chica rubia, haciendo un puchero. — No te molestes conmigo, no fue mi intención hacerte a un lado.

Tyler se encontraba cruzado de brazos, "ignorando" a su amiga mientras daba sorbos de café. La chica zangoloteaba al chico con delicadeza, comenzando a perder la paciencia.

— TyJo... - murmuró. — Anda, ya, además te va a convenir, oye lo que te digo.

Tyler lanzó una mirada rápida a Jenna, y devolvió la vista a la taza de café que se encontraba sobre la mesa de la cafetería.

— ¿De qué hablas?

— El interés tiene pies, ¿verdad? - respondió Jenna, casi al instante, provocando que Tyler le lanzara una mirada sería. — Bueno solo te puedo decir que hoy iremos al restaurante del parque, ponte guapo.

•//•

Tyler odiaba las salidas entre semana. Tenía que hacer maravillas para que su sobre protectora madre lo dejara salir, sin mencionar los miles de favores que tenía que hacer en el hogar para obtener una ración extra de dinero.

Caminaba por el parque, casi llegando al restaurant. Solía ir de vez en cuando a recostarse en el césped y despejar su mente de los problemas que solían aglomerar su cabeza.

Cuando recién cayó en la depresión y no quería verse tan obvio, solía ir al parque todos los días y llorar en silencio, detrás del gran árbol que estaba en medio del lugar, en donde nadie podía verlo. Cuando Josh desapareció por completo, solía ir todas las tardes con la mínima e inexistente esperanza de encontrarlo en alguna de las bancas, con los audífonos puestos mientras llevaba el ritmo de la canción golpeando sus muslos. Pero no fue así, jamás fue así.

Sintió como una fina lagrima corría por su mejilla. El recordar todo lo que había pasado en ese parque le traía cierta nostalgia y melancolía. Limpio su mejilla, y sorbió levemente su nariz para poder entrar al restaurant que estaba cruzando la calle.

Tomó la perilla de la puerta, y la giro para poder ingresar al lugar. Buscó rápidamente entre las mesas del lugar; sin embargo, Jenna no estaba allí.

El castaño frunció el ceño y sacó su celular, para poder textearle algo a su amiga.

"No me digas que me dejaste plantado, te voy a odiar toda la vida Jenna Black!"

— En realidad no te han dejado plantado, pequeño bebé. - murmuró una voz algo gruesa en su oído, provocándole un pequeño escalofrío.

Se dio la vuelta, con una sonrisa en su rostro para toparse de frente con aquel chico que le robaba suspiros cada que lo veía.

— Joshie - murmuró, tomándolo por la nuca levemente y atrayéndolo hacia el, estrujándolo con entusiasmo. — ¿Qué haces aquí?

— Vengo a una cita con mi bebé - respondió, plantando un beso en la mejilla del más pequeño, haciéndolo sonrojar.

Tyler entrelazo su mano con la del teñido, y lo guió a la mesa favorita del lugar. Desde ella, se podía observar todos los alrededores, sin mencionar lo cerca que estaba de la cocina, haciendo que desprendiera un olor realmente agradable — además, de que las órdenes llegaban más rápido de lo normal—.

El mesero llego con las cartas, y después de unos minutos, partió con las órdenes de los chicos.

Tyler no podía dejar de observar lo lindo que era Josh con el. Todas las atenciones que tenía, su manera de comportarse, no sabía cómo no lo noto cuando eran más pequeños.

— ¿Pequeño? - murmuró el teñido, Tyler asintió levemente con una sonrisa en su rostro. — Un pajarito por ahí me dijo que las rosas blancas eran tus favoritas, ¿eso es cierto?

La sonrisa de Tyler se desvaneció de poco en poco, mientras sus mejillas se sonrojaban de un momento a otro. El castaño asintió tímidamente.

— ¿Por qué, Joshie?...

— Espera aquí bebito precioso. - interrumpió Josh, mientras se levantaba de la silla y plantaba un beso en la frente del más pequeño.

El teñido salió del lugar, dejando a Tyler confundido, quien miraba a todos lados en busca de una respuesta coherente.

Después de un par de minutos, el teñido entró en el lugar. El corazón de Tyler latía al máximo y sentía que sus piernas temblaban por debajo de la mesa. Se quedo boquiabierto al ver a Josh entrar con un gran ramo de rosas blancas entre sus manos, extendiéndolas hasta Tyler, quien no sabía si tomarlas y cubrir su boca de lo impresionado que estaba.

— Joshie... - tartamudeo. — ¿Son para mí?

Josh le sonrió y sin decir nada señaló las flores con un leve movimiento de cabeza, invitándolo a tomarlas.

Tyler, con el el mayor cuidado y delicadeza del mundo, las tomo entre sus manos, haciendo crujir el débil papel celofán que cubría los tallos. Pudo divisar una pequeña tarjeta con un corazón en la portada. La tomo con delicadeza, mientras Josh observaba toda la escena mordiendo su labio inferior.

Pequeño bebé, ¿te gustaría ser mi novio?

Los ojos del castaño se cristalizaron levemente, mientras su boca se abría lentamente. Alzo la mirada hacia Josh, quien lo miraba con la mayor ternura del mundo. Las mejillas del más pequeño se colorearon de un tono carmín, mientras asentía y repetía efusivamente una y otra vez "si quiero".

Only lovers left alive.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora