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Ambos chicos estaban tomados de la mano, recostados en el sofá de la sala de casa de Tyler, mientras veían la serie favorita del castaño.

A Josh le parecía una serie un poco confusa, pero sí a Tyler le gustaba, estaba bien con ello.

— ¿Ese es el chico gay? - preguntó Josh, haciendo reír a Tyler.

— No amor, el gay es el rubio, Archie. - respondió Tyler, señalando a un chico de gafas.

Josh asintió, y río al notar que Tyler seguía riéndose.

— ¿Te burlas de mí, pequeñín?

— Eres muy malo para las series, mi amor. - respondió Tyler, sintiendo como su estómago comenzaba a doler un poco debido a la risa.

Josh rodeó a Tyler por el torso, haciéndole cosquillas. Tyler tan solo pataleaba cual niño pequeño, soltando pequeños gritos y risas.

— Consíganse un hotel, par de tórtolos. - exclamó la madre de Tyler de forma graciosa, tomando asiento en uno de los sillones que habían disponibles.

Ambos chicos se reincorporaron, y se voltearon a ver de manera incómoda. Las mejillas de ambos chicos estaban más que coloradas.

— Mamá... - llamó Tyler, la mujer asintió. — ¿Josh puede quedarse esta noche?

— ¿Tendrán alborotadas las hormonas? - preguntó la mujer. Las mejillas de Tyler se colorearon de rojo al instante, y sus ojos parecían que saldrían de sus órbitas. — Por qué si es así, prefiero que vayan a donde Josh... No quiero tener esa platica con tus hermanos a tan temprana edad.

[...]

Desde que habían dejado el apartamento, la mente de Tyler no podía dejar de pensar en la noche que habían pasado hacía un par de semanas. Quizá no había sido en un momento tan romántico, pero por alguna razón se la había pasado fantaseando con ese momento desde que sucedió.

Era una tortura no poder gemir a gusto por las noches.

Tenía algo planeado para aquella noche, por qué no era una común.

Era su mesiversario*, y quería pasársela realmente bien con el chico del que estaba enamorado.

Pero no era el único con una sorpresa.

Josh también le tenía algo planeado, y estaba seguro que Tyler moriría al ver aquella sorpresa.

O eso esperaba Josh.

Después de un corto camino — debido a que no había tráfico por lo tarde que era — habían llegado al apartamento de Josh.

El de cabello carmín bajó del auto y casi corriendo, llegó hasta la puerta de Tyler, para abrirla por el. Tyler sonrió, mientras sus mejillas se coloreaban.

— Mi princesa no hará esfuerzos esta noche - murmuró Josh, extendiendo su mano para Tyler, quien la tomó gustoso. — Hoy, me dedicaré nada más y nada menos que a ti, completamente.

Tyler asintió, y entrelazó sus manos con Josh mientras que ambos se dirigían hasta el apartamento del de cabello carmín.

Llegaron, y antes de entrar, Josh le tapó los ojos a Tyler diciendo que era una pequeña sorpresa.

Después de abrir la puerta torpemente y de un par de risas por parte de ambos, los ojos de Tyler se toparon con oscuridad.

— Joshie, creo que olvidaste encender las luces.

Josh corrió rápidamente y un pequeño gruñido se escucho un par de segundos después. Al parecer, el chico no calculaba bien las distancias. El de cabello castaño río por lo bajo, hasta que una tenue luz iluminó el rostro de Josh.

Pequeñas velas aromáticas habían sido encendidas, dando a presenciar una mesa decorada y una botella en el centro, además de un ramo de rosas blancas en el medio.

Tyler soltó un pequeño chillido, y se acercó a tomar asiento.

— ¿Esto es para mí? - preguntó el chico, tartamudeando por la emoción. Josh asintió.

— Espera aquí, pequeña princesa, voy por algo.

Josh corrió hasta su habitación, dejando a Tyler en el comedor, quien no podía dejar de admirar la decoración y la maravillosa vista que podía verse desde el balcón del apartamento de Joshua.

Una noche estrellada, velas, una cena y Josh.

¿Qué más podía pedir Tyler?

Josh regresó, con las manos tras la espalda y tomando asiento frente a Tyler, con una sonrisa en su rostro. Aquellas sonrisas que tanto le gustaban a Tyler, donde achicaba sus ojos.

— Ty, primero que nada, feliz mesiversario, mi pequeño bebé - murmuró Josh, haciendo que Tyler sonriera. — Segundo, este no es tu obsequio.

Tyler frunció el ceño, sin poder comprender lo que Josh le decía.

— Tu obsequio es este.

Le extendió una pequeña cajita de color negro, con terciopelo en sus alrededores. Tyler la tomó sin poder comprender.

Con las manos temblorosas la abrió, dejando ver un brazalete de color plateado, con un pequeño dije de un corazón a la mitad y una pequeña inscripción en el, que decía para siempre. Tyler sonrió ante aquella frase; Cuando eran pequeños, prometieron está siempre juntos, y con cada pequeña pelea que tenían o un buen momento, solían preguntarse aquella frase.

— Ty... Ahora mi explicación - carraspeó Josh, aclarando su garganta. — Creo que es algo apresurado pedir que avancemos, es nuestro primer mes de novios y no quiero arruinar nada o que te sientas presionado... Por lo que esa pulsera, es una promesa de que algún día estaremos juntos completamente.

Tyler no sabia si llorar, gritar, abrazar a Josh o besarlo hasta que se le cayeran los labios.

— Josh, yo...

— Te amo, Tyler. - interrumpió. — Te amo con locura, como jamás he amado a nadie... Y no sé si esto sea sano, pero maldita sea, te necesito.

— Josh... - tartamudeo. — Te prometo que estaremos juntos pase lo que pase, ¿ok?, nada nos va a separar y yo pondré todo de mi parte por que así sea... Por qué yo también te amo, Josh, más que a nada en el mundo.

Ambos chicos unieron sus labios y después se abrazaron. Las mejillas de Tyler estaban húmedas debido a las lágrimas que corrían por sus mejillas.

Josh hundió su rostro en el cuello de Tyler, aspirando su aroma... Como si fuera la ultima vez que fueran a estar juntos.

Only lovers left alive.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora