Capitulo 04

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El doctor Henry me mira de forma hostil así que dejo el dibujo nuevamente encima de la mesa,  sin duda este hombre tiene algo que te asusta tal vez sea expresión en sus ojos.

—  ¿No va a responder a mi pregunta?— Dice forma obstinada.

—  Lo siento, Doctor…. Yo soy Victoria Collins la nueva enfermera solo le estaba dando el medicamento al paciente.

—  ¿Victoria Collins? Claro eres la persona que contrato Marie— Luego mira a Matt que esta dormido— ¿Viste sus dibujos?

—  Si, lo siento no era mi intención entrometerme— Tratando de sonar tranquila.

—  No te preocupes, Matt es un chico distinto a los que están aquí, esta completamente a lejano lo que sucede a su alrededor por eso no se comunica con otros excepto con sus voces— El doctor Henry se acerca a la mesa y toma uno de los dibujos— Estoy tratando de que esta chica que dibuja desaparezca y vuelve hacer una persona normal.

—  ¿Quién es ella?— Me atreví a preguntarle.

—  Ella es la razón por la cual esta aquí— Me mira con dureza— Siga con sus labores, señorita Victoria.

Dicho esto sale de la habitación dejándome con la duda de saber quien es la rubia sin rostro obvio que no va a decir así que tendré que averiguarlo por mi misma tal vez pidiéndole a Marie que me de expediente de Matt tal vez allí haya mas información, tampoco le comente que Matt me había hablado es mejor mantenerlo en secreto ese doctor no me inspira para nada confianza esta claro que oculta algo.

Salgo de la habitación mirando por última vez a Matt quien sigue dormido.

***

Estoy en la tina dándome un baño relajante después pasar casi toda la tarde en el hospital, aun preocupa que no puede conseguir la información que quiero tengo que ser mucho mas cuidadosa cuando estoy con los pacientes, Marie me dijo que iba a conseguir los expediente de los nuevos pacientes como los viejos, espero que se me ayude un poco a dejar ciertas dudas que tengo.

También deseo averiguar mas sobre la vida del doctor Henry si es verdad que él tuvo que ver con la muerte de Nate Sullivan entonces muchos de los pacientes están corriendo peligro bajo su control. Me acuerdo de Matt un chico tan frágil y perdido aun puedo recordar la forma que me miraba con sus ojos grises tan hermosos pero a la vez tan vacios, tenia muchas ganas de volver a verlo ojala me recuerde y quiere hablar conmigo.

Una vez me he dado mi baño relajante salgo de la tina, me pongo mi pijama, Otto esta en su lugar favorito para dormir al lado de la lavadora, como algo rápido, llamo a mi madre.

—  Si todo va muy bien, mamá.

—  Me alegro mucho, Vicky ¿Cuándo vendrás a visitarnos?

—  Tal vez el mes que viene, tengo trabajo.

—  Pensé que estabas de vacaciones.

—  Si, pero Emma necesita ayuda con algo.

—   A veces pienso que te están explotando en ese trabajo— Dice enojada.

—  No es cierto, mamá. Amo mi trabajo, además me pagaran el triple y me darán dos semanas de vacaciones.

—  De todos modos pienso que trabajas mucho ¿Cuándo tendrás un novio, Victoria? Yo quiero verte casada y con hijos.

—  Mamá, no comiences con eso— Digo cansada— Debo dejarte, mañana tengo que madrugar, mándale saludos a papá, te quiero — Antes que pueda seguir con su sermón cuelgo la llamada.

Después me voy a descansar mañana sin duda seria un largo así que debo guardar todas las energías posibles.

****

Camino por el bosque la brisa mueve violentamente las hojas de los arboles era un día realmente hermoso, entonces la veo correr sonriéndome entonces la sigo también sonriendo.

—  Ven, Matt estoy aquí— Dice sonriendo su cabello dorado ondeando en la brisa, se veía tan hermosa con aquel vestido azul — Ven conmigo, estamos cerca.

Corrí detrás de ella, era divertido aquel juego ella me hacia feliz amaba todo de ella su cabello rubio y su hermosa sonrisa, casi estaba a punto de alcanzarla cuando de pronto todo se volvió oscuro, los arboles hacían ruidos extraños comencé a asustarme entonces la perdí de vista, mi corazón martillando con fuerza en mi pecho corrí desesperado por hallarla.

—  ¡Samantha!— Comencé a llamarla asustado.

—  Maaaattheeew— Canturreo.

Ella seguía diciéndome mi nombre pero no podía verla a pesar que la escuchaba tan cerca comencé a  desesperarme aun mas quería encontrarla, tenia que seguir a mi dulce Samantha.

—  ¿Dónde estas, Samantha?— Camine por medio de los matorrales, estaba muy oscuro casi no podía ver.

—  Aquí estoy, amor mío— Entonces la vi ella estaba sonriéndome.

—   Samantha, por fin te he encontrado— Le sonrió caminando hacia a ella, sus mejillas estaban sonrojadas mientras la brisa despeinaba su cabello rubio.

—  Es hora de estar juntos, por siempre— Dice sonriendo.

—  Si, por siempre.

Entonces da un paso atrás me doy cuenta que esta caminando hacia un precipicio,  mi respiración se agita y mi corazón se acelera.

—  Por favor, no lo hagas. — Le suplico asustado pero ella sigue caminando hacia ese abismo— ¡No! ¡Samantha! — Quiero correr alcanzarla pero mis piernas no responden.

—   Siempre juntos, Matthew.— Me sonríe por última vez antes de cerrar los ojos,  extender sus brazos y se arroja hacia el abismo.

—  ¡No! ¡No! ¡Samantha! — Comienzo a gritar mientras las lágrimas bajan sin cesar me lanzo en el suelo gritando su nombre ¿Por qué tuvo que hacerlo? ¿Por qué tuvo que dejarme solo?

—  ¡Matt! ¡Matt! ¡Despierta! — Alguien me tiene agarrado de los hombros, trato de soltarme pero no puedo moverme.

—  ¡Por favor! ¡No! ¡Vuelve!— Grito cerrando los ojos con fuerza— ¡Tengo que salvarla!

—  Matt abre los ojos— Entonces los abrí estoy en mi habitación y es el doctor Henry quien me tiene agarrado de los hombros— Tranquilo, solo fue una pesadilla.

—  ¡No es cierto! ¡Fue real! ¡Samantha me necesita! — Le grito asustado tratando de levantarme pero no me deja.

—  Sino te calmas ahora,  te voy a sedar.

—  Haga lo que le de la gana, maldito infeliz— Gruñí entonces entraron otros dos hombres sosteniéndome— Ustedes son malos, los odio.

Agarra mis brazos extiéndelos en la cama, amarrando mis muñecas en cada esquina lo cual impide moverme y después hacen lo mismo con mis tobillos comenzó a luchar contra ellos pero no puedo mi cuerpo esta inmovilizando.

—  ¡Los odio! ¡Neill ayúdame! ¡Samantha! ¡Samantha! — Grito mientras lloro.

—  Traigan un sedante ahora— Dice el doctor Henry.

Unos minutos después me siento con mucho sueño, veo a  Samantha sonriéndome ella esta bien no esta muerta sigue conmigo, mi dulce princesa.

Alucinaciones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora