Dos Chicos, Una Decisión #1

6. ¿Una Cita?

Cuando desperté eran las 05:00 am, en verdad desperté muy temprano, tal vez es porque ayer dormí inmediatamente que toqué mi cama.

Me levante de mi cama, la acomodé y me senté en ella, sentí la necesidad de asomarme por el balcón, así que salí. El sol aún no salía, era muy temprano como para arreglarme así que me senté en una pequeña silla que estaba ahí y mire hacia la calle, no había nada interesante, pero aún así seguía mirando.

El tiempo pasó volando, pareciera que solo estuve 5 minutos ahí sentada, pero ya eran las 5:45 am y los primeros rayos del sol ya se podían apreciar con claridad. Entré a mi habitación, busqué algo que ponerme, lleve mi ropa al baño y comencé a ducharme, claro no sin antes deshacerme de mi pijama, salí ya vestida y entre de nuevo a mi habitación, cepillé mi cabello y lo amarré en una coleta alta, me puse perfume, un poco de brillo labial y bajé a la cocina.

—¡Prima! ¡Buenos días! —dijo Alan levantándose del sofá para abrazarme.

—Buenos días, Alan... ¿y Freddy? —fue lo primero que le pregunté ya que no veía a mi hermano por ningún lado

—Creo que dijo que estaría con Jos. —me respondió tratando de recordar. —Como sea, me dijo que no te iba a poder llevar, iremos a algún lugar antes de entrar al Instituto y sabe que no te agrada llegar tarde. —dijo volviéndose a sentar

—De acuerdo, a dónde sea que vayan, no lleguen muy tarde, hoy Freddy tiene entrenamiento. —le dije sirviéndome jugo de naranja en un vaso.

—Bien, yo le recuerdo.

—Será mejor que me vaya, quiero irme caminando y si me voy más tarde no llegaré. —dije tomando una manzana y mi mochila. —Adiós, Alan. —le di un beso en la mejilla y salí de casa

—¡Hey! ¡Cam! —gritó Freddy desde casa de Jos.

—¿¡Qué pasa!? —le grité para que me escuchara.

—¿¡A dónde vas!?

—¡A la escuela, genio!

—¡Oh! ¡De acuerdo! ¡Nos vemos más tarde! —asentí y me despedí con la mano, él me devolvió el gesto y Jos me sonrió

La escuela estaba a 20 minutos de mi casa, entro a las 7:00 y son 6:15 am, es increíble como el clima puede cambiar de un día a otro, ayer era un día totalmente despejado y hoy había unas cuantas nubes tapando el sol, ocasionando que no se sintiera mucha calor, incluso corría aire fresco, perfecto para caminar a la escuela.

Caminaba lentamente con mi mochila colgando de mi hombro derecho y dandole pequeñas mordidas a mi manzana roja. Había muchos estudiantes que tal vez decidieron caminar también a la escuela, todos me saludaban y yo les regresaba el gesto.

Seguía caminando cuando vi que un auto se paró junto a mi.

Era Alonso.

—Buenos días. —me saludó bajando la ventana de su auto.

—Hey, buenos días. —le devolví el saludo sonriendo. —¿Me estás siguiendo? —le pregunté divertida

Él comenzó a reír.

—No, Cam, solo me dirijo a la escuela. —dijo y me sonrió, no pude evitar sonreír también. —Sube. —dijo abriendo la puerta del copiloto desde adentro.

—De acuerdo. —sonreí y me subí.

—Bien, vámonos. —volteó a verme y sonrió.

(...)

Minutos después llegamos al estacionamiento, Alonso bajó primero y rodeó su auto para abrirme la puerta

—Gracias. —le sonreí, el asintió y me regresó la sonrisa.