24. Perfecta Distracción

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¿Qué hago? ¿Qué hago?

¡Ya sé!

—Jos. —lo llamé y él volteo a verme.

—¿Qué pasa? —preguntó confundido.

—Necesito que salgas a distraer a Freddy. —le dije histérica, no sé por qué pero el saber que Alan no estaba en casa y Freddy lo había dejado a cargo de mi me ponía nerviosa y a la vez molesta porque debía cubrir a mi querido primo de los instintos asesinos de mi amado hermano.

—¿Y qué hago? —preguntó al parecer nervioso.

—No sé, lo que se te ocurra. —le dije y abrí la puerta sacándolo y después cerré la puerta.

Jos comenzó a caminar hacia Freddy, no sé de qué hablaban, pero al principio Freddy señaló hacia la casa confundido, Jos parecía nervioso, tenía las manos metidas en los bolsillos de su pantalón y comenzaba a tambalearse. No tengo idea de qué hablaban... Pero estaba funcionando.

Estaba tan ocupada mirando cómo Jos distraía a Freddy cuando mi celular sonó.

—¡Cam! ¿Qué hago? Freddy está frente a la casa hablando con Jos. —me dijo Alan nervioso, comencé a pensar.

—Dile que fuiste a la tienda. —dije rápidamente.

—Pero no traigo nada. —dijo obvio y tenía razón, si íbamos a mentir al menos debía ser creíble, y cómo decir que fue a la tienda si no lleva algo con él.

—Ve a comprar algo, ¡lo que sea! —le dije, él dijo que sí y colgó, ahora espero que no tarde mucho.

(...)

No sé de qué tanto platican Jos y Freddy pero era la distracción perfecta ya que llevaban 15 minutos ahí afuera... Y Alan aún no llegaba de la tienda.

Unos cuantos minutos después llegó Alan... Y, a que no saben qué fue lo que compró...

Toallas femeninas.

Cuando él llegó Freddy lo miró raro, pero Alan contesto algo y señaló hacia la casa.

Freddy asintió, abrazó a Alan y este último caminó hacia la casa para entrar.

—Listo. —dijo entrando a casa mientras yo lo veía seria. —¿Qué? —preguntó en cuanto me vio.

—¿Por qué no compraste alguna otra cosa? —le grité, y él sonrió inocentemente.

—Tal vez comprendería que era importante y así no se enojaría por dejarte sola mientras yo salía a comprar alguna otra cosa. —dijo encogiendose de hombros y se sentó en el sofá encendiendo la televisión.

Imité su acción, de alguna manera el que Alan ya estuviera en casa y que Freddy no se enterara de que me había dejado sola me tranquilizaba.

Pero la tranquilidad dura poco. Ya que en cuanto Freddy llegó, Jos, Alan y él pusieron música y comenzaron a festejar la llegada de Freddy. No pregunten porqué lo festejan, porque no tengo la mas mínima idea.

(...)

Después de que terminaran con su escándalo me subí a mi habitación, eran las ocho de la noche y había una tranquilidad increíble en mi habitación, me hizo sentir como cuando Alonso me llevó a su lugar favorito, el sonido de las olas eran relajantes y que no hubiesen sonidos de autos o cualquier otra máquina era absolutamente increíble.

¡Por Dios, Alonso! ¡Mañana es Viernes! ¡Mañana debo ir a la dirección que me dejo en las flores!

¿Qué será? ¡Ya quiero saber!

Dos Chicos, Una Decisión #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora