13. Día De Chicas

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Miércoles, 5:30 am.

A veces odio despertarme tan temprano, he estado pensando seriamente en faltar las primeras horas de clase para poder dormir más tiempo, pero después recordé que dormí hasta tarde para terminar un proyecto y se me pasó.

Me levanté de mi cama, tomé mi ropa que había dejado doblada en la orilla de mi cama para cuando despertara y caminé directo al baño para ducharme.

Unos quince minutos después salí, me arreglé y bajé a la cocina para desayunar.

—Buenos días. —saludé a Freddy.

—Hola, hermanita. —me dijo y dio un beso en mi cabeza. —¿Cómo amaneciste?

—Acostada. —le dije bromeando y él me miró serio.

—Que coincidencia, yo igual. —respondió irónico y yo reí.

—Tengo muchísimo sueño, Freddy. —le dije esperando a que sintiera un poco de lástima por mi pero eso no sucedió.

—Lástima, tienes que ir a la escuela. —dijo y en ese momento nuestra mamá bajó las escaleras, así es, ya se encontraba de regreso.

—Buenos días, mis niños. —nos dijo dando un beso en la mejilla a cada uno.

—Buenos días, mamá. —dijimos ambos al mismo tiempo.

—¿Cómo amanecieron? —preguntó, Freddy y yo nos miramos recordando lo que nos respondimos el uno al otro y sonreímos.

—Acostados. —respondimos ambos al mismo tiempo.

(...)

—¡Camila Pacheco Leyva! —me gritó Sam.

—¡Samantha! —le grité yo.

—No me grites. —me dijo haciendo un puchero.

—Tú comenzaste. —respondí riendo y ella sonrió.

—Como sea, debemos pasar un día juntas. —dijo cambiando de tema. —Desde que Alonso llegó solo te busca y ya casi no platicamos. —hizo un puchero.

—Sam, Alonso también es mi amigo y, además, nosotras vamos en la misma clase.

—Si no es que quiere ser más que tu amigo. —susurró pero logré escucharla. —Vamos en la misma clase pero no podemos platicar, la última vez que platicamos nos separaron.

Y tenía razón, nos separaron porque platicamos mucho y no prestamos atención a la clase

—Debemos salir hoy. —dijo señalándome con un dedo.

—De acuerdo. —le dije riendo y ella saltó dando aplausos pero paro y se puso seria.

—¿Qué sucede? —pregunté.

—Será mejor que te deje sola. —dijo sonriendo maliciosa. —Chao, Cam. —dijo y se fue, yo me quedé confundida y giré a ver hacia donde Sam veía y vi a Alonso.

—Hola Cam. —me saludó con las manos metidas en sus bolsillos delanteros de su pantalón.

—Hola. —le saludé sonriendo.

—¿Cómo estás?

—Bien. —respondí, tal vez sea mi imaginación pero lo notaba nervioso. —¿Y tú?

—Bien. —me dijo y con eso lo comprobé, Alonso estaba nervioso pero... ¿Por qué? Estaba a punto de preguntarle si estaba bien pero el timbre anunciando el inicio de clases había sonado.

—Será mejor que me vaya, adiós Alonso. —le dije y él levantó la mirada.

—S-sí, adiós. —respondió igual de nervioso, ¿qué le sucede?

Dos Chicos, Una Decisión #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora