Capitulo V

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Mi hermano seguía manteniendo esa sonrisa triunfal sin que nada pudiera haberla borrado de su rostro. ¡No me quedaba otra, ya estaba decidido!. Agarre el móvil mandándole un mensaje a aquel chico, debía explicarle bien mis supuestas intenciones, sin parecer una maldita enferma vista desde fuera...Esperaba tener la suficiente convicción para que él aceptara.

Abrí mi armario seleccionando minuciosamente la ropa que debía llevar. Una falda era demasiado fácil... Agarre unas medias de rejilla negras con un short vaquero muy prieto acompañado de una camiseta de tirante fino apretada.

Baje las escaleras impregnándome de una fragancia fuerte que usaba de mi madre cada vez que quería conseguir algo de mi padre... Llegue al salón donde vi a mi hermano sentado en el sofá viendo un programa en la televisión. Volteo su mirada al escucharme bajar, pero me dio lo mismo, ya que continúe recta sin siquiera mirarle buscando las llaves de casa para después.

Empecé a revolver en mi bolso frente a la puerta de salida, cuando unos dedos agarraron mi brazo algo fuerte.

-¿A dónde crees que vas así vestida?.-Pregunto mirándome a los ojos.

-¿Acaso yo te digo como tienes que vestirte?.-Replique.

-Eres una chica, alguno podría...-Hablo sin acabar la frase.

-Es lo que quiero. Espero que mi novio sepa verme bien.-Conteste pasándome un mechón de mi pelo tras la oreja.

-¿Novio?.-Pregunto confuso.

-Sí, he estado pensando y tienes razón, por eso quiero darle la oportunidad a un chico. Estoy cansada de ser la única de mis amigas en seguir virgen...-Dije en tono avergonzante, aunque realmente no sentía vergüenza era lo que quería que pensara, pero cuando las chicas parecíamos más vulnerables de ese modo, parecía atraerles más a ellos.

-¡Eres una autentica niñata!. ¡Lárgate de una vez!.-Alzo la voz, soltando mi brazo fuera de la puerta.

Sin mirarle y con la cabeza bien alta, continúe mi rumbo fijo hacia aquel lugar en el que me encontraría con Will. No parecía un mal chico y por eso esperaba que pudiera hacerme el favor.

Después de varios minutos caminando y alguna que otra mirada, de algún chico que no pretendían tener buenas intenciones, llegue al parque, viéndole apoyado con una gorra cubriendo su cabeza.

Me acerque poco a poco a él, pero no hizo falta que estaría cerca, ya que se me había quedado mirando desde que empecé a caminar.

-Hola.-Salude dándole un beso en la mejilla.

-Wow Ashley, nunca te había visto así vestida.-Dijo sorprendido.

-¿Me veo mal?.-Pregunte dándome una vuelta.

-No... para nada...-Articulo costoso.

-Menos mal.-Sonreí.

El silencio empezó a apoderarse de la situación volviéndose algo incomoda. Y parecía que él lo estaba notando...

-¿Quieres que tomemos un helado o algo?.-Pregunto tímido.

-Claro.

Fuimos directos al quiosco de los helados que se hallaba en medio del parque. Pedí uno de esos largos de hielo, creo que así tendría más oportunidades de llevarlo adelante...

-La verdad que me ha sorprendido tu llamada.-Hablo sentándonos en un banco apartados.

-Bueno parece que estos días he estado pensando en ti...-Conteste lamiendo mi helado..

-Ya..veo..-Contesto casi atragantándose.

-Además quería que nos fuésemos conociendo mas, quien sabe si algún día...

-Pensaba que era el único al que le gustabas.

-No Will, claro que lo había notado, pero es que me cuesta fiarme de los hombres. Por eso me cuesta confiar y dar el paso. Pero creo que tú eres distinto.-Dije con voz de niña mientras jugueteaba con sus cordones.

-¿Y eso por qué?

-Mi hermano mayor, no para de fastidiarme y tengo miedo de que me quieran para eso.-Comente moviendo mis piernas y rozándolas entre sí, atrayendo su mirada.

-No entiendo muy bien que es lo que hace tu hermano, pero no todos somos iguales.-Hablo seguro de sí mismo.

-¿Enserio?.-Me hice la tonta.

-Claro, ¿Te lo puedo demostrar?.-Siempre tan sutiles.

-mmmm, ahora que lo dices, se me ocurre algo...

-¿Qué es?.-Pregunto sin quitarme ojo, de cómo pasaba mi lengua por aquel helado de abajo a arriba...

-Pues... lo que pasa con mi hermano es que siempre me está fastidiando trayéndose chicas a casa por la mañana tratándolas como objetos, sin dejar que duerma y traumándome con los ruidos de su cama y los gritos de ellas. Así que podríamos hacer lo mismo, pero de broma, sin que él sepa que no es enserio...

-¿Y no querrá matarme después de eso?

-No pensaba que te diera miedo...Sabia que no...-Dije siendo cortada por él, había herido su sensibilidad.

-Está bien lo hare, te demostrare de esa forma si es lo que necesitas para confiar en mi.-Afirmó.

-Gracias Will, sabía que podía contar contigo. Además, quiero darte algo como adelanto...-Susurre mordiendo mi labio inferior.

Agarre el cuello de su camiseta, atrayéndolo hacia a mí a la vez que mi cuerpo impulsivamente se inclinaba hacia él... Lamí mis labios lentamente con mi lengua, antes de entreabrirlos tan solo un poco. Sentía su aliento gélido por el helado chocar contra el mío. Ladee un poco más la cara, para rozar sus labios, entregándole un beso caliente y frio a su vez, pero un mero roce tentador de labios... Su lengua quería encontrarse con la mía queriendo acariciarla y lamer mi sabor a su vez, creando un beso mucho más potente... pero no debía darle demasiado hasta que cumpliera su parte, debía dejarle con las ganas...


Un sabor Agridulce ♀  +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora