Capitulo XXXIV

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Mis padres no solían dejar que Derek condujera el coche de la familia, eran previsores de lo que podía pasar si lo llevara consigo. Tan solo accedieron por mí. Preferían que me llevara en coche y creyendo con eso, que Derek sería prudente. Aun que sabía que por las noches sin que nadie se enterase lo cogía sin permiso.

Seguía con el lio en mi cabeza, sin acabar de comprenderle bien del todo el módico trato de Derek hacia a mí. Sentía como un pequeño cambio de él hacia mí. Aun que seguía pareciendo en según qué días, situaciones, o vete a saber porque, me seguía tratando de la peor manera.

Miraba su rostro de concentración sobre el volante, observaba fijamente como le quedaban las gafas de sol, el aire que le daban, todavía me encantaba aun mas.

Él hace que me abrume, que no sepa por donde va a ir cada día. Sueño como será el día en el que tenga seguro de que palo va conmigo. A veces lo veo cercano... Pero en otras, lo veo a millones de kilómetros de distancia.

—Ash,¿ Ahora me dirás por que tanto interés en venir?.—Pregunto sacándome de mi abismo.

—No es nada, necesitaba salir de casa. Ya sabes lo pesada que se pone y eso me agobia...

—Pues parece que lo has heredado.—Burlo.

—No soy pesada, solo que no me rindo por lo que quiero conseguir.

—Hay algo que si me tiene intrigado, y no sé si tiene que ver con lo que me quiere decir, te conozco, y sé que algo ocultas. ¿Qué fue lo que paso en la casa de verano, porque tanto secretismo con Nathan?.—Seguía con eso, y si era como ello en cuanto a insistencia, lo tenia crudo.

—¿Desde cuándo te importa lo que haga una niñata? Por si no lo recuerdas también en mi amigo.

—Joder Ash, es raro de cojones. Conozco a Nath mejor que tu.—Aclaro.

—¿Qué me quieres decir con eso?

—Que se como somos los tíos, y él no es la excepción.—Dejo caer.

—¿Excepción de que, Derek?

—Ash...Venga vamos, como que no sabes de lo que hablo.

—No me digas que...

—¡Que!.—Respondió sorprendido.

—Tú, estas celoso.—Le jodi en tono de burla.

—¡Pero qué dices, niñata!

—Zasca, utilizas el niñata para quitarle peso a algo que sabes que es verdad pero que no puedes controlar...—Reí mientras veía su reacción, de mosqueo.

—Deja de decir putas tonterías.

Continúe riendo haciendo caso omiso a lo que seguía farfullando molesto. No parecía ser tan descabellado lo que estaba soltando por mi boca. ¿Estaba celoso de verdad? No había conocido esa faceta suya, pero se, en primera persona como se manifiestan los celos, como son palpables y la reacción que producen.

Parecía ser cierto que el juego que yo sola empecé, ahora se había añadido el otro participante en el y no solo yo. Sentía una rara sensación de satisfacción, felicidad y rareza al mismo nivel de porcentaje.

Desde que habíamos doblado la esquina, se podía ver el cartel del local en el que íbamos a comer. Podía distinguirse la silueta apoyada en uno de los postes de Nathan. Quien parecía estar algo nervioso jugueteando con el llavero que sostenían sus llaves.

Derek toco el claxon, provocando que su mejor amigo se girara y nos encontrara con la mirada. Mirada con la que al divisarme y saludarle desde la ventanilla con una sonrisa, se agrando.

Un sabor Agridulce ♀  +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora