Capitulo XXXI parte.II

12.2K 575 80
                                    



Cerré los ojos tan fuerte como me aferraba a aquel muñeco que tenía entre mis puños. Mi mente en esa milésima de segundo se invadía de recuerdos hacia Nath... Como si mis recuerdos hacia él y todo lo que había hecho por mí, me invadieran en ese momento. Realmente ni yo sabía porque. Puede que me gustara o simplemente por lo citado anteriormente, todavía no lo sabía. En aquel preciso instante en que pude sentir el pequeño roce de sus labios con los míos, La imagen mental de Nath paso a segundo plano, apareciendo la de Derek quien invadía mi recuerdo en ese momento, su imagen deslumbro mi campo de visión sin estar presente.

¡No podía! ¡No debía ser de esa forma! ¡Nath no se merecía eso! ¡Maldito cerdo egoísta!¡Sal de mi cabeza!

Deje que tan solo una de mis manos sostuviera el regalo de Nath, para poder alargar mí otro brazo, apoyándolo en su pecho y separándolo de mí, haciendo que retrocediera sobre sus propios pasos...

—¡NO!.— Grite mientras observaba su rostro de confusión y rareza al mismo tiempo aparecer en su cara.- Lo siento... No puedo, no así...­

—Ash...Yo...—Pronuncio mirándome de la misma forma.

—Lo siento Nath...—Repetí girando todo mi cuerpo y empezando a correr de ese sitio.

—¡ESPERA!.—grito con fuerza.

—¡DEJAME SOLA!¡NO ME SIGAS!¡BASTA!—Alce la voz para que me dejara por un momento en paz.

No era justo que a alguien como él, se gustase de alguien como yo. No se merecía eso. Sentía como mi corazón quería correr libre de mi pecho y dejar de sentir por un momento cualquier tipo de sentimiento fuese del tipo que fuese.

En este momento no... El me importaba de verdad y no quería que nadie le pudiera hacer daño, y menos que aquella persona fuera yo.

Continúe corriendo sin detenerme alejándome por completo de él, no quería dejar de hacerlo, mis piernas actuaban por puro instinto de huida. Tenía la imperiosa necesidad de alejarme de todo el mundo que hubiera a mi alrededor.

Toda la culpa era del maldito ese. Del que tenía como hermano. Apreté fuerte el puño sin recordar que no había dejado de soltar el muñeco de mi puño. Me paré frente a uno de los arboles cogiendo aliento y mirando a mis pies, sin poder quitarme la imagen visual de la cara de decepción de Nathan y por ello la tristeza empezaba a invadirme, dejando mi cara humedecerse por las lágrimas que brotaban de mis ojos. Y esa expresión algo desoladora de mi negación ante su propuesta y la humillación que le acababa de hacer sentir... era por lo que más me odiaba en este momento.

Pero por otro lado, con Derek las cosas iban mucho mejor y todo lo que había logrado con ello, era algo que deseaba y soñaba durante mucho tiempo. Ya jodi a un chico por Derek, pero Nathan no se merecía eso, era su mejor amigo y puede que el mío también. Creo que dentro de mí me obligue a no sentir nada por Nath, creyéndome inmune a eso...

—¿Qué crees que estás haciendo?.—Escuche sin haberme percatado de que hubiera alguien en ese momento.

—¿Qué haces tú aquí?.—Devolví mi respuesta a modo de pregunta.

—Nathan ha vuelto hace minutos sin embargo tu...—Dejo caer.

—¿Enserio?.—No era consciente del tiempo en que mis pensamientos me habían invadido.

—Pues si... ¿Qué coño ha pasado?.—Continúo rascándose el pelo.

—Quería dar una vuelta y disfrutar de su regalo a solas. ¿El que ha dicho?.—Era lo que más me preocupaba en este momento.

Un sabor Agridulce ♀  +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora