Capitulo XXVIII

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–¿Qué pasa Ash?.—Pregunto Bry tragando la comida que tenía en la boca.

—Mi hermano, viene a buscarme. Mis padres nos tienen más controlados que antes.—Queje.

—¿Te vas ya?.—Pregunto Will, poniendo una cara de desilusión.

—Si chicos, lo siento. Pasadlo bien.—Dije acercándome ambos.

Abrace a Bryanna, y le deje un beso en la mejilla de Will. Las bocinas del coche de mi hermano sonaban, dejando ver su verde mirada tras la ventanilla del piloto.

Despedí con la mano, abriendo la puerta y entrando dentro.

—No hacía falta que vendrías a por mí. Podía haber vuelto sola. Además, este coche huele a colonia barata de Brooke.

—No seas desagradecida.—Menciono.

—Siento que te controlen así por mi culpa.—Añadí, no quería estar mal con él.

—Qué más da, se les pasara.—Dijo mirando hacia la carretera.

—Aun así a las 23.50 me parece una hora muy exagerada para llegar en verano a casa.—Conclui.

—Son padres nadie les entiende.—Comento sonriendo.

Dios su sonrisa me derretía, me volvía loca ver como esa mueca de labios a medio lado, hacia parecerle sexy y tan guapo al mismo tiempo...

Miraba a la carretera, viendo el cruce de caminos que delimitaba nuestra calle a la otra. Giro el volante al sentido contrario al nuestro.

—¿Derek? Nuestra casa está por ahí.—Simule.

—Lo sé. No vamos todavía a casa.

—¿Cómo y mama?

—Podrá esperar.—Volvió a sonreír guiñándome un ojo.

¿Qué le pasa hoy? está demasiado raro conmigo, no noto esa hostilidad como de costumbre hacia mí. Aunque a decir verdad, desde la fiesta, las cosas con él parecía que habían ido mejorando. Y aquella frase suya del vestido, me creaban palpitaciones ahí abajo.

—¿A dónde vamos?.—Volví a preguntar.

—No seas impaciente, te gustara.—Menciono mandándome escalofríos.

Sus palabras tenían un efecto en mí, distinto a su tacto, pero me creaban una extraña sensación de tranquilidad.

Subimos por un camino lleno de piedras como si estaríamos rodeando un monte.

—Derek que...—Balbucee.

—Confía en mi.—Respondió, apoyando su brazo en la ventanilla.

Continuamos por el mismo sendero, hasta detenernos en un sitio, que parecía que él conocía a la perfección, miraba por la ventanilla, pero creo que jamás había estado aquí.

—¿Lista?.—Me miro saliendo de su puerta.

—Sí, claro, siempre lo estoy.—Conteste imitando su gesto y posando mis pies afuera.

Me aproxime a él, quien me ofrecía su mano ¿Derek dándome la mano?, tal vez le había hecho la mejor felación del mundo o eso o se había dado un golpe. Sin dudar un segundo más la agarre, notando su tacto y entrelazando los dedos, caminamos durante unos tres minutos.

Menos mal que tenía la sujeción de su mano, por qué de no haber sido así, me hubiera caído.

—Acércate Ash.—Produjo parándose en seco. Parecía que las únicas personas que estábamos aquí éramos él y yo.

Un sabor Agridulce ♀  +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora