Capitulo XXXIII

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Me desperté sintiendo como si mi cuerpo todavía seguiría algo inquieto, como si mi corazón continuase palpitando sin control alguno, si mi cuerpo actuara de una manera de peligro sin siquiera haberlo.

Me rondaba todavía las palabras formuladas por Nathan, tan concisas y seguras, que sabía que por ende no se daría por vencido, que hablaría con Derek, hasta hacerle ver que lo nuestro podría llegar a pasar a no ser por Derek...

Hablando de Derek. Mire hacia ambos lados de la cama, sin encontrarlo. Creo que fui muy clara cuando le dije que utilizaba la carta con él de manera que no se podía levantar de mi lado hasta que yo me despertará.

Siempre andaba haciendo lo que le diese la gana, sin tener en nada en cuenta.

Me levante sin mucho esfuerzo, tampoco había que exagerar esto más tiempo. Encontré la puerta de Derek medio abierta, me asome con cuidado y hay estaba jugando con un bolígrafo mientras mantenía una conversación telefónica con alguien. Directamente puse la oreja, debía y quería enterarme de quien estaba al otro lado del teléfono.

Está bien hoy , si es tan importante eso que tienes que decirme. Así dejas de dar el puto coñazo. D

Siempre tan amable ¿Con quién habla?. Colgó el teléfono mientras resoplaba con desanimo. Me aparte un poco de la puerta, y sin llamar ni esperar a que nadie me diera permiso para entrar, lo hice.

—Derek, has faltado a tus obligaciones con la carta blanca.—Replique a modo de protesta.

—Se ve que ya estas recuperada.—Me miro, sin contestar mi queja.

—Ese no es el asunto, el trato era que te quedabas hasta que me despertara. Lo deje claro.

—A ver niñata, me han llamado al teléfono, ¿querías que te despertara de golpe mientras hablaba? Sería poco considerado de mi parte.—como si eso le importara.

—Podías no haber contestado.— Mira que tenia opción.

—Si te hubieras quedado en la cama, puede que hubiera ido y ya. No hagas dramas de esto.

—Entonces me queda una pequeña parte de la carta que deberías de cumplir por haberte saltado este pequeño apartado. ¿no?.—Rectifique, ojala esa carta durase para siempre.

—Lo que tu digas, aun que te has vuelto un poco aburrida. Mira que pedir que durmiera contigo...

—Que pasa Derek ¿esperabas hacer otra cosa conmigo?.—Pregunte en tono irónico.

—¡Que dices!.—Exclamo en un tono más nervioso.

—Tal vez ahora el que tiene ganas de tocarme y hacerme disfrutar seas tú.

—Jajaja creo que el desmayo te ha dejado aun más tocada de lo que estabas.

—Sí, si... —Sonreí mientras observaba su reacción.

—Deja de decir bobadas, desayunemos, que me muero de hambre.

Decidido, empezó a venir hacia mí con el deseo de llegar a la puerta, salir de ahí y bajar a la cocina con el mero propósito de llenarse el buche. ¡Pero no!¡Esta era la mía! ¿Dejar pasar yo una oportunidad? Nunca.

Cerré la puerta, con el pie sin siquiera girarme a mirar a donde le daba, me apoye en ella mirándole directamente a él, cerrándola de manera más segura, poniendo el cerrojo.

—¿Qué crees que haces?.

—Jugar.

Se quedo algo confuso ante mi respuesta, algo que aproveche muy bien. Sostuve su mano y directamente la pase al tacto de uno de mis pechos. No la solté ya que me gustaba mover su mano sobre mi pecho a mi antojo, ahora yo tenía el control, y creo que eso al igual que a él, me ponía todavía más caliente.

Un sabor Agridulce ♀  +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora