Capitulo XXXII

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Solo necesitaba sentarme y recobrar el poco aliento que me quedaba dentro de todo mí ser. Sentía como me mareaba y como un extraño calor frio, distintos a todos otros invadía completamente todo mi ser.

—Nath, necesito sentarme.—Pedí angustiada, buscando la banqueta más cercana de la cocina.

—Yo Ash, se lo que tengo que hacer con esto.—Añadió sin más reparo.

—¿Cómo dices?.—Necesitaba reaccionar, esto estaba siendo muy surrealista y mis manos hormigueaban solas.

—Se lo voy a tener que contar.

—¡Contar a quien!.—Empezaba a hiperventilarme.

—A tu hermano. ¿Cómo puede hacerle algo así a su propia hermana?.—¡Seguía sin dar crédito a tal cosa!. La ansiedad era la única que tenía el control sobre mí.

—No él no....—Conseguí decir a duras penas.

—Sé que es por él, el hecho de que me rechaces.—Me miro con sus ojos azules profundamente llenos de rabia.

—Pero que estás diciendo...—Lloriquee desesperada.

—Lo se Ash... No hace falta que disimules.

—No sabes lo que estás diciendo...—Quería creerme mis propias palabras.

—Se lo que hace Derek contigo, y por eso he decidido que voy a hablar con el...

—¡NO! Espera...—Grité ahogándolo en desespero.

Me levante de golpe, intentando agarrar su brazo para poder pararle, pero mi vista se nublaba más y más, mis piernas flaqueaban y mi cuerpo se debilitaba, apenas lo podía sentir...

—¡ASH!.—Escuche levemente...

****

—¡DEREK!.—Grite levantándome de golpe y algo aturdida sin saber que habia pasado ni donde me encontraba.

—¡No grites! Estoy aquí mismo.—Contesto sentando en mi cama y mirándome con un sonrisa tranquila.

—¿Dónde estoy?¿Que ha pasado?.—Pregunte preocupada.

—Que has empezado tus dieciocho de puta madre.—Puntualizo tan amable como siempre.

—Creo que he tenido una pesadilla horrible.—Afirme, esperando que solo fuera eso una pesadilla.

—¿Pesadilla? La que le has dado a mama. Te desmayaste en casa de Brooke, y como no despertabas te tuvimos que traer a casa. Siempre dando la nota niñata.—Añadió sutilmente.

—Nathan...

—Nathan ¿qué? .—Pregunto confuso.

—Nada, tan solo estoy recordando.

—El medico ha dicho que puede ser debido al estrés. Y que tenías que descansar. Te lo digo porque si no, nuestra madre me matara, si no me encargo en que acates las órdenes del médico.

—Gracias.

Tenía su mirada clavada encima mía, tenía la imperiosa necesidad de decirle que Nathan sabia nuestro secreto, que nos había descubierto totalmente...Pero no me atrevía, no había que era lo correcto. Tenía miedo de que, se volviera loco, y que no actuaria con cabeza, si no por impulso, y los impulsos de Derek nunca son buenos.

El gran marrón que me venía encima, era el peor. A lo que sin darme cuenta tanto temía que llegara el día, parecía haber llegado. ¿Pero cómo? ¿Cómo había podido saber Nath algo de lo nuestro?, ni tan solo un mínimo gesto, una mínima prueba de ello... Sabía que nos podía delatar, pero tan mal lo habíamos hecho... Sé que teníamos mucho cuidado en ello, o eso creía.

Un sabor Agridulce ♀  +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora