Un sabor Agridulce ♀ +18

Capitulo X

La actitud de mi hermano hacia la mía, parecía haber mejorado bastante desde las supuestas clases que me impartía para seducir a un hombre y saber por dónde iban sus gustos, a los que yo complacientemente accedería en el momento de la verdad poniéndolos en práctica tan solo con él...

Estaba a punto de entrar a su habitación para llevar a cabo la última clase de la semana, y por sus palabras, la última de nuestro verano. Lo mejor de todo esto era que durante esta semana no había aparecido ninguna chica a la que poder tirarse y eso era una ventaja para mí, ya que estaría necesitado de sexo, siendo yo la única mujer a la que tener acceso. Sentía un poco de pena, de no poder compartir con el este juego, pero eso no quería decir que buscaría nuevas cosas a las que poder atenerme para tenerlo más próximo a mí.

—Buenos días Derek.—Salude sentándome directamente sobre el borde de su cama.

—Hola.—Respondió con su habitual toque de amabilidad.

—Me da pena que sea la última.—Queje.

—Sabes más que cualquiera, así que es mejor que dejes las quejas a un lado...

—Lo sé, pero siempre se puede aprender más...—Recline.— ¿Hoy que daremos?.—Pregunte entusiasta.

—Eso mejor dímelo tú.

Estaba pensando en algo pero no sabía si iría a buen puerto o no... así que hice como si no supiera que hacer, metiéndoselo de manera subliminal.

—mmm no lose... Bueno hay algo que...—Me hice la tímida.

—¿Me vas a decir ahora que te cortas?.—Pregunto alzando las cejas.

—No es eso...

—Vamos dímelo, ya no me puedo asustar contigo.

—Pero no puedes reírte.—Mire seria a sus penetrantes ojos.

—Lo intentare.

—Pues no sé si... si se tocar como es debido a un chico.

—¿Tocar?.—Pregunto sabiendo perfectamente a que me refería.

—Si ya sabes... vuestro...

—¡Para para! En eso no pienso ayudarte.

—¿Entonces como lo sabré?.

—Practica con un plátano si quieres... Aunque...—Dijo pensativo.

—¿Aunque?.—¡Dios! Vi luz después del túnel.

—Se puede saber si lo harás bien de otro modo en el que si te puedo ayudar.—¿Acaso existían esas palabras en su boca?

—¿Enserio?.—Alucine haciendo que mi corazón palpitara a mil por hora.

—Si, a base de un masaje.

—¿Un masaje?¿Donde?

—Por el cuerpo.—Tosió.—Me refiero por la espalda, hombros... esas cosas.

—¿Y que tendrá que ver? ¿Cómo sabrás si masturbo bien dando un masaje en la espalda?

—Porque hay se ve de qué manera acaricias el cuerpo... Pero tienes razón ¡déjalo!.—Escupió de repente.

—No Derek, quiero hacerlo, confió en lo que me dices. Te hare un masaje.—Era mejor tocarle aunque fuera su espalda que quedarme sin nada.

Asintió con la cabeza. ¡Juro! que jamás hubiera pensado que me abriría de piernas encima de mi hermano así, apoyando mi bajo vientre en su trasero, porque, eso sí, pensaba sentarme encima suya fuera como fuese.

Observe como se quitaba la camiseta, dejando ver ese torso alienado sin ser exagerado y esos brazos, fuertes que me dejaban sin aliento, entregándome un botecito pequeño con una fresa dibujada en la etiqueta, parecía ser un tipo de aceite... Disimule, mirando de reojo su cuerpo del deseo...

Se tumbó en la cama, bocabajo metiendo sus manos bajo la almohada. Divisaba su espalda desnuda que dejaba toda para mí. Me puse sobre la cama, abriendo mis piernas y pasando una de ellas al otro lado del cuerpo de mi hermano quedando encima de él abierta de piernas, con mi entrepierna sobre su perfecto trasero. Tan solo eso me estaba excitando, y lo mejor era que podía poner la cara de placer que quisiera sin que él se percatara.

Puse aquel aceite sobre las palmas de mis manos, frotándolas para que adaptara la misma temperatura ardiente de mi cuerpo, después me puse manos a la obra apoyando mis manos sobre sus hombros, notando un leve movimiento suyo de aceptación. Comencé moviendo mis manos de manera circular por sus hombros, apretando lentamente y utilizando las yemas de mis dedos para dejar caricias sutiles... Deslice mis manos, por su espalda lentamente, moviendo el gel sobre su erizada piel hasta el comienzo de su pantalón. Mis dedos rodeaban la forma de sus músculos, escuchando su respiración cambiante.

Volví a subirlas, reteniéndome un poco en su cuello, que solo daban ganas de morder y dejar mí marca ahí mismo... Me estaba poniendo cada vez más caliente, y llegaba el punto que no podía pensar con coherencia...

Baje mi cuerpo al suyo moviéndome con cuidado rozándole con las puntas que dejaba mi pelo caer, creando sin querer un poco de movimiento de mi cadera, rozando con su culo. Ese roce me estaba dando un pequeño placer que hacía que mi aliento chocase con su espalda... Baje un poco más mi cuerpo y ahora eran mis labios los que humedecidos de antes resbalaban por su cuerpo al mismo tiempo que mis dos pechos cubiertos por mi ropa se aplastaban contra su musculatura, mezclándose con el sabor a fresa que le había puesto en su piel... Pasaba mis labios por todo, entreabriendo mi boca dejándole unos besos húmedos y sensuales a su vez.

Mi lengua quería ser partícipe de ese juego que aún no había obtenido quejas, sacándola de mi boca y apoyándola sobre él, deslizándola de arriba debajo de su cuerpo manteniendo esa forma, mientras mi entre pierna rozaba con sus vaqueros de la misma manera...

Noté un ligero jadeo de Derek, e instintivamente a mi hermano moviendo los brazos e impulsarse, dándome la vuelta en la cama y estando de una manera brusca debajo de él entre sus piernas, sujetándome de nuevo las muñecas contra la almohada, respirando con pesadez...

—¿Qué crees que estás haciendo?.—Pregunto mirándome a poca distancia.

—Nada yo... —Mencione como pude girando mi cara y encontrándome con su mano.

Mis ojos se abrieron en orbitas al notar el peso de mi hermano en mi cintura, ahora era él, el que estaba apoyado sobre mí. Notaba los pelos de la pequeña barba de su barbilla rozar mi cuello, lanzándome un poco de aire sobre mi piel. Pero estaba sintiendo algo más de presión, otro tacto distinto... Era su boca la que estaba rozándome, un tacto húmedo subía de mi cuello hasta mi oído sutilmente haciendo que mis piernas quisieran cerrarse. Te has vuelto toda una calientapollas. Susurro de modo caliente, haciendo que simultáneamente mirara hacia su paquete, que en efecto había cogido más tamaño, haciendo que su pantalón se tornase prieto debido a su erecto miembro debajo...

Continuara...

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